Cansancio, somnolencia, dolor de cabeza, irritabilidad o falta de apetito son solo algunos de los numerosos síntomas del jet lag, protagonista indeseado de las vacaciones de aquellos que las disfrutan en lejanos destinos. Cada verano, miles de personas hacen las maletas para volar a miles de kilómetros de distancia cruzando varios husos horarios. Algo que inevitablemente altera el reloj interno pudiendo convertirse en un mal compañero de viaje.
Pero, ¿qué es el jet lag? Tal y como señalan desde Quirónsalud, “es un problema puntual del sueño que puede afectar a aquellas personas que realizan desplazamientos aéreos a través de diversos husos horarios. El jet lag provoca cansancio y somnolencia diurna, problemas gastrointestinales o dificultades para mantenerse alerta. Esto es debido a la necesidad de sincronización entre los husos horarios y el reloj interno que tenemos en nuestro organismo, denominado ritmos circadianos que regulan el sueño-vigilia”.
Según apuntan, el jet lag es algo temporal y existen algunas medidas que podemos tomar para tratar de disminuir o prevenir sus síntomas.
Medidas como ajustar gradualmente el horario al nuevo, descansar durante el viaje si en el destino es de noche, dormir bien antes del vuelo, mantenerse hidratado durante el trayecto o incluso optar por complementos nutricionales que contengan melatonina, una hormona que regula las alteraciones del ritmo circadiano y ayuda a conciliar el sueño.
Los alimentos que ayudan a reducir los síntomas del jet lag
Aunque estas medidas pueden resultar efectivas, los expertos señalan a la alimentación como elemento clave para reducir los efectos de jet lag. Así, existen numerosos alimentos que, gracias a sus propiedades nutricionales, ayudan a combatir los molestos síntomas de este trastorno.
Alimentos como el chocolate, gran fuente de magnesio, un mineral que ayuda a regular el suelo y a relajar los músculos. Además, el chocolate, siempre negro y en su versión con mayor porcentaje de cacao posible, es rico el flavonoides, antioxidantes potentes que ayudan a combatir el estrés oxidativo provocado por las horas en el interior del avión con baja oxigenación.
Los expertos recomiendan aumentar el consumo de frutas y verduras para combatir los síntomas del jet lag. Frutas como el kiwi, rico en serotonina, una sustancia conocida como la hormona de la felicidad, precursor de la melatonina, que ayuda a regular los ciclos de sueño-vigilia.
Las cerezas también son una gran fuente de melatonina, y según un estudio de la Universidad de Lousiana (Estados Unidos), beber un zumo de este fruto antes de dormir ayuda a conciliar el sueño. Otra de las frutas recomendadas es el plátano, que aporta potasio, que sirve como relajante muscular y nervioso.
Una de las claves para luchar contra el jet lag es la hidratación. Algo por lo que los expertos recomiendan beber abundante agua durante el vuelo, y por lo que frutas como la sandía o el melón, con un gran contenido en agua, también son aconsejables. También es importante aumentar el consumo de verduras como el pepino o el apio, que favorecen la hidratación.
También se aconseja comer alimentos como huevos, pollo, pescados o frutos secos, con importantes concentraciones de triptófano, aminoácido que ayuda a conciliar el sueño.
Los alimentos que debes evitar para evitar el jet lag
Y al igual que los expertos, e incluso desde hace un tiempo las propias compañías aéreas, recomiendan el consumo de determinados alimentos para reducir los síntomas del jet lag, también hay otros que invitan a evitar. Es el caso de la sal, ingrediente con una guerra abierta desde hace años, que provoca retención de líquidos, lo que puede potenciar la hinchazón de las extremidades durante las horas de vuelo.
Además, también se recomienda evitar el consumo de alimentos procesados, ricos en sal, azúcar y grasas, que además de ser negativos para la salud, puede reducir los niveles de serotonina impidiendo conciliar bien el sueño.