Cultura

Mariano Alonso y Luis Fernando Quintero: "Arnaldo Otegi no se ha arrepentido de sus acciones en ETA”

La biografía 'Otegi: La última bala de ETA' repasa la carrera política del líder abertzale

  • Luis Fernando Quintero y Mariano Alonso. -

Los periodistas Mariano Alonso (Madrid, 1979) y Luis Fernando Quintero (Villanueva de la Serena, 1982) han recibido un premio improvisado a su curiosidad: la reinvención de Arnaldo Otegi como hombre de estado pone en relieve esta nueva biografía política de estilo pulcro. En esta los adjetivos solo están en la transcripción minuciosa de los ditirámbicos mítines abertzales. Otegi: La última bala de ETA (Plaza y Janés, 2024), así, es una síntesis de un tipo con escaso talento que solo el azar y un afortunado mitin le convirtieron en un hombre de estado. Toda aquella sangre previa, río que dividió en dos Euskadi, fue convenientemente blanqueada por sus actuales socios políticos.

Pregunta: ¿Cómo os interesáis por un personaje tan anodino como Arnaldo Otegi? ¿No tiene mucho de fracasado social que se redime con su vinculación abertzale?

Respuesta: Mariano Alonso: ¿Fracasado social? Bueno, creo que viendo donde ha llevado a Bildu no podríamos decir que ha sido un fracasado.
Luis Fernando Quintero: Fracasado político desde luego no. Es cierto que cuando nos interesamos por él quizá no era el hombre que es ahora. Era más ese terrorista que terminó entrando en política porque era la manera en la que entendía que mejor se luchaba. Nos interesamos por él hace más de diez años, aproximadamente doce, creo que cuando empezamos la investigación, porque intuíamos -incluso estando en prisión- que iba a tener un papel muy importante en la política española a largo plazo.
Era, además, un personaje que no tenía una biografía: no se había estudiado su vida, su perfil personal y político. Entonces, en aquel momento fue Mariano -hemos trabajado juntos muchos años gracias a Dios- el que me preguntó “¿Por qué no hacemos una buena investigación sobre este personaje?”. Decía, también, “este terminará siendo Lehendakari” -Mariano se equivocó-, si bien no erramos en ver que iba a ser uno de los personajes públicos más determinantes de la política actual. De hecho, el gobierno de España, en boca de su vicepresidente, llegó a decir que Otegi se situaba en la dirección del Estado. Llegar allí desde la izquierda abertzale, el entorno de Batasuna (heredero de la banda terrorista ETA), no es un fracaso.

P: Quiero empezar en los 70, con la militancia inicial de Otegi, ¿Cómo pudo crear una mitología tan fuerte el independentismo vasco con los últimos fusilados de la dictadura? Uno ejemplo contrario, el FRAP, siempre fue minoritario

R: M. A.: Sí, es una buena pregunta. Obviamente, esto excede de Otegi -el personaje de nuestro libro- aunque evidentemente es parte. Yo diría que ETA es una historia muy fulgurante de éxito, desgraciado éxito, con tres hitos que se podrían analizar: el proceso de Burgos, el asesinato de Carrero Blanco y esos últimos fusilamientos de la dictadura que has citado. Es un arco temporal de apenas un lustro y después nunca hizo una acción tan espectacular como la de Carrero Blanco, ni pudo victimizarse tan bien por una represión dictatorial…

P: Enlazas con mi siguiente pregunta: los primeros pasos de Otegi en ETA político – militar son fascinantes por el cutrerío de todo, incluyendo alguna chapuza (el intento de secuestro y asesinato de Gabriel Cisneros). ¿No crees que en cualquier grupo terrorista serio habrían purgado a Otegi por incapaz?

R: L. F. Q.: Bueno, nunca se sabe. El terrorismo es cutre por dentro…

P: El intento de secuestro de Cisneros es muy parecido al intento de proteger a Vito Corleone por parte de su hijo Fredo. Y esto no llevó a que este último acabara siendo el capo de la familia…

R: M. A.: Sí, bueno, pero al final matar -por desgracia- es barato. O sea, muchas veces se ha caído en la mitología de hacer de cualquier terrorista un gran estratega. Lo que ha absorbido socialmente la banda terrorista han sido personas, por decirlo coloquial y llanamente, que eran unos pobres diablos.
L. F. Q.: Volviendo al comienzo de tu pregunta, era un tipo que podía ser un poco chapucero en sus inicios como todo el grupo que le acompañaba: esos intentos en las gasolineras, ese asalto a un cuartel de la guardia civil que acabó en sainete. Es decir, eran los primeros pasos: ahí se iban entrenando. Cuando atenta contra Cisneros, no fue tanto una chapuza del comando o del grupo terrorista como que el ucedista se salió del guion que ellos esperaban. El que efectúa el tiro por las declaraciones de Cisneros es el propio Otegi y no lo mata de milagro.
Sí es cierto que él tenía un mote, “Lodi” -gordo en euskera- pero más como ironía porque era más bien flacucho. Los coetáneos dentro de la banda le veían como alguien con pocas facultades; no era un hombre de acción. En ese impasse de ETA, a finales de los años 80, toma la palabra en un “Gudari Eguna” y los jefes terroristas ven en ese chaval con una bandera al hombro una fuerza que les iba a venir muy bien.

