El Banco público regional alemán BayernLB presentó una demanda contra el patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, para reclamarle más de 345 millones de euros en compensación por el dinero que estima que perdió al venderle en 2006 las acciones que poseía en el negocio de las carreras.
Según informó el banco, su petición de indemnización parte de la base de que Ecclestone sobornó en esa operación al banquero Gerhard Gribkowsky, encargado por el BayernLB de vender las acciones de la Fórmula 1 que poseía la entidad -cerca del 50 por ciento del negocio- tras la quiebra del grupo mediático alemán Kirch.
La Audiencia de Múnich inició un juicio contra Ecclestone por soborno en este caso pero el caso fue sobreseído en mayo después de que la defensa y el fiscal llegaran a un acuerdo que implicó que el británico pagara 100 millones de dólares (unos 75 millones de euros).
Precisamente este pago de 100 millones es el motivo de la felicitación de Navidad que Ecclestone ha diseñado este año. Bernie acostumbra a enviar cada diciembre una tarjeta con un dibujo original e irónico sobre lo que él considera oportuno.
En la de 2014 Bernie lleva una bolsa repleta de dinero con los citados 100 millones y es atracado por un ladrón a caballo que le avisa: "Esto no es un robo. Estoy haciendo una colecta para el Estado de Baviera (cuya capital es Múnich)". En el interior de la felicitación Ecclestone sigue con su peculiar humor inglés al asegurar que "tal vez ahora podremos hacer una carrera de F1 en la muy agradable ciudad de Múnich".
En su demanda, presentada ante la Audiencia provincial de Múnich, el BayernLB considera que la venta de sus acciones se realizó a un precio inferior al debido y exige ser indemnizado.
Aunque el proceso contra Ecclestone fue sobreseído, Gribkowski ya había sido condenado a ocho años de cárcel y en su sentencia se señalaba que Ecclestone había conducido al banquero al delito.
El caso se remontaba a 2006, cuando el BayernLB encargó a Gribkowski, el jefe de su departamento de riesgos, vender su participación en el negocio de la Formula 1.
Según la acusación de la fiscalía en el caso de Ecclestone, el británico le pagó en torno a 32 millones de euros (44 millones de dólares) para que esa participación acabara en manos de la empresa británica CVC Capital Partners y evitar así que alguien ajeno pudiera ensombrecer su posición de liderazgo en el negocio.