La menopausia es una etapa de cambios en el cuerpo de la mujer que debe afrontarse con naturalidad y siguiendo además los consejos de los especialistas. Los cambios hormonales que sufren las mujeres cuando comienzan a tener los primeros síntomas de la menopausia pueden afectar a muchas partes como la piel o el cabello.
¿Cómo cambia el pelo antes, durante y después de la menopausia? “Los cambios en el cabello a lo largo de la menopausia están directamente relacionados con los niveles hormonales, particularmente con la disminución de estrógenos y la influencia de los andrógenos”, explica Ilda Rodríguez, coordinadora médico de Svenson.
“Antes de la menopausia, la disminución progresiva de los estrógenos puede hacer que el cabello pierda volumen y se vuelva más frágil. Al mismo tiempo, las fluctuaciones hormonales pueden alterar la producción de sebo, lo que provoca un aumento de grasa en el cuero cabelludo”, añade.
Durante la menopausia, “la marcada caída de estrógenos reduce la producción de sebo, haciendo que el cabello se vuelva más seco y quebradizo. Aunque los niveles de testosterona y dihidrotestosterona (DHT) no aumentan, la caída de estrógenos provoca un aumento relativo de la influencia de los andrógenos. Esta mayor actividad androgénica puede conducir a un adelgazamiento difuso del cabello, especialmente en la zona superior del cuero cabelludo, un fenómeno conocido como alopecia androgenética femenina”, explica Rodríguez.
Después de la menopausia, las alteraciones hormonales se estabilizan, pero el cabello puede seguir siendo más fino y menos denso. Algunas mujeres experimentan una estabilización de la caída, mientras que otras continúan perdiendo densidad capilar debido a los efectos persistentes de los andrógenos”.
Existen tratamientos para mejorar tu cabello durante la menopausia. Foto: Pixabay.
¿Por qué afecta la menopausia al cabello?
La menopausia afecta al cabello principalmente por los cambios hormonales que se producen en esta etapa de la vida. La caída de los estrógenos, hormonas que ayudan a mantener el ciclo capilar saludable, es uno de los factores clave. Los estrógenos favorecen la fase de crecimiento del cabello (anágena), por lo que su disminución acorta esta fase, debilitando los folículos pilosos y aumentando la fragilidad capilar.
“A pesar de que los andrógenos (como la testosterona y la dihidrotestosterona, DHT) no aumentan durante la menopausia, su influencia se hace más notable debido a la caída de los estrógenos. Los andrógenos pueden promover la miniaturización de los folículos pilosos, lo que resulta en un cabello más fino y una pérdida de densidad al prolongar la fase telógena, fenómeno conocido como alopecia androgenética femenina”, nos explica la experta.
Además, durante la menopausia se observa una disminución en la producción de sebo, lo que puede llevar a que el cabello se vuelva más seco y quebradizo, afectando su aspecto y resistencia. Estos cambios hormonales, sumados al envejecimiento natural del cuero cabelludo, explican por qué el cabello sufre transformaciones importantes durante y después de la menopausia.
Qué síntomas se notan
¿Cuáles son los síntomas de que estamos perdiendo más pelo durante la menopausia? “Existen varios signos que pueden indicar que se está perdiendo más cabello de lo habitual. Uno de los más comunes es notar mayor cantidad de cabellos en el cepillo o en la ducha. También es frecuente observar una reducción en el volumen del cabello, que se vuelve más delgado al tacto”, asegura Rodríguez.
Otro síntoma claro es “la aparición de claros o zonas de menor densidad en áreas como la parte superior de la cabeza o las sienes. Este patrón de pérdida capilar, conocido como alopecia androgenética femenina, suele ser gradual, lo que a veces hace difícil identificarlo al principio. Además, si el cabello se rompe con facilidad o presenta puntas abiertas, puede ser una señal de que está debilitado, lo cual podría estar relacionado con el proceso de pérdida”, afirma.
Cómo controlar la caída del pelo
Para controlar la caída del cabello relacionada con la menopausia, “es fundamental abordar tanto el equilibrio hormonal como la salud capilar. El uso de productos tópicos que contienen minoxidil puede ayudar a estimular el crecimiento capilar, ya que este fármaco promueve la fase de crecimiento (anágena) del cabello. Es importante seguir las indicaciones médicas para su uso”, aconseja Rodríguez.
Además, “el manejo del estrés es crucial, ya que factores emocionales o de ansiedad pueden agravar la caída. Técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, pueden ser beneficiosas. También es recomendable evitar el uso excesivo de calor como secadores y planchas y tratamientos agresivos, como tintes o permanentes, que pueden dañar aún más el cabello”.
Una alimentación rica en hierro es clave durante la menopausia. Foto: Pixabay.
Tratamientos para la caída del cabello
Existen varios tratamientos médicos y estéticos que pueden ayudar a controlar la caída del cabello en la menopausia. “Uno de los más comunes es el uso de minoxidil tópico, que favorece la circulación sanguínea en el cuero cabelludo y promueve el crecimiento capilar.
Otro tratamiento es la terapia hormonal sustitutiva (THS), que, bajo supervisión médica, puede equilibrar los niveles hormonales, mejorando la salud capilar en algunas mujeres”, explica la experta.
También se utilizan tratamientos avanzados como “la mesoterapia capilar, que consiste en microinyecciones en el cuero cabelludo de vitaminas, y el PRP (Plasma Rico en Plaquetas) , un procedimiento médico controlado que, mediante la inyección de plaquetas del propio paciente, estimula la regeneración de los folículos pilosos. Ambos tratamientos deben ser realizados exclusivamente por profesionales sanitarios especializados”. En casos de pérdida severa, se pueden considerar opciones quirúrgicas como los trasplantes capilares
Alimentación y menopausia
¿Qué deberíamos comer para mejorar el cabello en esa etapa de la vida? La alimentación juega un papel fundamental en la salud capilar, especialmente durante la menopausia. “Una dieta rica en proteínas es esencial, ya que el cabello está compuesto principalmente por queratina, una proteína estructural. Alimentos como huevos, pescado y legumbres son excelentes fuentes de proteínas de alta calidad”, aconseja.
El hierro es otro nutriente clave, ya que su deficiencia puede contribuir a la caída del cabello. “Carnes magras, espinacas y lentejas son buenas fuentes de hierro. También es importante asegurarse de consumir suficientes ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos como el salmón, que ayudan a mantener el cabello hidratado y fuerte.
Por último, no debemos olvidar los antioxidantes (vitamina C, vitamina E) presentes en frutas y verduras, que protegen los folículos pilosos del daño oxidativo, y el zinc, que ayuda en la reparación del tejido capilar, presente en alimentos como los frutos secos y semillas”, concluye.
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