Por Michael A. Little y William D. MacDonald
Los científicos pueden hacer previsiones bastante precisas sobre el futuro. Pero predecir cómo será la Tierra dentro de 500 años es una tarea difícil porque hay muchos factores en juego. Imagínese a Cristóbal Colón en 1492 tratando de predecir la América de hoy.
Sabemos que hay dos tipos principales de procesos que cambian nuestro planeta: Uno tiene que ver con los ciclos naturales, como la forma en que el planeta gira y se mueve alrededor del Sol, y el otro es causado por las formas de vida, especialmente los seres humanos.
La Tierra cambia constantemente. Se tambalea, el ángulo de su inclinación cambia e incluso su órbita cambia para acercar o alejar la Tierra del Sol. Estos cambios se producen a lo largo de decenas de miles de años, y han sido responsables de las glaciaciones.
Quinientos años no es mucho tiempo en términos de geología.
Los humanos están cambiando el planeta
La segunda gran influencia en el planeta son los seres vivos. Los efectos de la vida en el planeta son más difíciles de predecir. Alterar una parte de un ecosistema puede desestabilizar muchas otras cosas.
Los seres humanos, en particular, están cambiando la Tierra de muchas maneras.
Talan los bosques y destruyen importantes hábitats de la fauna para construir ciudades y cultivar. Trasladan especies invasoras por todo el planeta, alterando los ecosistemas. También contribuyen al calentamiento global. Las personas están provocando el cambio climático, sobre todo por la quema de combustibles fósiles que liberan a la atmósfera más gases de efecto invernadero de los que el planeta y la atmósfera pueden soportar.
Normalmente, los gases de efecto invernadero atrapan el calor del Sol del mismo modo que lo hace el cristal de un invernadero, manteniendo la Tierra más caliente de lo que estaría de otro modo.
El resultado de demasiado dióxido de carbono es que las temperaturas aumentan, y eso puede provocar días de verano peligrosamente calurosos y el deshielo en Groenlandia y la Antártida. El derretimiento de las capas de hielo eleva los océanos, provocando la inundación de las zonas costeras.
A eso se enfrenta la Tierra en estos momentos. Estos cambios podrían dar lugar a un planeta muy diferente dentro de 500 años, dependiendo en gran medida de la voluntad de los seres humanos de cambiar sus costumbres. Un planeta que se calienta también puede contribuir a que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, tormentas y sequías que pueden cambiar la tierra. Todas las formas de vida de la Tierra están en peligro.
Aprender de los últimos 500 años
Si echamos la vista atrás a los últimos 500 años, la parte viva de la Tierra, llamada biosfera, ha cambiado drásticamente.
El número de seres humanos ha pasado de unos 500 millones de personas a más de 7 500 millones en la actualidad. Más de 800 especies de plantas y animales se han extinguido debido a las actividades humanas durante ese periodo. A medida que la población humana crece, otras especies tienen menos espacio para vagar por la Tierra. El aumento del nivel del mar significa aún menos tierra, y el aumento de las temperaturas hará que muchas especies emigren a climas mejores.
No todos los cambios de la Tierra están causados por el ser humano, pero éste ha empeorado algunos de ellos. Uno de los principales retos actuales es conseguir que la gente deje de hacer cosas que crean problemas, como quemar combustibles fósiles que contribuyen al cambio climático. Este es un problema global que requiere que los países de todo el mundo y las personas que los componen trabajen hacia el mismo objetivo.
Volviendo a Cristóbal Colón, probablemente no podría haber imaginado una autopista llena de coches o un teléfono móvil. Sin duda, la tecnología también mejorará en los próximos 500 años. Pero, hasta ahora, las soluciones tecnológicas no se han desarrollado lo suficientemente rápido como para resolver el cambio climático. Seguir haciendo lo mismo y esperar que alguien arregle el desaguisado más adelante sería una apuesta arriesgada y costosa.
Así que la Tierra dentro de 500 años puede ser irreconocible. O, si los humanos están dispuestos a cambiar sus comportamientos, puede persistir con sus vibrantes bosques, océanos, campos y ciudades durante muchos siglos más.
Michael A. Little, Professor Emeritus of Anthropology, Binghamton University, State University of New York y William D. MacDonald, Professor Emeritus, Department of Geological Sciences, Binghamton University, State University of New York
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.