España enfrenta un temporal de infarto este viernes con intensas precipitaciones y un riesgo de aludes que mantiene en vilo a las zonas montañosas. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el país se ve azotado por un doble problema: nieve húmeda en cotas bajas y medias, y placas de viento junto a nieve reciente en las alturas. Las condiciones son críticas y podrían empeorar hasta mañana por la noche, cuando la cota de nieve descenderá por fin bajo los 1.700 metros.
¿Aludes a la vista?
En las zonas por debajo de esta altitud, los procesos de fusión se están intensificando debido a las abundantes lluvias. La AEMET advierte que el aumento de agua líquida en el manto nivoso está provocando "numerosas purgas" de tamaño creciente, capaces de alcanzar una magnitud "grande", suficiente para “enterrar y destruir un coche”. Aunque es poco probable, no descartan que el agua infiltre la base del manto, desencadenando aludes de fondo de tamaño “muy grande”, un escenario catastrófico que podría arrasar estructuras y vegetación en su camino.
Por encima de los 2.200 metros, el panorama cambia: las precipitaciones caen como nieve sólida, evitando la humidificación masiva de cotas inferiores, pero generando otros peligros. Aquí, las placas de viento, formadas por la acción del temporal en orientaciones oeste, norte y este, son la principal amenaza.
Estas estructuras, que crecerán en número y tamaño a lo largo del día, pueden colapsar con una simple “sobrecarga débil”, como el paso de un esquiador, desencadenando aludes de tamaño "mediano" o incluso "grande" al final del día. Además, las purgas de nieve reciente en estas altitudes podrían alcanzar un tamaño "pequeño" o "mediano", sumando más incertidumbre al riesgo.
Extremar precauciones
La AEMET subraya que el colapso de capas débiles, agravado por el agua y el viento, está poniendo a prueba la estabilidad del manto nivoso en todo el país. Las autoridades recomiendan evitar actividades en montaña y extremar la precaución en carreteras de zonas afectadas. Este temporal, que combina lluvia, nieve y vientos fuertes, no solo desafía a los servicios de emergencia, sino que también pone en jaque a los amantes del esquí y el montañismo, que deberán esperar a que las condiciones se estabilicen.
Con el cambio de cota mañana por la noche, se espera una tregua parcial, pero el daño ya está en marcha. Este fenómeno, amplificado por el calentamiento primaveral y las borrascas atlánticas, podría dejar imágenes impactantes. ¿Hasta dónde llegará esta furia blanca?