Los valores atípicos en la cantidad de casos de enfermedad similar a la gripe que dieron negativo para este enfermedad (ILI, por sus siglas en inglés) estuvieron presentes en las redes mundiales de vigilancia de la gripe a principios de la pandemia de COVID-19, un promedio de 13,3 semanas antes de los primeros picos de esta nueva enfermedad.
Es la principal conclusión de un estudio publicado este martes en la revista PLOS Medicine por el equipo de Natalie Cobb, de la Universidad de Washington, a partir de los datos de 16 de los 28 países estudiados.
Los sistemas de vigilancia son importantes para detectar cambios en los patrones de enfermedades y pueden actuar como sistemas de alerta temprana para brotes de enfermedades emergentes. El Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (GISRS) de la OMS es una red de centros y laboratorios en 123 estados miembros de la OMS que recolectan muestras respiratorias para las pruebas de gripe. Los datos de estos laboratorios están disponibles a través de FluNet, una herramienta basada en la web para monitorear las tendencias de la gripe.
En el nuevo estudio, Cobb y sus colegas evaluaron los valores atípicos en ILI con gripe negativa en 2020 en comparación con las tendencias de los cinco años anteriores entre 28 países con vigilancia de ILI establecida y una alta incidencia de COVID-19. El equipo encontró que en 16 países, los valores atípicos en este conjunto de datos precedieron a los primeros picos de COVID-19 informados con un tiempo de retraso promedio de 13,3 semanas.
España, un pico en enero
Los primeros valores atípicos ocurrieron durante la semana del 13 de enero de 2020 en Perú, Filipinas, Polonia y España. En los Estados Unidos y el Reino Unido, los valores atípicos en el conjunto de datos fueron detectables la semana del 9 de marzo de 2020, de 4 a 6 semanas antes de la primera semana del pico de COVID-19 informado. En algunos países se observaron tiempos de retraso de más de 20 semanas. Los investigadores dicen que estos valores atípicos pueden representar una propagación no detectada de COVID-19 a principios de 2020.
Estos valores atípicos pueden representar una propagación no detectada de COVID-19 a principios de 2020
Vigilancia temprana
Los hallazgos "resaltan la importancia de fortalecer las redes de vigilancia de enfermedades de rutina para mejorar la capacidad de identificar enfermedades nuevas e informar las respuestas de salud pública a escala mundial", dicen los investigadores.
“En el primer año de la pandemia de COVID-19, encontramos aumentos en los casos de enfermedades respiratorias distintas de la gripe antes de los primeros brotes importantes de COVID-19 informados, lo que sugiere que la COVID-19 puede haberse propagado mucho más rápido de lo que se informó inicialmente a nivel mundial” asegura Cobb. "Proponemos utilizar el seguimiento automatizado de enfermedades respiratorias en las redes de vigilancia existentes para identificar nuevos brotes en tiempo real como un tipo de sistema de alerta temprana”.
Referencia: Global gripe surveillance systems to detect the spread of gripe-negative gripe-like illness during the COVID-19 pandemic: Time series outlier analyses from 2015–2020. PLoS Med 19(7): e1004035. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1004035