La obesidad afecta a millones de personas alrededor del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud -OMS-, más de 1.000 millones de personas sufren esta enfermedad alrededor del globo, problema que puede acarrear otras muchas dolencias y patologías en consecuencia. Ahora, el estudio Aladino 2023 lanza luz y nuevos datos, esta vez poniendo el foco en la obesidad infantil. A pesar de que los datos de sobrepeso entre los más pequeños han descendido en los últimos años en España, las cifras ponen el foco en un grupo específico de la población que sufre en mayor medida esta condición.
La buena noticia es que el exceso de peso entre los escolares de 6 a 9 años ha disminuido un 4,5% en los últimos cuatro años. Aun así, los datos siguen siendo preocupantes: más de un tercio de la población infantil en España en esta franja de edad padece sobrepeso u obesidad, según el estudio realizado a partir de una muestra de 12.678 escolares de casi 300 colegios de todas las comunidades autónomas.
El grupo de niños más afectado
La mejora en las cifras de la cantidad de niños que sufre exceso de peso no afecta a un grupo de familias en particular. A pesar de que los datos han bajado, el sobrepeso y obesidad se concentran y se hacen más comunes entre un grupo social concreto: las familias con las rentas más bajas. La falta de recursos económicos hace que sea más sencillo acudir a comida precocinada o la conocida y popular comida rápida, con escaso valor nutricional y alto contenido en grasa.
Este problema se mantiene relativamente constante desde el año 2011 en las familias que ingresan menos de 18.000 euros brutos anuales. En estos casos, la prevalencia de la enfermedad es mayor: uno de cada casi cuatro escolares que padece obesidad y sobrepeso pertenece a este estrato social, con lo que casi la mitad de los menores con exceso de peso se encuadran en familias con esa renta.
Hábitos y alimentación poco saludables
El poco consumo de fruta es un hábito que preocupa a los expertos. Tan solo un 45,3% de los escolares come al menos una pieza de este tipo de alimentos cada día, y el problema no queda aquí, sino que también se extiende a edades adultas. Además, el drama se agrava al hablar de verdura: menos de un 25% de los más pequeños la come a diario, dato que se acentúa entre las familias más humildes.
La excesiva presencia de bebidas azucaradas y de este tipo de refrescos también preocupa a los expertos. Mientras que en estas edades se echa en falta un mayor consumo de verdura, los niños optan por bebidas con azúcar más de tres días a la semana de media. Los datos se multiplican por ocho entre las familias con menos de 18.000 euros brutos anuales.
Finalmente, el sedentarismo es otro de los hábitos a combatir. Una vez más, la prevalencia en actividades extraescolares de carácter físico es mayor en el caso de niños pertenecientes a familias más adineradas. De igual manera, estos se exponen de forma diaria a una media de dos horas de pantalla. Los expertos también ponen el foco en la importancia de inculcar desde jóvenes la relevancia de practicar deporte y el impacto que esto puede tener en la salud a largo plazo.