En los últimos años, los programas dedicados a los libros han desaparecido de la parrilla televisiva, solo pequeños reductos en teles públicas dedican unos minutos a la literatura. Una de las excepciones de esta triste deriva es el programa 'Libro sobre libro' (Movistar Plus+), un espacio con un formato muy divulgativo y que busca que el espectador termine cada episodio con ganas de leer alguna de las obras recomendadas.
En las dos temporadas que lleva en antena, han pasado por su plató autores como Jorge Freire y Daniel Gascón analizando las distopías más conocidas, o Ana Irís Simón y Sergio del Molino para explicar el fenómeno de la literatura que vuelve a mirar a los pueblos y de la que son los máximos exponentes recientes. El programa también ha dedicado capítulos especiales a géneros como el humor, la poesía o la aventura o monográficos dedicados a Agatha Christie o la saga de Harry Potter. Su presentadora, la periodista Beatriz Rojo, atiende a Vozpópuli en una entrevista.
Pregunta. Estar al frente de un programa de libros en el año 2023 parece casi la posición de un espartano en las Termópilas ¿Por qué hay tan pocos espacios?
Respuesta. Pues la verdad que es una pena porque en otros países vemos que hay programas culturales. Por ejemplo, en Francia hay muchísimos programas de libros y en España no es muy habitual o se reduce a espacios como La 2, ¿no? Y la verdad que es una pena. Esto es una apuesta de Movistar que la verdad que está fenomenal, llevamos ya dos temporadas y esperemos que podamos seguir haciéndolo porque yo creo que al final el mundo de la literatura es fundamental y se puede hacer de una manera divulgativa que le llegue a más gente.
P. Aparte de La 2 o en general en las públicas, apenas encontramos estos formatos.
R. Hubo un programa de Mercedes Milá de libros, pero yo creo que ahora mismo o por lo menos que sean muy famosos o que estén en una cadena privada y en un horario medio bueno no hay mucho. Antiguamente había tertulias, pero ahora hay algún programa de entrevistas que puede ser que casualmente entrevisten a algún escritor, pero un espacio en sí sobre libros yo creo que es bastante revolucionario. Yo creo que hay una idea errónea de que un programa de libros es un plomo o es un rollo o a lo mejor hasta ahora la gente se ha centrado más en hacer cosas como muy eruditas y poco divulgativas cuando tiene que ser al revés. Lo que hay que hacer es acercar los libros al espectador. Un programa de libros lo que te tiene que hacer es ponerte a leer como un loco.
P. Creo que incluso en las secciones culturales también han perdido el protagonismo en beneficio de series o cine.
R. Con todo el boom que ha habido con las plataformas, la mayoría de la gente, cuando llegas cansado del trabajo, al menos que seas un gran lector, es mucho más fácil en casa ver una serie de Netflix. Te requiere menos esfuerzo que el ponerte a afrontar una novela o un libro histórico. Pero yo sí que creo que hay mucha gente que lee, de hecho lo ves muchísimo en el transporte público
El problema que ha habido ha sido hacerlo demasiado cultureta, en lugar de decir: ‘Vamos a ver a la gente que le gusta leer Harry Potter, pues vamos a hacer un programa de Harry Potter’. Vamos a hacer un programa sobre lo que le interesa a la gente, no sobre Balzac, que también estará muy bien, pero a la gente en el día a día habla de La Casa de Papel y de los libros de Camila Lackberg. Nuestra idea es que la persona que vea el programa haga una lista de todos los libros que hemos hablado, que le apetezca, que te den ganas de verlos y que te despierte la curiosidad. Yo creo que en el mundo de la cultura se peca un poco de querer ir de experto, de erudito, y eso echa un poco para atrás, tanto al espectador como a los productores, como a las plataformas.
P. ¿Cómo se pasa de programas políticos o de actualidad a programas de libros?
R. Son ambas incompatibles. Yo soy periodista y soy muy lectora, me encanta leer. Entonces, tuve la suerte, la oportunidad, me pusieron a hacer eso y realmente es mucho más relajado
P. Dedicáis un programa a la poesía, algo que dentro de las lecturas es casi marginal.
R. La poesía es algo claramente para lectores de nicho, no se enseña la poesía mucho. Yo no soy muy lectora de poesía y creo que el fallo está en que la poesía no se enseña bien en el colegio. No se nos enseña a entenderla porque, por ejemplo, tú luego ves a Joaquín Sabina, que hace canciones que son prácticamente poesías pero con música, y eso sí que llega a la gente porque lo entienden. Creo que en el sistema educativo actual no se nos enseña a entender la poesía, no dedicamos el tiempo que requiere a entenderla, sentarnos a reflexionar sobre ella. Y te lo digo yo que tampoco soy la máxima lectora de poesía, yo peco de esto, soy justo el ejemplo. De hecho, yo quise enfocar el programa de poesía para quienes no leen poesía. En mi caso particular, no la entiendo porque creo que me falta la formación o no he leído lo suficiente, o no tengo la tranquilidad necesaria que requiere el sentarse a leer poesía.
