La velocidad, ya sea excesiva (por encima de los límites establecidos) o inadecuada (dentro de los límites pero sin ajustarse a las condiciones de la vía, el vehículo o el conductor) es un problema de seguridad vial en muchos países según establecen la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE) y la Conferencia Europea de Ministros de Transporte (ECMT). Según ambos organismos la mitad de los conductores circulan a velocidad inadecuada y un 20% supera en 10 km/h el límite establecido.
No respetar los límites de velocidad es un elemento fundamental que determina la mayor o menor incidencia en la siniestralidad vial, la gravedad y el grado de lesión de las víctimas en caso de accidente de tráfico. Además, en el caso de accidentes mortales, en un 21% de ellos, la velocidad fue un factor concurrente. En 2016 (último año con datos consolidados) más de 350 personas fallecieron en las carreteras en accidentes en los que la velocidad fue uno de los factores concurrentes.
Por este motivo y porque concienciar a la población para que respeten los límites de velocidad establecidos es esencial para reducir la siniestralidad, la Dirección General de Tráfico ha realizado la semana pasada una nueva campaña de concienciación y vigilancia de la velocidad en carretera. Una campaña que se realizó de forma simultánea en casi una treintena de países que integran la Organización Internacional de Policías de Tráfico, de la que es miembro, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
10 km/h menos, 10% menos de fallecidos
La Dirección General de Tráfico va a incluir en la nueva Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a motor y Seguridad vial una reducción genérica de la velocidad en carreteras convencionales. Según Gregorio Serrano, director de la DGT “la idea es que la totalidad de estas vías tengan un límite de velocidad de 90 km/h, límite que los titulares de estas vías podrían elevar a los niveles que consideraran razonables, atendiendo a la conservación y trazado de la misma”. “La evidencia científica y los accidentes que cada día se producen en nuestras carreteras nos llevan a reducir la velocidad como medida necesaria si queremos reducir la siniestralidad y el dolor de miles de familias”.
Según diversos estudios, una disminución del 1% de la velocidad media de una carretera, produce una reducción del 4% en las colisiones mortales (Nilsson). Por su parte Elvik mostró que reducir 10 km/h el límite de velocidad implica una rebaja de 2,5 km/h en la velocidad media. Teniendo en cuenta ambos autores, se podría afirmar que rebajar 10 km/h el límite de velocidad implicaría una disminución de la mortalidad en torno al 10%.