A medida que las ciudades se expanden y la actividad humana deja a las diferentes especies sin espacio, los insectos polarizadores viven una situación cada vez más difícil. Algunos estudios a pequeña escala, sin embargo, habían a apuntado que algunas zonas concretas de las grandes urbes contienen espacios en los que sobreviven poblaciones de estos insectos, lo que podría ayudar a su supervivencia.
En un trabajo publicado este lunes en la revista Nature Ecology & Evolution, el equipo de Katherine Baldock publica los resultados de un estudio a gran escala realizado en 360 localizaciones de cuatro grandes ciudades de Reino Unido. Durante varias semanas, los autores recogieron información sobre distintas zonas en las ciudades de Bristol, Edinburgh, Leeds and Reading, tales como aceras, parques, cementerios, jardines residenciales y huertos urbanos. Los resultados indican que en estas zonas hay hasta 50 veces más insectos que en lugares como polígonos industriales, carreteras y aparcamientos y que los lugares con mayor abundancia son los jardines residenciales y los huertos, lo que los autores atribuyen a la mayor diversidad de flores.
El estudio también incluye una serie de simulaciones por ordenador para conocer cómo cambiaría la situación de abejas y demás polarizadores si las ciudades tuvieran planes urbanísticos diferentes. Su resultado indica que ampliar los jardines comunitarios y el número de flores en jardines y medianas de las carreteras sería una estrategia efectiva para la conservación de estas especies en las ciudades, lo que podría contribuir a frenar su declive general en todos los escenarios y reducir el impacto ambiental que tiene su desaparición en los distintos ecosistemas.
Referencia: A systems approach reveals urban pollinator hotspots and conservation opportunities (Nature Ecology & Evolution) DOI 10.1038/s41559-018-0769-y