P. En el programa, uno de los invitados, Jesús Beades, comentaba que había una deriva de la poesía desde el Romanticismo a volverse cada vez más épica y menos lírica.
R. Claro, quizá también vaya por ahí. De todas formas, el mundo evoluciona y hoy en día yo sí que veo la poesía muy presente en la música, en el rap, en el trap... O sea que hay muchos movimientos que de alguna manera llegan de una manera más inmediata al público, pero no dejan de ser rimas.
P. Sobre el ranking de géneros también dedicáis un programa al humor que suele aparecer siempre como un género menor.
R. Totalmente, como que se mira por encima del hombro. En este caso en concreto, yo sí que soy muy lectora del humor, y de hecho, yo también cuando escribo siempre tengo un toque humorístico. Es precisamente muy difícil porque para que haga una gracia tiene que haber un poso de verdad, tiene que haber un poso de desgracia, tiene que haber como un trasfondo en el que seas capaz de reírte de algo que sea real. Para mí no solamente no es que sea fácil, es que es dificilísimo. Pero por lo que sea, pasa también en el cine y pasa en las series y pasa en todo, que siempre como que el drama tiene mejor prensa. Creo que eso sí que se está perdiendo bastante, que cada vez se escribe menos de humor o de humor bien escrito en español, por lo menos porque tenemos a los grandes de la generación del 27, tenemos a Jardiel Poncela, gente buenísima. Y a día de hoy es menos común porque como con lo políticamente correcto, no te puedes reír de casi nada, creo que a la gente le cuesta más y que no tiene tanta aceptación. Además te la puedes cargar por cualquier lado, es complicado.
P. Aquí se produce algo un tanto curioso que es que existen los límites del humor, mientras que con el drama puedes hacer cualquier cosa con cualquier tragedia que se nos ocurra, puedes hacer el mayor drama lacrimógeno que llega a ser incluso pornográfico utilizando una desgracia y no va a pasar nada, pero con el humor enseguida vas a tener problemas.
R. Sí, sí, totalmente. Mira todo lo que está pasando con muchos autores que se están queriendo cancelar, se está queriendo cancelar absolutamente todo y bueno, para mí es una pena absoluta, porque si no te hace gracia no lo compres.
P. También respecto al humor, planteabas una pregunta muy interesante sobre si nuestro humor evoluciona con la edad, por ejemplo, si es más escatológico cuando somos niños, ¿tú qué crees?
R. En mi caso por lo menos sí. Yo lo veo clarísimamente que hay cosas que te hacen mucha gracia cuando eres pequeño y no entiendes o a lo mejor un humor más sofisticado. Lo hablamos con José Mota en el programa, que si a ti te hacen gracia los chistes más escatológicos no significa que seas más tonto o más listo que el que le gusta el humor del absurdo. Lo importante es que cada uno se pueda leer lo que quiera y pueda leer lo que quiera sin que se corten trozos de libros ni se prohíba nada.
P. Ya que has mencionado que eres muy buena lectora del humor, ¿algún libro que te recomiendes que te haya sacado alguna carcajada?
R. Me gusta muchísimo, me gustan muchos escritores de humor, me gusta muchísimo Jardiel Poncela, por supuesto; con Wodehouse, de los ingleses, me parto de risa; Patrick Dennis de los americanos.
P. Nos vamos de géneros marginados a libros casi sagrados, aunque en este justo hay muchísimo humor. Dedicáis un programa al Quijote, ¿crees que la sacralización aleja al lector del libro?
