Huelva está protagonizando un claro ejemplo de gatopardismo haciendo suyo el lema de Que todo cambie para que todo siga igual. Todo está cambiando en la minería onubenses para que la provincia siga siendo el mismo referente extractivo que lleva siendo desde hace milenios.
La demanda tecnológica de los smartphones o el coche eléctrico, que precisa cuatro veces más de componentes férreos que el de combustión, están detrás de la revolución minera que ha devuelto vigor a una industria que está poniendo en activo una tecnología inédita para reactivar proyectos que, ahora, recobran atractivo y rentabilidad. Minas históricas como la de Riotinto son el mejor ejemplo.
Actualmente, la provincia de Huelva cuenta con cuatro minas en operación: tres de Sandfire Matsa (Sotiel, Aguas Teñidas y Magdalena) y una de Atalaya Mining (Riotinto). A estas se suman nueve yacimientos con derechos de explotación ya concedidos, gestionados por cinco empresas. Este panorama, en constante expansión, incluye concesiones recientes como Masa Valverde y El Repaldo, que evidencian el atractivo de Huelva para la inversión minera.
La minería es uno de los sectores más dinámicos de la provincia, el sector calcula en el Salón Internacional de Minería de la Diputación de Huelva que hay 400 millones de toneladas de material a explotar y, como siempre pasa, Riotinto puede jugar un rol clave tras la nueva Ley Europea de Materias Primas Fundamentales, que profundiza en la independencia de terceros y de mercados como el chino.
La mina de Riotinto proporciona más de 2.300 puestos de trabajo directos e indirectos. Por su parte, Sandfire Matsa emplea a unas 4.000 personas, entre ambas mineras representan en torno al 7% del PIB provincial. Son entes mastodónticos en la economía de la región que no quieren limitarse a una actividad extractiva. La apuesta por la innovación tecnológica y por la inversión en el territorio de Atalaya Mining de Riotinto instalando placas solares en colegios, saneamiento en zonas rurales o formación para desempleados son solo algunos ejemplos.
Referentes de buenas prácticas en Europa
Además de las minas en operación, Huelva es escenario de un pujante desarrollo con proyectos en diversas fases de avance. Atalaya Mining y Sandfire Matsa lideran iniciativas que no solo amplían la capacidad extractiva, sino que también adoptan tecnologías innovadoras para hacer más sostenible la actividad.
En el caso de Atalaya Mining, destaca el yacimiento polimetálico en Valverde del Camino y Beas, con una vida útil estimada de 14 años. Este proyecto emplea técnicas subterráneas de cámaras y pilares y está diseñado para extraer cobre y zinc por un lado, y la ampliación de la mina de Riotinto por otro.
Las minas de Riotinto no solo extenderán su vida operativa, sino que también aumentará su contribución socioeconómica y en ello juega un rol esencial la innovación con el sistema E-LIX como principal exponente. Se trata de un sistema que permite tratar sulfuros polimetálicos de cobre y zinc sin necesidad de fundición, reduciendo la huella de carbono y generando empleo cualificado. “Vamos a producir cobre a pie de mina, sin necesidad posterior de procesamiento, se abre la puerta a que muchos otros proyectos sean mineros”, detallan desde la empresa.
Hace una semana, Riotinto recibió una visita de 60 investigadores del ente de investigación y desarrollo científico de la Comisión Europea, el Joint Research Center (JRC) y la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para analizar las prácticas ambientales. El JRC ha analizado la gestión de recursos y residuos, la eficiencia en el uso del agua y la energía, así como las medidas de mitigación de impactos ambientales aplicadas en la mina.
Riotinto se convierte así en una de las referencias en el trabajo de campo para confeccionar el marco y la regulación que desarrollará lo que denominan Documentos de Referencia Europeos sobre las Mejores Técnicas Disponibles que se integrarán en la normativa de minería sostenible.
Patrimonializar la historia minera
Riotinto es un yacimiento con más de 2.000 años de historia y su superficie así lo atestigua. Una explotación minera con tantos siglos de historia implica que, dentro de los propios equipos de prospectiva cuentan por norma con un departamento de arqueología.
Riotinto está en las estribaciones de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche que está repleta de dehesas y cerdos ibéricos que pretenden paladares de todo el mundo. La minería ha hecho suyo el lema tan onubense que reza que Del cerdo hasta los andares, Riotinto ha decidido sacar todo el jugo a su minería. La localidad cuenta de hecho con la Fundación Atalaya Riotinto y con la Fundación Riotinto que lleva años poniendo en valor el legado histórico minero.
El paisaje marciano con las cortas de infarto ya es de por sí un atractivo. En 2020 –contexto Covid- la Fundación decidió contar cuánta gente venía a observar el paisaje de sus cortas con la habilitación de un mirador en la corta Atalaya, solo en el primer semestre hubo unas 20.000 visitas.
No contentos con eso, este 2025 ya estará en funcionamiento un nuevo atractivo turístico que permitirá una experiencia inmersiva, sin ser esto una metáfora sensorial. Riotinto Experience permitirá viajar en un autobús adaptado al terreno de la mina, con especial adherencia para las inclinaciones, que permitirá entrar en el interior de las galerías y ver de primera mano el trabajo dentro de una mina.
También el museo minero de Riotinto se cuenta entre los más visitados de Andalucía, “somos el primer destino de patrimonio industrial” en Andalucía, explican orgullosos desde el equipo de Atalaya. Minería que mira al futuro y homenajea su pasado, queda mina para bastante tiempo. Toda cambia, precisamente para que todo siga como siempre.
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