Siempre ha habido diferencias entre los datos de consumos y emisiones homologados por los fabricantes en sus turismos y los reales luego en carretera, en situación de conducción normal. Sin embargo, la brecha existente ha ido a más en los últimos años y, entre 2018 y 2022, ha subido del 8% al 14%, lo que amenaza las metas de reducción de CO2 en Europa.
Los datos recogidos por un estudio difundido por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés), señala que la brecha ha crecido un 80% en cinco años pese a la introducción de un nuevo protocolo de emisiones.
"Si no se toman medidas para reducir esa diferencia la tendencia pone en peligro los objetivos de reducción de CO2 en la Unión Europea (UE)", advierte el ICCT.
También implica dar falsas expectativas al consumidor sobre el consumo de combustible en el mundo real, así como sobre los costes y el impacto medioambiental asociados, agrega el consejo.
Los valores oficiales de emisiones de CO2 se determinan mediante mediciones en un entorno de laboratorio controlado. En 2017, un nuevo protocolo de emisiones, el Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedure (WLTP), sustituyó al anterior New European Drive Cycle (NEDC).
El actual protocolo de emisiones permite que los valores de laboratorio estén más cerca de las emisiones reales, lo que llevó en 2018 a una reducción de la brecha de un 33% al 8% en el mismo año pero, como lo muestra el estudio, la diferencia vuelve a crecer.
Mientras que los valores oficiales de consumo de combustible y emisiones de CO2 se redujeron en torno a un 7,3% entre 2018 y 2022, la reducción lograda en carretera fue inferior a un tercio, con solo un 2,3%.
"Nuestro análisis muestra que la brecha en el mundo real está creciendo de nuevo tras la introducción del WLTP", dijo Jan Dornoff, responsable de investigación del ICCT y coautor del estudio.
"Si no se toman medidas, los valores oficiales de emisiones de CO2 serán cada vez menos representativos de los valores reales y las reducciones obligatorias de los valores oficiales no se reflejarán en las emisiones reales", subrayó.
Combustibles más caros
"Esto socavará los esfuerzos de la Unión Europea por reducir las emisiones de CO2 relacionadas con el transporte y hará que los consumidores paguen por el combustible más de lo previsto", enfatizó además.
Según el ICCT la Comisión Europea (CE) dispone de herramientas para corregir esas divergencias y llegar a datos de emisiones transparentes y fiables.
El estudio propone un mecanismo de corrección que compensaría el exceso de emisiones de CO2 liberadas debido a un desfase creciente.
Un mecanismo de corrección "puede garantizar que los objetivos de reducción de emisiones de CO2 que los fabricantes deben cumplir en los próximos años se actualicen proporcionalmente de acuerdo con la rigurosidad original prevista", dijo Peter Mock, director general de ICCT Europa.
Y aunque a efectos de emisiones no tienen relevancia en el caso de los eléctricos, las diferencias en los datos de consumo homologado de estos modelos respecto a los reales resultan incluso superiores a los que se dan entre los coches de combustión, y en la práctica resulta prácticamente imposible desplazarse con un modelo eléctrico, sobre todo en carretera, y acercarse a las cifras de autonomía homologadas.