P: Háblame un poco de Elgóibar, en Guipúzcoa, que fue la meca de mucho dirigente abertzale ¿Por qué hay tanta tensión entre ciudad -siempre menos nacionalista- y campo en Euskadi?

R: M. A.: Sí, pasa en Cataluña también…

P: Es más aislado Euskadi: el pequeño empresario catalán rural puede detestar al resto de españoles, pero vende sus productos fuera

R: M. A.: Sí, pero en Cataluña también tiene ese comportamiento electoral: los independentistas están en el mundo rural y sufren más en los núcleos urbanos. Hay una mística del caserío, de la que sin duda participa Otegi junto a su amigo Jesús Eguiguren en las negociaciones en Txillarre, resumida en esa declaración sobre los montes vascos tan risible que hace en 'La pelota vasca, la piel contra la piedra' (el documental de Julio Medem).
Pensemos que en el caserío de Txillarre ellos llegaban y el propietario, un antiguo militante trotskista, les daba comida. Es esa ficción de un pequeño mundo cerrado. Por otro lado, y lo decíamos el otro día en una entrevista, es curioso que históricamente los vascos si algo han hecho bien, si por algo han destacado, es por ser grandes navegantes.

L. F. Q.: Si me permites añadir, hay un punto ideológico muy importante. En ese momento que Arnaldo Otegi deja de ser niño es un tiempo en el cual las revoluciones tienen un peso muy importante en el mundo: la cubana -en la que él siempre se ha querido mirar-, la vietnamita de Ho Chi Minh, etc. Este tipo de ideologías siempre ha calado más en entornos rurales. Esta se perdía, se diluía, en las ciudades: en estas el comercio permite a muchos prosperar y así el progreso avanza y se abre camino.

P: Precisamente, ¿No creéis que hubo mucha comprensión desde la extrema izquierda al terrorismo abertzale? Se deja caer en muchos momentos de esta biografía…

R: L. F. Q.: Totalmente de acuerdo y precisamente por ese motivo siempre se ha tenido simpatía debido a esa pulsión de izquierdas. Otra cosa es que no se hayan querido mezclar con su gusto por las pistolas. Decían que si eres de izquierda no puedes ir con la pistola…

Luis Fernando Quintero y Mariano Alonso. J.T.
Pregunta: Arcadi Espada nos confesó hace poco que Manuel Vázquez Montalbán jamás condenó por completo el terrorismo de ETA

Respuesta: L. F. Q.: Claro

M. A.: Hay una comprensión. Yo iría un poquito más allá y creo que lo que ha habido es fascinación por el mundo de la izquierda abertzale. Pablo Iglesias ya desde sus orígenes estaba fascinado por la manera de hacer política de estos.

P: El comunista hispanófilo Santiago Armesilla, que compartió carrera con Pablo Iglesias, recordaba a Íñigo Errejón colocar una pancarta a favor del etarra Iñaki de Juana Chaos

R: L. F. Q.: Comparten el imaginario. Me gusta mucho que saques este tema, que muchos jóvenes de hoy en día desconocen, ya que bastantes líderes de izquierdas tradicionalmente
han justificado la violencia, las armas y el asesinato como herramienta de argumentario político. Otegi, todavía a día de hoy, no ha negado que los atentados mortales de ETA durante toda su historia criminal eran argumentos encima de la mesa.

P: Quiero haceros una pregunta marxista, ¿No hay una masa desempleada en la Euskadi de la reconversión que fue captada por ETA? Lo digo porque el perfil de los que entraron luego de Otegi es muy similar (clase obrera, no siempre de apellidos vascos, que lo ve como un método obtener sustento)

R: M. A.: La reconversión industrial de los 80 fue dura y afectó a Euskadi y a otros lugares de España. Euskadi, por lo demás, es una sociedad muy rica con una rara simbiosis de tener una gran potencia industrial pero también ser muy pequeño. Su estado del bienestar, unido al régimen fiscal, le hace superior a otros lugares. Comparte con Cataluña una característica sociológica y es que ha recibido mucha inmigración de fuera y en buena medida el nacionalismo puede ser una reacción ante eso. Ahora, también, España es un país que está recibiendo mucha inmigración. El debate migratorio está empezando a estar presente en la campaña vasca y lo está puntualizando Vox.

