Economía

La banca de inversión se resiste a entrar en la batalla de Moncloa y Prisa por el daño reputacional

Joseph Oughourlian mantiene diversas reuniones con importantes entidades para asegurar la estabilidad financera de la compañía.

  • Joseph Oughourlian y Pedro Sánchez. -

El pulso que mantienen Moncloa y Joseph Oughourlian por el control de Prisa no pasa desapercibido en los mercados financieros. La influencia política que quiere mantener el Gobierno de Pedro Sánchez en el grupo editor de El País o Cadena Ser ha traspasado la línea empresarial y se ha colado en la vida política y mediática.

Un coste demasiado alto que podría erosionar los intereses de Joseph Oughourlian a la hora de poder sacar a flote la delicadísima situación financiera del Grupo Prisa, que busca a toda prisa una nueva refinanciación ante la inmediatez de los pagos a sus acreedores.

Tal y como avanzó este periódico, el empresario de origen armenio se ha visto las caras en las últimas semanas con Goldman Sachs y otras firmas inversoras para ganar músculo para continuar con su hoja de ruta establecida. Además, de conseguir el apoyo de las principales entidades mundiales lanzaría un mensaje a Moncloa de confianza por parte de la banca.

Pero, como detallan fuentes conocedoras de la situación, la guerra abierta entre los accionistas críticos con Joseph Oughourlian, apoyados por Moncloa, y el presidente del Grupo Prisa están lastrando las negociaciones entre el accionista mayoritario de Prisa y la banca.

Las firmas inversoras recelan de que dar un balón de oxígeno a Joseph Oughourlian pueda erosionar su imagen. Las fuentes consultadas afirman que algunos bancos con los que ha contactado el presidente del Grupo Prisa “han rechazado acudir a su plan de refinanciación” por el “riesgo institucional” que ocasionaría firmar un acuerdo con Amber Capital, máximo accionista del conglomerado mediático.

No obstante, esto no significa que Goldman Sachs y el resto de firmas con las que ha negociado el empresario de origen armenio inclinaran la balanza ideológica a favor de Oughourlian, pero sí podría generar recelo en el mundo económico.

Desde hace años, las empresas más poderosas y cotizadas del mundo vigilian cualquier tipo de situaciones comprometidas que puedan acarrear una mala imagen de cara a los mercados financieros o a la sociedad. “Los problemas relacionados con la reputación, como las preocupaciones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), desempeñan ahora un papel central en las estrategias financieras y empresariales, por lo que se hace necesario un enfoque más proactivo”, explica un directivo de una entidad financiera española en conversación con este periódico.

Semanas complicadas

Las dudas de las entidades financieras afloran después de que en las últimas semanas se hayan recrudecido los movimientos hostiles por parte de Moncloa, que busca derrocar a Joseph Oughourlian del poder de Prisa tras desterrar por completo el proyecto televisivo en abierto, una idea que partía desde los directivos y accionistas afines al Gobierno.

La semana pasada se conoció que el ministro de Transformación Digital, Óscar López, pidió a Vivendi -accionista de referencia de Prisa- apoyar a los críticos de Oughourlian en un encuentro “informal” el pasado mes de febrero. En dicho cara a cara también estuvo presente el actual presidente de Telefónica, Marc Murtra. Desde que se rompiera el proyecto de la TV en el conglomerado mediático, se ha especulado que sea la operadora la que asuma el reto de la TDT o que también irrumpa en el accionariado de la propia Prisa.

Salto al Congreso

Como se mencionó anteriormente, la batalla por Prisa ha saltado a la primera línea de la política española. El Partido Popular, que hasta ahora había guardado silencio, dio un paso adelante durante la sesión de control en el Congreso de los Diputados. "¿Estaba usted al tanto?" de que se buscara "influir a su favor en el accionariado de Prisa”?, preguntó Alberto Núñez Feijoo a Pedro Sánchez. El líder popular le recriminó que mintiera “hasta en la formulación de la pregunta” desviando la atención sobre Defensa. 

Cabe destacar en este aspecto que el propio Joseph Oughourlian, tras autonombrarse presidente de El País, escribió una columna de opinión el el diario en la que equiparaba a Sánchez con el “dictador Franco”. 

“Los grupos de comunicación libres y que cumplen escrupulosamente con su función de vigilancia social acaban por convertirse en molestos para los centros de poder, sean del cariz que sean”, escribió.

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