El dolor de cabeza es uno de los más recurrentes y frecuentes a todas las edades. Los motivos pueden ser de lo más diversos y numerosos: desde sufrir estrés hasta no descansar bien, sin olvidar las dolencias como las migrañas o las cefaleas en racimos – causa molestias intensas alrededor de un ojo, y puede llegar a despertar a la persona del sueño-.
Los cambios repentinos de temperatura también pueden ser causa del dolor de cabeza, además de las luces blancas e intensas, aunque aquí entra en juego una dolencia distinta: la fotofobia o sensibilidad a la luz. Este síntoma es uno de los más frecuentes entre aquellos que sufren migrañas, por lo que los días nublados con luz intensa suponen todo un reto para ellos.
Más allá de los problemas clínicos, hay hábitos que pueden empeorar el dolor de cabeza. En ocasiones, estas costumbres son frecuentes entre los más pequeños, algo que puede derivar en migrañas crónicas con el paso del tiempo, algo que según la Sociedad Española de Neurología (SEN) afecta a 1,5 millones de personas en España. Los ataques no tratados pueden llegar a durar de 4 a 72 horas, acompañadas de síntomas como las náuseas o los vómitos, tal y como afirma el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos.
Las costumbres que se deben evitar
El ritmo frenético, llevado a diario, es uno de los peores enemigos y causante del dolor de cabeza. El descanso regular es uno de los factores más importantes para evitar esta dolencia: según la Fundación del Sueño de Estados Unidos (NFS), lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas, aunque a partir de los 65 años es preferible dormir un máximo de 8 horas. Para los más pequeños, de hasta 3 años, se recomienda un descanso de 11 a 14 horas diarias.
La alimentación inadecuada: excesivo consumo de chocolate, azúcar, queso o embutidos. Todos estos alimentos propician la dolencia, además de ser perjudicial para otros tipos de problemas de salud, como la diabetes o la obesidad. Unido a esto va la deshidratación: las bebidas azucaradas no son la solución. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda beber 2 litros de agua en el caso de las mujeres, y medio litro más en el caso de los hombres.
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos
Finalmente, el estrés es otro de los factores más comunes, y no afecta solo a adultos. El exceso de actividades extraescolares y tareas que los más pequeños se llevan a casa puede influirles negativamente. También lo hacen los problemas familiares: conseguir un buen ambiente en casa, de descanso y tranquilidad es fundamental, tanto para pequeños como adultos.