El verano pasado el Real Madrid recibió numerosas ofertas por un James Rodríguez muy decepcionado por su escasa participación en el final de la temporada pasada. El colombiano perdió protagonismo con Rafa Benítez y no lo recuperó con la llegada de Zinedine Zidane al banquillo madridista.
En los instantes finales del pasado mercado de fichajes de verano el Real Madrid recibió una oferta más que jugosa por James Rodríguez. Sports Illustrated ha desvelado que el pretendiente del colombiano fue el Inter de Milán y que ofreció hasta 85 millones de euros por él, lo que cubría el desembolso realoizado por el club de Concha Espina. Sin embargo , y ante la sorpresa del personal de la zona noble de Santiago Bernabéu Florentino Pérez decidió desestimar la oferta que amortizaba la inversión por el colombiano.
Cristiano, Bale, Benzema, Morata, Modric, Kroos, Casemiro, Lucas Vázquez y Asensio están por delante y se juega los 'minutos de la basura' con Isco
Zidane había dejado claro que el jugador no era una priridad para él, visto su baja implicación en la recta final de la pasada temporada. Además el esquema e Zizuo no tiene un puesto específico para el mediapunta ya que juega con un 4-3-3 con extremos abiertos que dificultan la alineación de un enganche por detrás de los tres delanteros. El sistema de Zizou tiene en punta las plazas cerradas con Bale, Benzema y Cristiano, dejan minutos a Morata, mientras que en el medio son intocables Modric, Kroos y Casemiro. Por lo que James debe disputarse los minutos de sobra con Lucas Vázquez, Asensio e Isco.
¿Por qué Florentino desestimó entonces los 85 millones del Inter por James si no encaja en el esquema de juego ni en los planes de Zidane? Pérez tiene un especial interés en que el colombiano cuaje en el Real Madrid. Quizás porque es una apuesta personal suya (gastó 84 millones en su fichaje), o puede que para mantener una buena imagen en el país del futbolista, donde ACS tiene una presencia importante y ha cerrado varias obras importantes. James se ha convertido en un problema para Zidane porque exige un protagonismo acorde a su coste, algo que comparte el presidente, pero a Zidane no le tiembla la mano a la hora de dejarlo en el banquillo.