L. F. Q.: La reconversión industrial ha sido un caldo cultivo para que fructifiquen ideas como la de esta gente.

M. A.: Eso que tú dices es verdad, pero muchos de los que han terminado en ETA, en movimientos extremos, son de todo menos obreros: no han dado un palo al agua en su vida.
En la serie 'La línea invisible' se ve muy bien la discusión entre la ETA obrera, aquella que se termina extinguiendo, y la ETA más dura que continúa.

P: Me fascina en esta obra Françoise Marhuenda; particular Patty Hearst francesa y que denunció a todo el grupo de Otegi ¿No se daba cuenta que sus “vacaciones revolucionarias” producían muertes?

R: M. A.: Sí, sin duda, es un perfil interesante que igual el día de mañana merece otro libro. El terrorismo de ETA ha sido un terrorismo homólogo a otros europeos (IRA, Brigadas Rojas, etc.) y efectivamente ha habido una parte de la juventud o de la sociedad europea occidental que ha coqueteado de manera muy frívolamente.
L. F. Q.: François Marhenda lo canta absolutamente todo; explica cómo se llevaba a cabo el secuestro y da pruebas. Contra Arnaldo Otegi eran evidentísimas y, sin embargo, queda libre debido a que la propia víctima -Javier Rupérez- no pudo verle nunca la cara.

P: Regresando al líder abertzale, ¿Cómo pasa este Otegi reticente al asesinato -según los testimonios del libro- de finales de los 70 a la ETA dura de los 80?

R: M. A.: Bueno porque ETA político militar desaparece…

P: Pero muchos militantes de esta organización pseudo civil salieron de la lucha armada

R: M. A.: Sí, eso es, iniciaron un proceso. Nicolás Redondo lo explica muy bien y decía que las dos o tres veces que se reunió con Otegi en los 90 y los 2000 -enviado por el gobierno de España- luego se reunía con Mario Onaindia. Estaba ya muy enfermo y este le preguntaba a Redondo si Otegi estaba dispuesto a hacer el proceso que hicieron ellos y comprender que en la Constitución del 78 se podía hacer política.
L. F. Q.: Él hace el camino contrario. Esa enmienda no la hace Otegi. Juzgaba los atentados como argumentos encima de la mesa. Lo único que ha ido cambiando son los métodos: antes eran asesinatos porque los veía como la única vía posible.

P: Habladme un poco de cómo sobrevivió el mundo abertzale gracias al rock radical vasco: vuestra descripción del mitin “Gudari Eguna” (1994) con el inefable Fermín Muguruza como Norma Duval abertzale es síntoma del tiempo

R: M. A.: (risas). Sí, sin duda. El mundo de la izquierda abertzale tiene un enorme poder y penetración cultural.

P: No hay todavía análisis precisos de cómo el monopolio de esa contracultura incluso irradió al resto del país.

R: M. A.: Volvemos, de hecho, a la fascinación de Pablo Iglesias por este. Es un mundo que tiene medios de comunicación potentes, tiene editoriales…

P: Txalaparta…

R: M. A.: Sí, y también penetra otros en ámbitos como el rock radical vasco, que obviamente tienen una gran influencia en un momento dado en la juventud. Hoy quizá lo harían con el reggaetón.

P: Reggaetón abertzale

R: M. A.: Es un mundo que crea un imaginario y eso es un arma de combate nada desdeñable.

P: A propósito del ascenso político de Otegi, ¿No tiene algo de azar? Es decir, corrió el puesto después de una de las sucesivas ilegalizaciones de la izquierda abertzale

R: L. F. Q.: Aquel mitin que hemos citado fue paradigmático para Arnaldo. Luego de él hay que decir una cosa y es que como cara visible del brazo político de ETA tenía mucho carisma. Es verdad que no compartía la visión sobre todos los temas, pero tuvo su momento y aprovechó la oportunidad.
M. A.: Pero el azar no es tanto el que corriera lista en el 94, cosa relativamente frecuente en los partidos políticos, sino tres años después en el 97 cuando se encarcela la mesa nacional de Herri Batasuna. Ahí ésta sufre algo parecido a una gran escisión y mucha gente de la cúpula desaparece. Hay, también, un enfrentamiento en el parlamento vasco con Juan María Atutxa a cuenta de unos disturbios con la Ertzaintza. Ese día tomó la alternativa a nivel parlamentario.

