Excepto por la distopía de las mascarillas para los periodistas y libertad bucal para los invitados a la 36º edición de los Premios Goya, el comienzo de la ceremonia de la pasada noche en el Palau de les Arts de Valencia pudo pasar perfectamente como un regreso, una 'gala del reencuentro' como se señaló en la ceremonia, a los viejos y buenos tiempos. Volvió el glamour, vestido en este año con abundancia de mangas de fantasía, y regresaron los selfies con el entregado público y los aullidos ante las estrellas descendiendo de los carruajes. De nuevo, la Fiesta del cine español con cuerpos y caras vislumbradas en directo por TVE, para alegría del público. Y sí, estaban todos, incluyendo tres de los nominados a los Oscar: Penélope Cruz, Javier Bardem, que coincidieron en acordarse de sus hijos, y el siempre tímido músico Alberto Iglesias. Antes de la ceremonia, sonó una versión de Libre de Nino Bravo (Ayelo de Malferit, Valencia, 1944).
El resultado fue más o menos lo esperado excepto por la sorpresa para el viaje de vuelta de la maleta vacía con la que regresarán a Madrid los hermanos Almodóvar por Madres paralelas
¿El resultado? Más o menos lo esperado excepto por la sorpresa para el viaje de vuelta de la maleta vacía con la que regresarán a Madrid los hermanos Almodóvar por Madres paralelas. Sus competidoras, El buen patrón (¿Superaría a los 14 galardones de Mar adentro?), Maixabel, Mediterráneo, Libertad o Las leyes de la frontera, todas, se repartieron los premios en una gala que refulgía de emoción ante años de encierro y que no ahorró lágrimas entre los galardonados. La película de Fernando León de Aranoa ganó seis premios: Mejor Director, Película, Actor, Guion Original, Banda sonora y Montaje y, menos mal, dejó las interpretaciones para el resto de las ficciones del 2021. La ley de la frontera, el homenaje de Daniel Monzón al cine quinqui de nuestra sufrida adolescencia fue, para sorpresa de todos, la segunda película más premiada de la noche con cinco Goyas técnicos, pero con Chechu Salgado levantado la cabeza orgulloso, sin la peluca de la película, como Mejor Actor Revelación. Era el único intérprete alejado de la órbita de El buen patrón y su agradecimiento a Daniel Monzón, y el de Urko Olazabal, Mejor Actor de Reparto por Maixabel a Icíar Bollaín, todavía sin Goya a Mejor Directora, abrían el telón ante el gran duelo de la noche. ¿Penélope Cruz y Javier Bardem repetirían la gran alegría de las nominaciones a los Oscar de la semana pasada? Solo lo logró Javier, que reconoció que estaba "agradecido y emocionado", siempre con "un hueco en mi casa para el señor Goya", antes de reconocer que había acudido a muchas galas "donde el favorito no gana y la gente se queda con los ojos como platos".
El actor, nominado también al Oscar este año, dedicó el Goya a su mujer. "Penélope, la mujer que más respeto y admiro. A nuestros hijos, Luna y Leo, lo más hermoso que ha pasado en nuestras vidas. Y a la mujer que me parió y me enseñó a vivir y a sobrevivir y conocer la pasión de este oficio tan importante: Mi madre, Pilar Bardem. Ser actor es un compromiso ético, una actitud inmensa y es uno de los mejores seres que he encontrado en mi vida. ¡Te quiero!".