¿Te duele la espalda? Tranquilo, todos en algún momento de nuestras vidas hemos sufrido esta molestia sin saber muy bien qué movimiento extraño hemos hecho para que nos ocurra. Te levantas de la silla donde estás trabajando, estiras el brazo para coger algo o te agachas a por cualquier cosa del suelo y, de repente, ahí está esa sensación que puede aparecer desde las lumbares a las dorsales e incluso al cuello.
Según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología (SER), aproximadamente, el 80% de la población lo sufrirá, siendo la mayoría de las veces de causa benigna. Solo el resfriado común lo supera como causa más habitual de visita al médico y es una de las razones más frecuentes de baja por enfermedad laboral.
Además, desde que mucha gente teletrabaja por la pandemia causada por el coronavirus, los traumatótologos y fisioterapeutas han notado un incremento de los casos. "Cuando comenzó el desconfinamiento empecé a notar que había muchas más personas que sufrían de esta afección", revela a Vozpópuli Jorge Abellán, fisioterapeuta.
Lo cierto es que en las últimas décadas, la incapacidad asociada con esta patología en la mayoría de los países desarrollados se ha convertido en un problema con tantas implicaciones a nivel laboral, sanitario y social que resulta imprescindible entender sus causas y buscar soluciones. Las malas posturas tanto en el trabajo como en la vida diaria, el sedentarismo, la obesidad y algunas actividades, sobre todo laborales en las que se requiere un gran esfuerzo físico, suelen ser los detonantes de este tipo de dolencia, pero, ¿qué opina el experto?.
Dolor lumbar
La prevalencia del dolor lumbar es del 60-90% y puede abarcar desde la parrilla costal a la zona glútea, pudiendo irradiar a la pierna. "Es la causa más frecuente de dolor vertebral, más incluso que el cervical. De hecho, la lumbalgia crónica es la patología más común. Un gran problema es la recurrencia, que ocurre entre un 50-80% y la mayor causa de incapacidad laboral transitoria en mayores de 45 años", comenta el fisioterapeuta.
Este tipo de afección es causa de discapacidad y repercusión socioeconómica. Además, es la segunda causa más frecuente de motivo de baja laboral en Atención Primaria. Si es agudo, suele durar de 4 a 6 semanas; si es subagudo, de uno a tres meses y si pasa a ser crónico, hasta seis meses. "El 80% es mecánico o inespecífico y también puede ser fuente de dolor psicosomático, aunque hay que descartar otras patologías antes de dar este diagnóstico", explica.
Si estamos sentados se debe mantener la espalda recta, con la mesa a la altura de los codos, adecuando la silla y su altura al tipo de actividad
En cuanto al tratamiento, el ejercicio y la educación a los pacientes es lo que más funciona y mayor evidencia ha demostrado. "Normalmente este tipo de dolores, si no hay otro problema subyacente, desaparecen con analgésicos y AINE, paracetamol, diclofenaco, opiáceos como el tramadol, antidepresivos, benzodiacepinas, antiepilépticos como la gabapentina o pregabalina. Además, hay que evitar el reposo relativo, aunque excepcionalmente se puede hacer durante la fase aguda de dolor, pero con el crónico hay que moverse", añade.
En cuanto a la terapia manual, Abellán revela que no se ha demostrado que el masaje tenga gran eficacia en el dolor vertebral. En las ocasiones en las que la que dolor es insoportable, el tratamiento pasa por las infiltraciones o las ortesis, un apoyo externo del que no hay que abusar porque desacondicionan la musculatura. "Se pueden usar en fases agudas de dolor, pero no a largo plazo. Mucha gente utiliza fajas lumbares durante mucho tiempo y acaba siendo contraproducente, pues pierden masa y tono muscular e incluso pueden atrofiar la musculatura", explica el especialista.
En cuanto a la cinesiterapia, Jorge explica que "es lo que más evidencia científica tiene". "No se hace en fase aguda, pero sí subaguda y crónica y es lo mejor para evitar las recurrencias. Se debe pautar de forma específica, por especialistas, y siempre individualizado a cada paciente según su patología y situación", comenta.
Higiene postural
"Se debería informar a todos los pacientes sobre la escuela de espalda. Esto quiere decir que se le debe enseñar y educar sobre su problema (dolor lumbar) y mostrarle estrategias de higiene postural para disminuir el dolor. Son útiles a corto plazo, pero se ha visto que a largo acaban abandonando los ejercicios y las recomendaciones pautadas por los fisioterapeutas.
Es importante evitar el sedentarismo. Se deben hacer descansos en las largas jornadas de trabajo, realizar ejercicio y cuidar la higiene postural
Es muy importante que el paciente sea consciente de su situación, ya que es fundamental para darse cuenta de cómo está y así poder corregir posibles problemas. ¿Cuál es la clave? Una postura correcta. ¿Cómo aplicamos esto en nuestro día a día? "Necesitamos de atenernos a cuatro reglas básicas: no ha de doler, no se debe alterar nuestro equilibrio, que la movilidad no se vea limitada y mantenerla no ha de causar excesiva fatiga", aconseja.
Pero no solo eso, el experto enseña cómo se debe sentar la gente que está muchas horas teletrabajando: "Si estamos sentados se debe mantener la espalda recta, con la mesa a la altura de los codos, adecuando la silla y su altura al tipo de actividad, con un apoyo lumbar adecuado y procurando que tanto rodillas como codos estén cómodos y formando ángulos rectos (si es necesario, usar reposapiés)", explica. Además, asegura que es muy importante cuidar la alimentación, pues el sobrepeso y obesidad pueden ser una causa y mantenimiento del dolor lumbar.
¿Osteoporosis?
Además, millones de personas que sufren dolor de espalda podrían tener los huesos rotos en la columna vertebral, desvelan desde la británica 'Royal Osteoporosis Society'. Es decir, muchas personas podrían padecer ;osteoporosis ;y no saberlo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la osteoporosis afecta en España a 3,5 millones de personas. Ahora, la asociación británica asegura que se trata de una enfermedad hereditaria y que las personas mayores de 50 años con esta afección deben consultar a un especialista.
"También es importante evitar el sedentarismo en la medida de lo posible, hacer descansos en las largas jornadas de trabajo para levantarse, caminar, estirar... Además, se debe realizar ejercicio, siempre adaptado a las posibilidades de cada uno y supervisado en caso de tener una patología de base y cuidar la ergonomía e higiene postural flexionando las rodillas al agacharnos y no doblar la espalda; evitando cargar grandes pesos y no haciendo movimientos bruscos…, sobre todo los puestos de oficina y largas horas sentado frente al ordenador. Es recomendable dormir boca arriba o de lado en posición fetal", aconseja.