Desde hace años, el mundo mantiene una guerra abierta contra la sal. De sobra es conocido el excesivo consumo que se tiene de este sabroso condimento que, aunque necesario para el buen funcionamiento de nuestro organismo, se ha convertido en el detonante de posibles enfermedades y perjuicios para la salud.

Expertos e instituciones advierten desde hace décadas del abuso en el consumo de sal. Un consumo que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) debería limitarse a 5 gramos diarios en el caso de los adultos, y que la mayoría sobrepasamos. De hecho, aseguran que un gran porcentaje de la población consume entre 9 y 12 gramos al día, es decir, el doble de lo recomendado.

Los riesgos del consumo excesivo de sal

El abuso de sal está asociado, principalmente, a problemas de hipertensión arterial, aunque también con el aumento de riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. La OMS estima que reduciendo el consumo de sal a nivel mundial podrían evitarse 2,5 millones de muertes al año, por lo que todos los Estados Miembros han acordado luchar para recudir en un 30 por ciento su uso.

La sal es uno de los condimentos favoritos a la hora de cocinar, pero además, está presente, casi de manera silenciosa, en alimentos procesados como los snacks, los embutidos, los quesos, las conservas y los platos precocinados, lo que hace que nuestra dosis diaria aumente casi sin ser conscientes.

Los expertos señalan que el cuerpo necesita la sal para su buen funcionamiento. Y es que es la principal fuente de sodio de nuestra alimentación. El sodio extrae el agua de las células, por lo que si no se repone, puede provocar desde diarreas y vómitos a trastornos cardiacos y respiratorios.

El exceso de sodio se excreta a través de los riñones y exige un notable aumento de la ingesta de agua. Si no se bebe suficiente, se provoca una constricción de los vasos sanguíneos, aumentando la presión arterial, una enfermedad que, según la Fundación Española del Corazón (FEC) provoca cada año 7,5 millones de muerte.

Las señales que manda el cuerpo ante un exceso de sal

Dicen que el cuerpo es sabio, y ante un exceso de sal en nuestro organismo, y los riesgos que puede ocasionar en la salud, envía una serie de señales advirtiendo del peligro.

- Sensación constante de sed: esta es la señal más habitual para detectar que estamos consumiendo sal en exceso. Tener la boca seca y sentir sed constantemente es la forma que tiene el cuerpo para que lo ayudes a eliminar el exceso de sodio y conseguir reestablecer el equilibrio de líquidos.

- Necesidad incesante de orinar: el consumo excesivo de sal lleva al cuerpo a hacer todo lo posible para expulsarlo, lo que aumenta la necesidad de orinar muy habitualmente. El exceso de sodio extrae el agua de las células y hace que llegue a la sangre. Los riñones eliminarán más agua mediante la orina.

- Dolor de cabeza: la sal hace que los vasos sanguíneos del cerebro se dilaten, ocasionando intensos dolores de cabeza y pinchazos.

- Aumento de peso: aunque algunas investigaciones aseguran que el exceso de sal puede provocar un aumento de apetito y con ello se aumente de peso, es la retención de líquidos lo que provoca un aumento de kilos en la báscula. Algo que reduciendo el consumo de sal y aumentando la ingesta de agua soluciona.

- Problemas para saborear la comida: la costumbre de consumir alimentos ricos en sal puede hacernos perder la percepción de los sabores. Es habitual que la gente que consume en exceso tenga problemas para saborear las comidas con poca sal.

- Hinchazón e inflamación: en ocasiones, al eliminar el agua de las células, se observa hinchazón o inflamación en artes del cuerpo como las manos o los pies.

- Cálculos renales: el aumento de sal en el organismo hace que el agua no ‘limpie’ lo suficiente los riñones, por lo que se pueden acumular deshechos que a largo plazo ocasionen molestos y dolorosos cálculos renales.

- Hipertensión arterial: este es uno de los mayores problemas asociados al consumo excesivo de sal. La retención de líquidos que se forma en el cuerpo aumenta el volumen de sangre en los vasos sanguíneos aumentando la presión arterial. La hipertensión obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre, pudiendo ocasionar problemas.

- Problemas para dormir: está demostrado que una cena con alimentos ricos en sal puede provocar trastornos del sueño como despertares frecuentes o inquietud.

- Estreñimiento: consumir abundante agua es necesario para combatir el estreñimiento. Algo que un consumo excesivo de sal puede perjudicar ya que el cuerpo absorbe el agua de los intestinos para compensar la sal extra que hay en el torrente sanguíneo.

- Dificultad para concentrarse: diversos estudios aseguran que el aumento de sodio en el cuerpo afecta a las habilidades cognitivas provocando una pérdida de concentración.