"Yo no le temo a la muerte, porque morir es natural. Le temo más a la vida, porque no sé voy a llegar con esta cabeza mía", cantaba en los 'Fandangos naturales'. Y llegó más lejos que ningún otro. Este domingo 13 de diciembre es el décimo aniversario de la desaparición de una de las voces más libres y singulares del panorama flamenco de España, el maestro Enrique Morente (Granada, 1942-Madrid, 2010), autor, cantaor, compositor y uno de los creadores más innovadores y revolucionarios de la historia del arte jondo.
El panorama flamenco recuerda hoy la trayectoria de Morente, empezando por sus hijos. Estrella Morente ha compartido en sus redes sociales un emotivo mensaje en el que apela a la persona que fue su padre: "De mí no te irás nunca... Para mí no ha cambiado nada... Solo que hace diez años que no puedo abrazarte. Pero quitando eso... nada. Sigues intacto en mi corazón. No tu recuerdo ni tu obra, sino tú, que vives en mí para siempre. Aun cuando yo también me haya ido, lo haré prendida de tu brazo".
También han conmemorado a su padre Soléa -que este pasado sábado dedicó un concierto a su progenitor- y Kiki Morente, que también en redes sociales ha compartido una foto acompañada de un breve mensaje: "Te echo de menos, papá". Otros artistas, como Pitingo, también han querido recordar este domingo al maestro: "Diez años sin el genio Enrique Morente. El legado de su arte, cada día más presente". "Dejó encendidas todas las luces antes de marcharse", ha enfatizado por su parte el cantaor Juan Pinilla.
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10 años sin Enrique Morente, sin el genio cercano que saludábamos con afecto por las calles de Granada. Dejó encendidas todas las luces antes de marcharse. Imposible no recordar la última entrevista que le hicimos y sus geniales respuestas #morentevive https://t.co/QeIEjaMCzM
— Juan Pinilla (@JuanPinilla81) December 13, 2020
En palabras del coordinador de flamenco de la Fundación SGAE, Juan Carmona, "se agradece la pureza del maestro, que sigue más presente que nunca, empujándonos a ser mejores en el arte y en la vida". "Los artistas te debemos y le debemos ese compromiso a esta profesión, el que tú tenías, y a la que tanto dignificaste", expresa Carmona en un comunicado recogido por Europa Press.
Del flamenco puro a la fusión más vanguardista
Miembro de la SGAE desde marzo de 1976, donde tenía registradas 325 obras, el creador estaba casado con la bailaora Aurora Carbonell. Sus tres hijos han continuado los pasos artísticos de su padre. Nacido en el barrio del Albaicín de la capital granadina, el cantaor aprendió del arte de su madre y de artistas locales como Juanillo el Gitano, Cobitos o la familia Habichuela, y fue ampliando experiencias de mano de Aurelio Sellés, Pepe de la Matrona o Antonio Chacón, para más tarde experimentar nuevos sonidos fusionando el flamenco con músicas contemporáneas.
Una veintena de discos de estudio, una docena de álbumes en directo y recopilatorios, y destacadas colaboraciones con Carlos Cano, Los Habichuela, Manolo Sanlúcar, Rafael Riqueni, Los Planetas, Óscar Herrero, Miguel Ochando, Omar Faruk Tekbilek, Chambao, Vicente Amigo, la Orquesta Chekara de Tetuán o el pianista Dorantes, entre otros muchos, son claro síntoma de lo prolífico de su obra y de su inquietud cultural e intelectual por profundizar en un arte del que se autoconsideraba "eterno aprendiz".
Discos con los que Morente revolucionó el flamenco
En su carrera hay discos fundamentales como Cante flamenco (1967), Homenaje flamenco a Miguel Hernández (1971), Se hace camino al andar (1975), Homenaje a D. Antonio Chacón (1977), Despegando (1977), Cruz y Luna (1983), Sacromonte (1982), Esencias flamencas (1988), Morente sueña la Alhambra (2005), Pablo de Málaga (2008) y Llanto (2010).
Sin embargo, como apunta el experto Balbino Gutiérrez en la biografía artística 'Enrique Morente. La voz libre', reeditada y ampliada por la Fundación SGAE en 2018, "es imposible elegir solo uno de su carrera porque fue un artista con una dualidad clásico-vanguardista. Sin embargo, si hay que escoger, ese sería Omega", reconoce el autor. Lanzado al mercado en 1996, este trabajo marcó un antes y un después en la carrera del genio, y con el que molestó a los puristas del flamenco.
En colaboración con los granadinos Lagartija Nick, el cantaor se rodeó de numerosos artistas del flamenco (Vicente Amigo, Tomatito, Estrella Morente, Isidro Muñoz o Cañizares), para adaptar poemas de Federico García Lorca y temas del cantautor canadiense Leonard Cohen. Veinticuatro años después, "sigue siendo un disco que no deja de sorprender, admirado por su factura técnica y su concepto, por todo lo que se ha vertido en él y su capacidad creativa y musical", concluía Balbino en la presentación del volumen.