P: ¿No es sorprendente que este líder de la izquierda abertzale, aquellos que tenían en su boina esa vitola intelectual del marxismo, no haya escrito un libro? Es decir, hasta el mayor zote constitucionalista en Euskadi tenía varias licenciaturas

R: M. A.: Bueno, pero esto por sí solo…

Él no entiende el daño que ha hecho y ve los crímenes que ha cometido como argumentos políticos encima de la mesa
Pregunta: En el viejo marxismo de los 70 un profesor universitario era todo…

Respuesta: M. A.: Muchos de sus hagiógrafos lo venden como una persona de grandes inquietudes intelectuales. Bueno, ya será menos…
L. F. Q.: Yo aquí sí que rompo una lanza por él: llegó a la banda terrorista muy joven y con unas cuantas lecturas revolucionarias. Luego, no ha tenido una evolución intelectual. En el mitin que le consagra dice que a quien hay que aplaudir a Jon Idígoras y a todos los que están cumpliendo prisión en las cárceles españolas (otra forma de glorificar a ETA). Es una visión de estratega, pero aquellos que hayan querido darle esa vitola intelectual han sido más bien los tejedores de esa piel de cordero.

P: Que gran personaje estrambótico era Jon Idígoras

R: M. A.: (Risas) Fue novillero.

P: ¿Cuándo se da el giro del PSOE en cuestiones vascas? ¿Con Zapatero? ¿Con Sánchez? Han pasado de ser dianas de ETA a ser sus aliados

R: M. A.: Nosotros contamos en el libro cómo en el año 2016 -la primera investidura de PSOE que es fallida- hay un enfrentamiento muy fuerte entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Este último le dice “Vds. tienen las manos manchadas de cal viva”. Sánchez criticó antes que Iglesias llamara a Otegi un “preso político” citando al “compañero” Isaías Carrasco asesinado por ETA. Esto pasó hace solo ocho años. Desde entonces, Bildu ha ido creciendo electoralmente y desde el 2020 es fundamental. La aritmética cambió.

L. F. Q.: Si quieres, a modo de resumen, se puede decir que todos los gobiernos han explorado la vía de la negociación para acabar con ETA. Lo que diferenciaba a unos u otros eran los escrúpulos que tenían. Aznar no cedió ninguna parcela -la “tregua trampa”- mientras que Zapatero sí estuvo dispuesto a saltarse algunas líneas rojas. Finalmente, Sánchez ha sido el que se ha saltado absolutamente todo y validado al mundo de ETA como actor político.

P: Viendo los últimos movimientos de Otegi, ¿no crees que ha renunciado a corto plazo a la independencia por la anexión de Navarra?

R: M. A.: Esta no es incompatible con la independencia a largo plazo…

P: Sería un estado más viable…

R: M. A.: …e incluso es una meta volante importante que permite la constitución (disposición transitoria cuarta). Aunque tampoco sería mucho más grande.

P: Demográficamente tendría apenas ganancia

R: M. A.: En España siempre es ese el problema: donde hay tensiones independentistas es en Cataluña -que pesa mucho demográficamente- y en el País Vasco y Navarra -sitios ricos, pero muy pequeños-.

P: Es una de las razones del mantenimiento del concierto económico, no es excesivo para el Estado

R: M. A.: Efectivamente, en la transición el concierto vasco se acepta por ese poco peso del territorio. Luego hay una cosa simbólica que es Pamplona, que es la Jerusalén de la izquierda abertzale.
L. F. Q.: Ganar Navarra sería una medalla enorme para decir “fijaos lo que hemos conseguido”. La salida de los presos de la cárcel sería otra de las medallas. Son sus dos metas volantes

P: ¿No hay una guerra civil cultural entre la Euskadi abertzale y la Navarra del Opus?

R: M. A.: Si, esa tensión existe. Creo que el País Vasco y Navarra estaban algo más hermanados en la transición y, luego, todo lo que ha pasado ha creado una resistencia a la anexión en la comunidad foral (que es muy variada culturalmente).

P: Y, la última pregunta, ¿Creéis que Otegi se ha arrepentido alguna vez de sus crímenes, de sus acciones en ETA?

R: M. A. y L. F. Q.: No, creemos que no se ha arrepentido.
L. F. Q.: Hemos sido tan tajantes no por capricho, y tampoco por que estemos ideológicamente en el otro espectro. Yo creo que nos acercamos al personaje sin mayores apriorismos, pero si lo estudias un poco ves que sus intentos de arrepentimiento son vagos. Él no entiende el daño que ha hecho y ve los crímenes que ha cometido como argumentos políticos encima de la mesa. Está encantando con la historia que ha ido escribiendo.


En calidad de afiliado, Vozpópuli obtiene ingresos por las compras que cumplen los requisitos. La inclusión de enlaces no influye en ningún caso en la independencia editorial de este periódico: sus redactores seleccionan y analizan los productos libremente, de acuerdo con su criterio y conocimiento especializado.


Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli