El análisis más importante de la rotunda victoria electoral de Donald Trump lo ha firmado Francis Fukuyama en el Financial Times, con un título entre sugerente e intimidante: "Lo que un Trump desencadenado significa para América". Lo primero que destaca este prestigioso intelectual es un cambio de paradigma: en 2020, cuando Joe Biden le derrota en las eleciones, Trump parecía un friki afortunado que había logrado colarse por los pelos en la Casa Blanca (ni siquiera ganó el voto popular) por un cúmulo de circunstancias estrambóticas (entre ellas, que Hillary Clinton no caía bien a casi nadie). Su victoria actual es muy distinta, ya que hoy absolutamemte nadie piensa que sea una excentricidad, sino el líder de una revolución iliberal global que incluye a Putin,Meloni, Bukele, el lepenisno, Alternativa por Alemania y Vox, entre otros muchos otros populismos patriotas.
Fukuyama fue muy critico con Trump en 2016, y lo sigue siendo, pero hace un análisis autocrítico sobre su victoria. “El liberalismo clásico es una doctrina construida en torno al respeto por la dignidad igualitaria de los individuos mediante un sistema que protege sus derechos y controles constitucionales sobre la capacidad del Estado de interferir en esos derechos. Pero en el último medio siglo, ese impulso básico sufrió dos grandes distorsiones. La primera fue el auge del neoliberalismo, una doctrina económica que santificaba los mercados y reducía la capacidad de los gobiernos para proteger a quienes se veían perjudicados por los cambios económicos. El mundo se volvió mucho más rico en términos generales, mientras que la clase trabajadora perdió empleos y oportunidades. El poder se desplazó de los lugares que albergaron la revolución industrial original hacia Asia y otras partes del mundo en desarrollo”, recuerda.
No es el único factor que beneficia a Trump. “La segunda distorsión fue el auge de la política de identidad o lo que uno podría llamar liberalismo woke, en el que la preocupación progresista por la clase trabajadora fue reemplazada por protecciones específicas para un conjunto más reducido de grupos marginados: minorías raciales, inmigrantes, minorías sexuales, y similares. El poder estatal se utilizó cada vez más, no en el servicio de la justicia imparcial, sino para promover resultados sociales específicos para estos grupos. La verdadera pregunta en este punto no es la malignidad de sus intenciones, sino más bien su capacidad para llevar a cabo lo que amenaza”, destaca Fukuyama.
Trump y el fascismo
¿Más madera? "Trump ha prometido utilizar el sistema de justicia para perseguir a todos, desde Liz Cheney y Joe Biden hasta el ex jefe del Estado Mayor Conjunto Mark Milley y Barack Obama. Quiere silenciar a los críticos de los medios quitándoles las licencias o imponiéndoles sanciones. Es incierto si Trump tendrá el poder de hacer algo de esto: el sistema judicial fue una de las barreras más resistentes a sus excesos durante su primer mandato. Pero los republicanos han estado trabajando constantemente para insertar jueces comprensivos en el sistema, como la jueza Aileen Cannon en Florida, quien desestimó el fuerte caso de documentos clasificados en su contra”. Fukuyama recriminó a los demócratas a demonizar a Trump con el termino 'fascista', una pataleta estéril : “Trump no estaba dispuesto a implementar un régimen totalitario en Estados Unidos. Más bien, habría una decadencia gradual de las instituciones liberales, como ocurrió en Hungría después del regreso de Viktor Orbán al poder en 2010”, preconiza, sobre todo teniendo en cuenta el orbamismo de Elon Musk.
Bernie Sanders publicó un duro artículo en 'The Boston Globe' contra los Obama, Kamala Harris y el elitsmo del Partido Demócrata
La revolución iliberal no se da solamente por la derecha, sino también por la izquierda, como deja claro el análisis poselectoral del senador Bernie Sanders, una pieza contra Harris, los Clinton y los Obama que el New York Times decidió rechazar y que finalmente encontró su sitio en el Boston Globe, bajo el título de "Los Demócratas deben elegir: las élites o la clase trabajadora". Allí explica que si los votantes de clase trabajadora han dado la espalda al Partido Demócrata es porque el Partido Demócrata les dio primero la espalda a ellos. Si Joe Biden logró llegar a la presidencia en 2020 es porque se presentó con un programa inspirado en Franklin Delano Roosevelt, que conectó con la América de mono azul. "El Partido Demócrata haría bien en escuchar el claro mandato de los votantes estadounidenses y cumplirlo. El hecho simple es: si apoyas a los trabajadores, ellos te apoyarán. En mi opinión, si los demócratas cumplen con una agenda como ésta, pueden recuperar a la clase trabajadora de nuestro país y la Casa Blanca", concluye Sanders.
logowa4117
14/11/2024 09:14
Sorprende que alguien que ha fallado tan estrepitosamente en sus análisis geopolíticos siga gozando de crédito. Quizás es porque es de izquierdas.