La resaca provoca una serie de síntomas que hacen que lo que nos parecía una gran noche, se convierta a la mañana siguiente en una auténtica pesadilla. Dolor de cabeza, náuseas, sensación de mareo, sensibilidad a la luz… Estos son solo algunos de los efectos de tomar demasiado alcohol y con la Nochevieja a la vuelta de la esquina es más necesario que nunca saber cómo combatirlos.
El primer consejo que debemos dar es obvio: no bebas alcohol si no quieres tener resaca al día siguiente. Algunas marcas han lanzado este año al mercado ginebras y rones con un 0% de alcohol, por lo que podrás tomarte una copa con todo su sabor pero con cero posibilidades de encontrarte hecho polvo a la mañana siguiente. Aún así, como en Navidad son días de celebraciones y los cotillones parecen volver a celebrarse después de que el año pasado se cancelaran prácticamente todas las fiestas por la pandemia, no está de más saber cómo puedes minimizar los efectos de haber ingerido alcohol.
Más vale prevenir
Como más vale prevenir que curar, podemos reducir los efectos antes de que llegue el temido día después. Los expertos recomiendan tomar despacio las bebidas alcohólicas y hacerlo siempre con el estómago lleno.
Por supuesto, hay que beber con responsabilidad y moderación y se aconseja beber agua entre trago y trago de alcohol para saciarnos (y así beber menos alcohol) y lograremos disminuir la deshidratación que provoca el consumo de bebidas con alta graduación alcohólica. Estas bebidas son muy diuréticas por lo que hacen que vayamos más a orinar, una situación que provoca más fácilmente que nos deshidratemos y luego tengamos resaca.
Otra buena recomendación para no levantarnos 'como un zombi' al día siguiente (recuerda que además, en Año Nuevo tendrás que comer con la familia) es no ingerir cócteles azucarados que suelen llevar ron, tequila, ginebra o vodka, alcoholes con una graduación muy alta. Al llevar azúcar, son más dulces y se beben con mayor facilidad dándonos una falsa sensación de que no estamos consumiendo tanto alcohol como en realidad sí estamos haciendo. A esto le sumamos que unir alcohol y azúcar es un cocktail que puede producir molestias estomacales y aumentar nuestra irritabilidad al día siguiente.
Además del etanol, algunas bebidas cuentan con un alto nivel de metanol y acetona, que acentúan la resaca. Suelen ser las más oscuras, como el ron, el whisky o el coñac. Tampoco tomes alcohol con bebidas estimulantes o energéticas porque entonces juntarás la sustancia depresora del sistema nervioso del alcohol con una estimulante, una ‘bomba’ de relojería que hará que nuestro cuerpo se sienta agotado al día siguiente.
Ante la resaca
Trasnochar y tomar una copa de más puede llevarnos a dormir peor de lo habitual, a despertarnos más durante las horas de sueño y a sentir una especie de inquietud durante el tiempo que estemos en la cama. Todo esto empeorará la sensación de malestar al despertarnos. Por eso, con estos trucos caseros reducirás los temidos efectos:
Haz un buen desayuno… sin café. Aunque cueste, porque tal vez tengas el estómago revuelto, es muy importante tomar un desayuno nutritivo (que incluya proteína, carbohidratos, grasas saludables y vitaminas) que nos haga recuperar fuerzas. Nuestro nivel de glucosa estará alterado y el azúcar en sangre será muy bajo, por lo que el cuerpo pedirá algo que le de un poco de energía ‘extra’.
Apuesta por un desayuno sin azúcar ni productos refinados, mejor tomar un plátano (con gran cantidad de potasio), unos huevos revueltos con atún y un poco de tomate natural y un puñado de frutos secos. No tomes café nada más levantarte. Sabemos que es muy tentador, pero al ser un estimulante gástrico hará que la sensación de náuseas sea aún mayor. Mejor añade a tu desayuno un zumo de frutas (de naranja o limón es lo ideal por la vitamina C), mucho más saludable y favorable para ese malestar general porque te limpiarán e hidratarán con más rapidez.
El consomé de la abuela. Sí, este truco casero ‘de toda la vida’ funciona para reducir la resaca. Una sopa de cocido o un caldo de pollo te ayudará a reponer las sales minerales que el alcohol ha absorbido y el potasio que se pierde con su consumo. No comas 'fast food' (aunque el cuerpo te pida una hamburguesa o un kebab), ya que la comida rápida tiene un gran nivel de grasas y azúcares que tu resaca no pondrá fácil a la hora de metabolizarlos. Con eso solo lograrás que el funcionamiento de tu aparato digestivo tarde más tiempo en volver a la normalidad.
Si no tienes un caldo a mano o te da pereza prepararlo, son buenos ingredientes contra la resaca los espárragos, las espinacas, las zanahorias o las uvas (puedes aprovechar las que hayan sobrado de las Campanadas).
Nada de refrescos… ni más alcohol. El truco para llevar ‘con dignidad’ una resaca es beber mucha agua. Olvida esas leyendas urbanas que dicen que una resaca se pasa bebiendo cerveza, solo contribuirás a empeorarla y a que tu cuerpo siga deshidratado más tiempo. Tampoco tomes refrescos con azúcar. Puedes probar también a beber bebidas isotónicas, como las que se toman para hacer deporte.
También puedes beber leche (reduce la irritación del estómago), agua de coco (con buen número de electrolitos) o una infusión de té con jengibre que hará que tu organismo elimine más toxinas al mismo tiempo que te hidrata. Añade a la bebida un par de cucharadas de miel.
Paños fríos en la frente. Algunos hablan de que hay que darse un baño caliente, pero eso solo hará que te deshidrates aún más. Como cuando tenemos fiebre, el frescor que nos provoca un paño humedecido en agua helada hará que el dolor de cabeza vaya desapareciendo con más celeridad. A los paños puedes añadirle unas gotitas de aceite de lavanda para hacerlo más relajante. Este truco casero es mucho más sano que tomar un ibuprofeno, que puede empeorar el estado de tu hígado en esos momentos.
