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De jugar en el City a poder presidir Georgia: Mikheil Kavelashvili, un delantero ante "el gol de su vida"

El exdelantero georgiano aspira a la cima política en medio de tensiones y debates sobre el futuro de su país

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El nombre de Mikheil Kavelashvili puede evocar recuerdos nostálgicos entre los seguidores más acérrimos del fútbol, de la Premier League y del Manchester City. Fue aquel delantero georgiano que, a mediados de los años 90, marcó en su debut contra el Manchester United, dejando un destello de esperanza en un equipo condenado al descenso. Hoy, más de dos décadas después, su presencia ya no se limita al verde: Kavelashvili se perfila como el inminente presidente de Georgia.

En 1996, el Manchester City, luchando por evitar quedar apeado a segunda, apostó por Mikheil Kavelashvili, todo un prometedor delantero titular en el FC Alania Vladikavkaz campeón de la liga de Rusia en la temporada 1994/95. Kavelashvili anotó 12 tantos en total en el curso regular con el Alania, goles que no puedo materializar durante su estancia en el conjunto 'citizen': solamente logró tres dianas en sus 29 partidos disputados -cuatro de ellos en la Premier League-. La expectativa era alta, especialmente tras su gol en el clásico contra el United. Sin embargo, los resultados no acompañaron y así, el Manchester City descendió a pesar de su esfuerzo. Tras no darse aquí los resultados esperados para el georgiano, la burocracia británica truncó su estadía cuando no logró renovar su permiso de trabajo y quedó sentenciado.

Después de su breve paso por Inglaterra, Kavelashvili continuó su trayectoria en Suiza, moviéndose entre el Grasshopper CZ, el FC Zürich -donde alcanzó sumó un total de 29 goles en sus tres temporadas, el mejor registro de su carrera deportiva-, el FC Luzern, el FC Sion -jugando este año en la segunda división suiza- y el FC Aarau. Tras ello volvió al Alania ruso para competir durante la mitad de la campaña 2003/04 sin repetir la hazaña de la década pasada. Así, Kavelashvili volvió a marchar a Suiza, a la punta del histórico FC Basel 1893, donde disputó sus dos últimas temporadas.

Tras colgar las botas, Kavelashvili se transformó en una figura política en su Georgia natal. Sin estudios superiores -algo que en otros contextos sería un obstáculo insalvable-, se erigió como líder de un movimiento ultraconservador y antioccidental. En 2022, fundó Poder Popular, un partido que se escindió de la fuerza Sueño Georgiano, pero que comparte una retórica similar: euroescepticismo, acusaciones contra potencias extranjeras y una visión patriótica de la política.

Mikheil Kavelashvili durante un encuentro con el Manchester City en 1996 | REDES SOCIALES

Su discurso, directo y controvertido, ha encontrado eco en sectores rurales y conservadores. Kavelashvili ha acusado a Estados Unidos de intentar "ucranizar" a Georgia y no ha dudado en cargar contra la presidenta saliente, Salomé Zourabishvili, a quien ha acusado de "traidora" o de "violadora de la Constitución". Respaldado por el magnate Bidzina Ivanishvili, el exdelantero se erige entre sus aliados como la "encarnación del hombre georgiano". Mientras, sus detratactores lo consideran una pieza más en el tablero de poder que refuerza la influencia rusa.

Es más, la oposición georgiana ha denunciado irregularidades en las elecciones parlamentarias que garantizaron la mayoría a Sueño Georgiano y han boicoteado activamente la nominación de Kavelashvili. Sin embargo, pocos dudan de que su victoria en las elecciones del próximo sábado 14 de diciembre está asegurada.

El deporte como trampolín político en Georgia

Georgia no es ajena al fenómeno de los deportistas convertidos en políticos. Kakha Kaladze, exdefensor del AC Milan, ha sido alcalde de Tiflis desde 2017, mientras que Levan Kobiashvili, exjugador del Schalke 04, ocupa un asiento en el Parlamento. La popularidad y carisma que otorgan los logros deportivos -sobre todo los precedentes del fútbol- parecen abrir puertas hacia la esfera política. Especialmente en un país con líderes que suelen encarnar ideas tradicionales y valores familiares.

Momentos de Mikheil Kavelashvili jugando con el Manchester City inglés | MONTAJE AML

Mikheil Kavelashvili, casado y padre de cuatro hijos, comparte justamente esta narrativa. Su vida se presenta como un modelo de "patriotismo e integridad", atributos que sus aliados han exaltado repetidamente. Sin embargo, sus críticos no tardan en señalar la falta de preparación académica y su discurso polarizador.

No obstante, la candidatura de Kavelashvili no es más que un mero reflejo de la encrucijada política y cultura que afronta Georgia como nación. Muchos de sus ciudadanos llevan semanas maniféstandose a favor de acercarse a Europa y fortalecer su demociacia, aspectos que una poderosa corriente conservadora busca silencias reafirmando los principios tradicionales y distanciándose de la influencia de Occidente. "Prometo restaurar toda nuestra dignidad del cargo presidencial", evoca Kavelashvili. Mas prometer tan alto puede terminar al borde del precipicio.

Del césped a las urnas: ¿será este el gol de su vida?

Desde 2012, Sueño Georgiano ha consolidado un control casi absoluto del poder, bajo la sombra de su fundador, Bidzina Ivanishvili. Para él, Kavelashvili representa algo más que un exfutbolista. Su perfil como esposo, padre y patriota resuena en un electorado que valora la tradición por encima de las credenciales académicas. Esto último no ha sido un obstáculo para su candidatura, a pesar de no contar con estudios superiores, algo que la Constitución no exige para ocupar dicho cargo.

Kavelashvili durante un acto electoral en las últimas semanas en Georgia | REDES SOCIALES

Durante el inminente 14 de diciembre, un órgano parlamentario -controlado por el partido oficialista- elegirá al próximo presidente. Para muchos, como antes quedó anunciado, el resultado está cantado: Kavelashvili asumirá el cargo en una ceremonia prevista para más adelante: concretamente para el domingo 29 de diciembre

¿Será su mandato una reafirmación de los valores tradicionales que prometen sus aliados? ¿O marcará un alejamiento definitivo del sueño europeo que tanto ha dividido a la sociedad georgiana estos días? Kavelashvili, como en su época de delantero, tiene una oportunidad frente a la portería. La pregunta es si este gol será celebrado como un triunfo del pueblo o criticado como una maniobra más del poder establecido. Lo único claro es que, como en el fútbol, los resultados en la política también se pueden decidir en los minutos finales. De momento, dejen jugar.

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