R. Sí, sí lo creo. A pesar de que se supone que es la primera novela, el libro más maravilloso de todos los tiempos, en el fondo es un gran desconocido y lo ha leído muchísima menos gente de lo que dice. A mí me sorprende mucho que no se estudie en el colegio como se debería estudiar. Por ejemplo, en Italia se estudia la Divina Comedia y es una asignatura. Tú tienes, en primero ‘El infierno’; en segundo, ‘El purgatorio’; y en tercero ‘El paraíso’. Y luego en la Selectividad italiana te examinan de todos ellos, con lo cual no puedes fingir que te lo has leído o pasar por encima o ver una película, es que te lo tienes que saber y lo tienes que entender. Otro de los problemas, que lo hablaba con Andrés Trapiello, que hizo una versión traducida al castellano moderno, es que no lo entendemos. O te lo explican palabra por palabra o realmente hay muchas partes del Quijote que no se entienden. Lo que ha hecho Trapiello me parece una maravilla para acercar el Quijote a las nuevas generaciones.
P. Preguntabas en el programa a Enrique González y a Javier Sierra si eran ‘Team Quijote’ o ‘Team Sancho’, ¿tú qué eres?
R. Por mi forma de ser creo que soy más Sancho porque soy poco tendente a la fantasía, tengo bastante los pies en la tierra. Pero fíjate que puedo parecer más Quijote, a lo mejor, aunque yo creo que soy muy cerebral.
P. ¿El Quijote está sobrevalorado?
R. Yo no sé si está sobrevalorado, no es de mis libros favoritos. Me parece un poco aburrido en pasajes, pero cuando todos los super eruditos, cuando todos los premios Nobel están de acuerdo... Creo que nos pasa un poco eso, que al final se lee mejor en otros idiomas porque lo traducen. Si el Quijote te lo compras en ruso, está escrito en el ruso del siglo XXI, no está escrito en el ruso del siglo XIV ni XV. Como me puede pasar a mí con Guerra y Paz.
P. ¿Por qué han triunfado libros como Feria o La España vacía?
R. Porque creo que hay muchísimo, muchísimo contenido sobre la globalización, internet, la ciencia ficción, y no tenemos contenido de lo que realmente somos y de lo que realmente vivimos la mayoría de la gente, que es tener una familia, tener un pueblo, tener unos amigos, las cosas cotidianas, todo poco a poco, un besito de buenos días… Todo eso, que al final es lo que nos hace feliz a los seres humanos, no está tan reflejado últimamente en la literatura.
P. Puede ser también una reacción a la globalización que apuntaba Ana Iris Simón.
R. Claro, yo creo que es una reacción a la globalización y a la falta de identidad propia, y a que todos seamos como fotocopias y a que seamos borregos y a que todos hagamos lo mismo. Es una reivindicación de lo nuestro, lo de tu país, lo de tu familia, lo de tus amigos…
P. Pero el campo también está muy romantizado.
R. No es que es romantizado, es que creo que es un punto de vista. O sea, yo puedo estar o no estar de acuerdo. Es el punto de vista de Ana Iris, que no tiene por qué ser el mío, porque le encanta el pueblo y a mí, pues, soy una tía que me gusta vivir en Nueva York y estar en el asfalto, pero entiendo perfectamente su punto de vista y creo que hay mucha gente que tiene esos anhelos. Al final, con los libros, o te sientes identificado con ellos o los usas para escapar, para escapar de tu realidad cotidiana y para vivir mundos mejores o mundos distintos. Creo que Feria cumple esos dos requisitos.
P. También tratáis el tema de las distopías y recientemente han salido en multitud de comparaciones con El cuento de la criada, el Gran Hermano de Orwell…
R. Sí, están muy de moda las distopías porque es verdad que hemos vivido cosas que hace 5 años parecían imposibles. Están muy de moda, vemos mil series, siempre ha habido libros
P. ¿Crees que hay alguna de las que estemos más cerca?
R. La de Fahrenheit para mí es muy actual con todo esto que te decía, estamos teniendo censuras, prohibir las cosas, recortar libros... Creo que también vemos cosas de Un mundo feliz, creo que también políticamente se ven cosas de George Orwell, pero bueno, ya sería entrar un poco en el terreno de la conspiranoia. Pero sí, hay cosas que recuerdan, temas de tecnología, o el que nos graben en la calle, el que nos tengan espiados totalmente con los teléfonos. Pero eso es como todo, si tú quieres lo apagas o no tienes teléfono. Si tú no quieres subir nada redes sociales, de momento, no hay ninguna imposición como ocurre en estas distopías literarias.
P. Para terminar, ¿un par de libros favoritos o que te hayan marcado últimamente?
R. Un libro que me ha gustado mucho que se llama Fortuna que ha sido premio Pulitzer de este año. Y te diría Stefan Zweig, en general, como uno de mis autores predilectos.