En algunos ecosistemas, como la selva del Amazonas, hacerse oír en la distancia es clave para poder sobrevivir como especie. Entre los más ruidosos está el mono aullador, cuyos alaridos se escuchan desde varios kilómetros y el guardabosques gritón (Lipaugus vociferans), un ave cuyas vocalizaciones por encima de los 110 decibelios ostentaban hasta ahora el récord absoluto. Ahora, un nuevo trabajo publicado este lunes en la revista Current Biology desbanca a los guardabosques gritones y otorga el primer puesto a otra especie de ave del Amazonas cuyas llamadas son tres veces más potentes.
Se trata del canto del campanero blanco (Procnias albus), cuya llamada para atraer a las hembras es tan estruendosa que los autores del estudio se preguntan cómo es posible que no dañen los oídos de las hembras que se mueven cerca. “Mientras observábamos a los campaneros blancos”, explica Jeff Podos, se la Universidad de Massachusetts, Amherst, “tuvimos suficiente suerte como para ver a las hembras acercarse a los machos en las ramas donde realizaban el ritual. En estos casos, vimos que los machos solo emitían sus cantos más altos. No solo eso, sino que se movían teatralmente durante las canciones como para dirigir el estallido de la nota final directamente a las hembras. Nos encantaría saber por qué las hembras quieren estar tan cerca cuando cantan así de alto. Puede que quieran evaluarlos de cerca a pesar del riesgo de dañar sus sistemas auditivos”.
Los autores advierten de que es difícil asegurar cómo de estruendosa es la llamada de estas aves porque es difícil comparar distintos sonidos tomados a diferentes distancias, pero si los ponen al lado de las llamadas de los monos aulladores, por ejemplo, estas ni siquiera se acercan a la potencia del canto emitido por estos pajaritos que no pesan ni un cuarto de kilo. En anteriores excursiones por las zonas montañosas del Amazonas, el investigador brasileño y coautor del estudio, Mario Cohn-Haft, ya había reparado en las llamadas de los campaneros blancos. Estas aves tienen algunos rasgos anatómicos llamativos, como los músculos del abdomen inusualmente desarrollados. El investigador sospechó que esto tendría que ver con su capacidad para emitir sonidos, pero no encontró nada en la literatura científica, así que se decidió a grabarlos y estudiarlos por su cuenta.
Los autores se preguntan cómo es posible que no dañen los oídos de las hembras que se mueven cerca
Tras analizar las grabaciones, los autores se sorprendieron al comprobar que estos pequeños pájaros cantaban más alto que cualquier otra especie conocida, aunque también descubrieron que había una contrapartida evolutiva. Aunque son vocalizaciones más potentes, también son llamadas más cortas, probablemente por las limitaciones del sistema respiratorio de las aves para mantener el flujo de aire mientras emiten el chorro de sonido. Los autores también sospechan que se trata de un buen ejemplo de selección sexual, la misma que hace aparecer características estrambóticas en otras especies, como la cola del pavo real, o los llamativos colores de otros animales en la naturaleza.
Referencia: Extremely loud mating songs at close range in white bellbirds (Current Biology)