Tres temporadas después de haber dicho adiós al fútbol profesional "porque está corrupto", Javi Poves, vuelve a calzarse las botas. Tras su espantada mediática estando en la élite -defendía entonces los colores rojiblancos del Sporting de Gijón y rompió el contrato que tenía con los asturianos-, el jugador madrileño volverá a los terrenos de juego para enfundarse la camiseta del San Sebastián de los Reyes en el grupo VII de Tercera División.
Poves lo hará tras una travesía de tres años que le ha servido para conocer otras realidades culturales y sociales en países como Senegal, Cuba, México o Irán, donde ha sufrido su mayor revolución interior: convertirse al Islam. Como señalaba hace unos meses en la Cadena Ser, "he visto que mi forma de conceptualizar el mundo es el Islam. Quienes sean capaces de entender lo que significa serán más felices".
Convencido por Juan Sabas, entrenador del cuadro madrileño, el defensor que renunció al sueño al que aspiran muchos niños compartirá vestuario con hijos de ilustres, como los de Luis Milla, con el mismo nombre que su padre, o Fabio Futre, hijo del portugués Paulo Futre.
Aquel jugador que no comprendía como sus compañeros del Sporting "no podían vivir con 5.000 euros al mes", buscará volver a ser el que fue en la modestia de los campos de tierra, del fútbol aficionado, lejos de los focos y de un sistema al que renunció tiempo atrás.