Cultura

La grandeza de Wilco en un concierto de versiones

Hay grupos que siempre parecen capaces de ofrecer un algo más allá de lo esperado, entregar un valor que pudiera pensarse alejado de su estatus actual, demostrar que si han llegado donde están es por méritos propios. Los americanos Wilco lo hacen una y otra vez y esto les afianza como una de las bandas clásicas del panorama actual.

Hace unos días, durante la celebración del festival Solid Sound que los propios miembros de Wilco organizan en el Massachusetts Museum of Contemporary Art, volvieron a demostrarlo en dos conciertos que ya se antojan históricos. En uno de ellos interpretaron su propio repertorio, pero rescatando canciones más oscuras que no suelen tener su lugar en directo. Sin duda, una golosina para sus seguidores.

Además, el asombro adquirió proporciones mayúsculas cuando en el otro set decidieron ofrecer un concierto íntegramente basado en versiones de clásicos de la historia del rock. Desde los eternos Bob Dylan, Rolling Stones, Neil Young, Grateful Dead, Beatles, Kinks, Velvet Underground o The Band hasta propuestas más desconocidas para el gran público como Big Star, Yo La Tengo, Count Five, Television, Cheap Trick, Pavement o actuales como Daft Punk. Fueron en total más de dos horas que pueden escucharse o descargarse, con el permiso de la banda.

Para valorar en su justa medida este repaso histórico a una gran parte de la historia de la música rock, hay que establecer el lugar que ocupan Wilco en la actualidad: uno de los grupos que, nacidos en la independencia, han alcanzado cumbres más altas en cuanto a creatividad, calidad y aceptación entre un público cada vez más amplio. Y en esas cimas no suele ser habitual una demostración de amor por la música como la que realizaron en ese festival.

Cronistas actuales de la música americana

Nacidos de las semillas de su anterior banda, Uncle Tupelo, su líder Jeff Tweedy demostró que poseía el conocimiento y disponía de la sensibilidad emocional para erigirse en un nuevo cronista de esa América que tantas veces dibujaron maestros como Woody Guthrie y Bob Dylan. Sus tres primeros discos a finales del siglo pasado se convirtieron en frescos de una música imperecedera y encumbraron a Tweedy como uno de los poetas musicales más importantes de su generación.

Pero con Yankee Hotel Foxtrot en 2002 y A ghost is born dos años más tarde, demostraron que no tenían ningún impedimento en avanzar por caminos en cierto modo experimentales sin abandonar sus raíces. Una ampliación de miras que les descubrió ante públicos más modernos, pero que en nada rebajó su legado, al de antes y el actual. Porque a día de hoy, siguen siendo una de las propuestas más impactantes, tanto en disco como en directo, de un panorama que en muchas ocasiones se mira demasiado a sí mismo. Wilco demuesran, una vez más, ser una refrescante excepción. 

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