Cultura

La 'furia' de Sacristán contra el Gobierno: "Sienten un desprecio total por la Cultura"

El actor interpreta al padre de la familia Ponte Alegre en 'Las furias', la ópera prima del aclamado dramaturgo Miguel del Arco que se estrena el 11 de noviembre tras haber inaugurado la Seminci.

José Sacristán (Chinchón, 1937) lleva seis décadas dedicándose a la actuación de forma profesional. Nacido en el seno de una familia campesina procedente de Castilla ha presenciado cómo han ido evolucionando las familias hacia modelos más "abiertos". Y al amparo de una familia actual deambula Leo Ponte, el personaje que el director de teatro Miguel del Arco le ha regalado en su primera película, Las furias, una suerte de tragicomedia llevada a la gran pantalla en la que el actor interpreta al padre de un clan que sobrevive combatiendo en su microcosmos de secretos, traumas, enfermedades y amor. "El concepto de familia se ha democratizado. Mi padre militaba en el Partido Comunista y había entonces un esquema de comportamiento familiar dictado por el régimen franquista en el que lo primero que había que hacer era bautizar a tus hijos, no se autorizaba el divorcio... Todo lo que ha ido pasando en estos últimos años ha ido colocando a la familia en un territorio más abierto", recuerda Sacristán. "Ahora existen los matrimonios homosexuales y esto hace unos años era impensable. Desde mi punto de vista todo esto es mucho mejor, opine lo que opine el señor Rouco Varela, que pienso que no va a coincidir conmigo", cuenta a Vozpópuli.

Aunque en la película es testigo mudo del "desmoronamiento" de su clan, pues interpreta a un famoso actor de teatro al que la enfermedad de alzheimer le atrapó mitigando su egocentrismo, Sacristán no se muerde la lengua a la hora de valorar los últimos movimientos en el ámbito cultural. "No tengo nada en contra del señor Íñigo Méndez de Vigo, pero sí en contra de este Gobierno por el deprecio total y absoluto que sienten por la cultura, es casi insultante", lamenta. "No hay más cojones con el IVA del 21%, perdón por el término, pero es una insolencia total. Hay muchas cosas que me ponen furioso", reconoce.

Tragedia griega

En Las furias, que se estrena el próximo viernes tras haber inaugurado la Seminci de Valladolid, Miguel del Arco arriesga al extrapolar la narrativa griega sobre las Erinias a una familia de la España actual que, consumida por los miedos, se engaña para resistir. Una mecánica que podría aplicarse al tejemaneje de la clase política al que el país ha asistido este año y que, finalmente, se ha traducido, entre otros aspectos, en la ausencia de un Ministerio de Cultura propio y el exceso de funciones al ministro que dirige este sector junto a Educación y Deporte. "La institución en sí me da igual, es un mal menor, porque si la tuviéramos y nuestros políticos siguiesen teniendo el mismo interés que han presentado hasta ahora, daría igual", señala el reconocido guionista y director de teatro. "Lo importante es lo que las personas deciden hacer con esas instituciones. Puede ser el Ministerio de Educación Cultura y Deporte y se puede llevar además la portavocía del Gobierno y, sin embargo, delegar en gente que haga cosas fabulosas por la cultura, fundamentalmente meterla en la agenda, que no la tienen", considera.

Se nos llena la boca de hablar de apoyar el cine y la única forma de apoyarlo es verlo", dice Gonzalo de Castro

Del Arco tiene esa capacidad de llevar a escena Los Diez Mandamientos y, a través de la palabra, hacer que los espectadores se imaginen que el mar se abre, pero en su ópera prima demuestra que también es competente al contagiar una obra cinematográfica de teatralidad. Para ello, ha tirado de tablas a la hora de reclutar a un elenco de actores con vasta experiencia en teatro. Además de José Sacristán, forman parte del reparto Gonzalo de Castro, Emma Suárez, Carmen Machi, Alberto San Juan, Pere Arquillué, Bárbara Lennie, Mercedes Sampietro, Elisabet Gelabert y Macarena Sanz. "Ese vaivén de teatro y cine ha sido siempre una cosa muy fluida que, de repente, no sé quién comenzó a separar con muros. Solo son formas diferentes de contar historias y de investigar sobre la condición del ser humano, pero complementarias. Todo el elenco con el que trabajo son actores que pasan del teatro al cine, o del cine a la tele, con una normalidad apabullante", explica.

Gonzalo de Castro es uno de los más versátiles. "Este presente de mierda no me gusta nada", reconoce a Vozpópuli. En cambio, al personaje que interpreta en Las furias, Héctor, le atormenta más el futuro. Es el hermano mayor de la familia Ponte Alegre, que aprovechará para casarse con su novia de toda la vida, Ana (Emma Suárez) en la casa de veraneo que su madre, Marga (Mercedes Sampietro), ha amenazado con vender para hacer un misterioso viaje. "Es una película extraordinaria sobre la deriva de una familia, como ocurre con la gran mayoría de familias que nos hemos inventado en este 'planeta de los simios' en el que vivimos. Por tanto, la comunicación, la ternura y la certeza de futuro y de amor están ausentes", dice el actor madrileño. Si su personaje evoca al príncipe troyano, los de sus hermanos, Casandra y Aquiles, continúan con la tragedia griega. "El guión es extraordinario y tiene una musculatura muy teatral en la que el paisaje, turbio y húmedo, es un personaje más", explica. "Espero que el público tenga la curiosidad y el deber de ir a ver la película porque está todo hecho aquí, con un dramaturgo de aquí y directores de aquí. Se nos llena la boca de hablar de apoyar el cine y la única forma de apoyar el cine es verlo, sin bajárselo porque si no, nos despachan en cuatro días", pide De Castro.

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