La producción de automóviles en febrero creció un 0,7% más respecto al mismo mes de 2023 hasta 227.923 unidades. La flexibilidad en la cadena de suministro y en las líneas de las fábricas de automóviles normalizan los ritmos de fabricación de vehículos.
Ello ha permitido que en los dos primeros meses se acumule 458.879 unidades, un 9% más que en los dos primeros meses del año pasado, aunque todavía seguimos un 7% por debajo de 2019, periodo prepandemia.
El leve crecimiento en febrero se debe, principalmente, a que las fábricas prosiguen en su senda de estabilización de la producción propiciada por la recuperación tanto del aprovisionamiento de materiales como la recepción de estos. Tras las graves crisis de microchips y las guerras, el sector cuenta con una mayor flexibilidad a la hora de afrontar las tensiones en la cadena de suministro.
Tal es el caso en la actualidad que las marcas, los proveedores y las navieras han buscado las mejores alternativas para que el bloqueo del mar Rojo no produzca parones en la producción sino leves retrasos o retardos en los ritmos de la actividad. Por ello, la patronal Anfac confía en que este año se puedan superar los 2,5 millones de vehículos fabricados en España.
Por tipo de vehículo, la fabricación de turismos fue de 182.567 unidades en febrero, un 1,8% más que en el mismo mes de 2023. Mientras que los vehículos comerciales e industriales han registrado un descenso del 3,7% en comparación con febrero de 2023, con un total de 45.356 unidades.
En cuanto a tecnologías se refiere, durante el mes de febrero la producción de modelos con etiqueta CERO y ECO (eléctricos, híbridos enchufables, híbridos convencionales y de gas) ha aumentado un 5,7% con respecto a 2023, con un total de 44.349 unidades, suponiendo el 19,5% de la producción. En el total del año, se suman 86.615 unidades, un 8,7% más.
Desciende de manera notable la producción de electrificados en el acumulado del año, tanto eléctricos como híbridos enchufables, que cae un 25,6% hasta las 43.550 unidades, que suponen un 9,5% de la producción total.
De estas, 22.037 correspondieron con vehículos eléctricos puros (BEV), que reducen prácticamente un 30% su producción con respecto a 2023; y 21.514 unidades son vehículos híbridos enchufables (PHEV), un 21,4% menos que en 2023.
Por su parte, es destacable el fuerte incremento de la fabricación de vehículos con motores híbridos, que aumenta un 75%, con casi 37.000 unidades que suponen el 8% de la producción total.
Un 6% más de exportaciones
En cuanto a las exportaciones de los vehículos producidos en las diferentes fábricas españolas, durante el febrero se han enviado fuera de nuestras fronteras 204.281 unidades, un 0,7% menos que en el mismo mes del año anterior. Una pequeña caída en el segundo mes que no evita que, en lo que llevamos de año, se mantiene el ritmo positivo con un crecimiento del 6,3% y 405.735 vehículos exportados.
En el segundo mes, Europa se mantiene como primer destino de exportación con una cuota del 93,2%, 3,2 puntos porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior. En cambio, los vehículos enviados al resto de continentes sufren descensos, destacando los casos de América con una reducción del 35,5%, Asia con una caída del 63,8% y Oceanía que reduce en un 36,2% sus pedidos.
Entre los cinco principales países de destino de exportación en febrero, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Turquía se mantienen en los primeros puestos. A excepción de Italia con un descenso del 10,6%, el resto del Top 5 registra incrementos de sus pedidos en febrero.
Para el director general de Anfac, José López-Tafall, “hay que llamar la atención sobre la producción de vehículos electrificados. Llevamos dos meses en los que observamos una reducción, con cuatro puntos porcentuales menos en la cuota total respecto al año pasado. Esto se puede interpretar como una relación directa con la demanda. Sin demanda no hay producción. Incentivar su demanda, establecer políticas que estimulen el mercado, no solo en España sino en Europa, que es nuestro principal destino de exportación, es una prioridad. O aceleramos su ritmo, o nos descolgamos de la carrera de la electrificación. Y ni la economía, ni el empleo, ni la industria en Europa y en España se lo pueden permitir”.