Con toda probabilidad, la migraña es el dolor de cabeza más frecuente, una dolencia que sufre al menos un 15% de la población. Migraña es sinónimo de jaqueca y consiste en una afección donde el dolor de cabeza es el principal síntoma de la enfermedad. Se trata de una cefalea primaria, es decir, no es secundaria a otro proceso conocido. La clínica que cuenta el paciente sirve para diferenciarla de otras cefaleas primarias.
Según datos de la OMS, las migrañas son dos veces más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres debido a influencias hormonales. Se caracterizan por episodios recurrentes de dolor de cabeza o cefaleas de intensidad moderada a severa que pueden durar desde algunas horas hasta varios días. Pueden afectar más a un solo lado de la cabeza, ser pulsátiles, ir acompañados de náuseas o vómitos y, por lo general, empeoran con la actividad física normal.
El doctor Jaime Rodríguez Vico, responsable de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y fundador de CefaBlog, subraya que la migraña afecta a todo el cerebro: “No se trata solo de un dolor de cabeza. Existe una susceptibilidad incrementada y mal frenada a cualquier cambio producido en nuestros sentidos que nos mantienen conectados con el exterior (nuestra visión, olor, sonido/equilibrio, tacto, dolor, gusto, por ejemplo), así como dentro de nuestro organismo (cambios hormonales, ciclos de sueño, estado de ánimo, etc.)”.
Todo esto hace que la migraña no solo nos haga más sensibles al dolor meníngeo, sino a la luz, al sonido, a la dieta, a los cambios hormonales del periodo o a los vértigos, entre otros aspectos, reconoce este especialista de Quirónsalud.
Además, al tratarse de un proceso pancerebral, no podrían quedar indemnes sistemas de enorme complejidad y que requieren una integridad total del cerebro ante un episodio de migraña. “Hablo de la memoria, el lenguaje y la conducta. Todas ellas alteradas durante y entre las crisis”, precisa.
Según datos de la OMS, las migrañas son dos veces más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres debido a influencias hormonales
Este neurólogo de Quirónsalud explica que la migraña no es un mero proceso pasajero y benigno, ya que la discapacidad que produce es “tremenda” y depende de que evitemos lo antes posible que se precipite por encima de ocho episodios de cefalea al mes. “Este precipicio implica su cronificación y cambios a largo plazo más difíciles de revertir. Somos afortunados, ya que hoy en día existen muy buenos tratamientos dirigidos a evitar este colapso y muy bien tolerados. Depende de nosotros ponernos en manos de los profesionales adecuados cuanto antes”, advierte.
La migraña se puede heredar
El doctor Rodríguez Vico resalta que la migraña es un proceso muy complejo, donde la cefalea es solo su componente más visible, a la par que una enfermedad de carácter hereditario familiar: “Sabemos ya que se trata de un proceso constitucional (nacemos con varios genes que nos hacen propensos a tener este tipo de cefaleas) y crónico (no tiene cura en la actualidad). Su fenotipo clínico depende de la cantidad de genes heredados y de su expresión en un momento dado”.
Esto último, subraya, es muy variable y depende enormemente de nuestro entorno. Un ejemplo perfecto, en su opinión, es la relación del ganglio del trigémino con los estrógenos: “Este nervio es el que vehiculiza el dolor de la cara y, cómo no, de las meninges, donde se produce la cefalea migrañosa. Cuando caen los estrógenos en la regla de las mujeres se produce tal cambio a nivel de este nervio que en una persona con genes susceptibles le hace más propensa a tener cefaleas migrañosas”.
Para complicar más el asunto, el neurólogo de la Fundación Jiménez Díaz recuerda que la migraña tiene varias causas, aunque con matices, dado que heredamos un conjunto de genes ‘migrañosos’, una parte de nuestro padre, y otra de nuestra madre.
“Las combinaciones son infinitas y puede suceder que nuestros progenitores sean migrañosos y nosotros no, pero es más probable que sí. Cuantos más familiares, más posibilidades. Si tenemos muchos de estos genes (aún quedan por identificar), desde muy pequeños empezaremos a tener síntomas de migraña. Si son pocos, igual no tenemos estos síntomas hasta que una infección, como la provocada por la COVID-19, un ictus o un traumatismo craneal, no los despierta. Por lo tanto, existirían varias causas que despertarían estos genes”, señala este especialista de la Unidad de Cefaleas.
Se caracterizan por episodios recurrentes de dolor de cabeza o cefaleas de intensidad moderada a severa que pueden durar desde algunas horas hasta varios días
La epigenética aborda la expresión de estos genes y empezamos a vislumbrar lo tremendamente complicado que es el proceso migrañoso, dada la cantidad de sistemas neurales que implica (serotoninérgico, dopaminérgico, glutamatérgico, adrenérgico, cannabinoide, etc.).
Las cefaleas tensionales
Otro de los aspectos sobre los que advierte este experto es que los criterios clínicos utilizados para diagnosticarla, aunque asegura que son “bastante específicos”, son, en su opinión, “poco sensibles”, al dejar fuera muchas migrañas mal catalogadas, como cefaleas tensionales.
“Esto ocurre por varios motivos. Por un lado, muchas personas interpretan que la cefalea tensional se debe al estrés (uno de los principales factores desencadenantes de migraña) y, por otro lado, debido a la enorme variabilidad clínica de la migraña, no ya entre diferentes sujetos, sino dentro del mismo, muchas cefaleas leves no se consideran migrañas”, advierte, poniendo el ejemplo de que cuando los episodios de cefalea migrañosa se hacen cada vez más frecuentes y se cronifican (más de 15 días de cefalea al mes) acaba perdiendo sus características diagnósticas y va pareciéndose cada vez más a una cefalea tensional por sus síntomas.
Criterios para saber si es migraña
A: Al menos 5 ataques que cumplan los criterios B- D
B: Cefaleas que duren entre 4-72 horas (sin tratamiento o que este fracase)
C: Cefaleas que cumplan al menos dos de las siguientes características
- Cefalea hemicraneal
- Pulsátil
- Intensidad moderada-severa
- Que empeore o se evite actividad física rutinaria (caminar, subir escaleras)
- Náusea y/o vómito
- Fotofobia y sonofobia