La noticia del fallecimiento de Sven-Göran Eriksson ha dejado un vacío inmenso en el mundo del fútbol. Nacido en Sunne en 1948, Eriksson fue diagnosticado con cáncer de páncreas en fase terminal en enero de este año, una enfermedad cruel que suele dejar poco margen para la esperanza. Los médicos fueron claros desde el inicio: "En el mejor de los casos, te queda un año de vida", le dijeron. Para Eriksson, este diagnóstico significó enfrentar una batalla contra una enfermedad que rara vez da tregua.
Eriksson comenzó su carrera como entrenador en la década de 1970 en su Suecia natal, donde rápidamente destacó por su enfoque. Desde esos primeros días en el banquillo, Eriksson mostró un conocimiento profundo del juego, así como una capacidad única para inspirar a sus jugadores.
Sin embargo, su verdadero salto a la fama llegó cuando se convirtió en el primer entrenador no británico en dirigir a la selección de Inglaterra. Este hito, logrado en 2001, marcó un antes y un después en la historia del fútbol inglés. Durante su mandato, que se extendió hasta 2006, Eriksson llevó a Inglaterra a tres importantes torneos internacionales, incluyendo dos Eurocopas y un Mundial. Aunque su etapa al frente de la selección no estuvo exenta de críticas, especialmente por parte de la prensa inglesa, su legado como un técnico innovador y valiente sigue intacto.
Además de su paso por la selección inglesa, Eriksson dirigió a numerosos clubes de renombre en Europa, incluyendo la Lazio en Italia, donde logró su mayor éxito a nivel de clubes al conquistar la Serie A en la temporada 1999-2000, así como la Supercopa de Europa y la Coppa Italia. También dejó su huella en equipos como el Benfica en Portugal y el Manchester City en la Premier League, donde su influencia sigue siendo recordada.
El documental de una despedida
La vida de Eriksson, marcada por sus logros en el fútbol y su carácter afable, quedó plasmada en un emotivo documental que recientemente se estrenó en Prime Video. Este trabajo cinematográfico fue una forma de despedida, tanto para él como para sus seguidores. En el documental, Eriksson reflexiona sobre su vida, su carrera y la inevitabilidad de la muerte.
"Decir que no tengo miedo a morir, supongo, es mentira", confesaba Eriksson en uno de los momentos más conmovedores del documental. "A veces se me pasa por la cabeza, pero trato de no pensar en ello. La vida también se trata de la muerte, tienes que aprender a aceptarla".
El documental no solo muestra al Eriksson entrenador, sino también al hombre detrás del banquillo: un reflexivo, consciente de sus virtudes y defectos, y dispuesto a aceptar el final con dignidad. "Con suerte, al final la gente dirá: 'Sí, era un buen hombre', pero no todo el mundo dirá eso. Tuve una buena vida", afirmaba.
Una influencia duradera
El legado de Sven-Göran Eriksson va más allá de los títulos y los logros en el campo de juego. Su influencia en el fútbol moderno es innegable, tanto en términos tácticos como en su enfoque hacia la gestión de equipos. Eriksson fue un adelantado a su tiempo, un entrenador que supo adaptarse a diferentes culturas futbolísticas y que siempre buscó sacar lo mejor de sus jugadores.
En Inglaterra, su impacto fuemuy significativo. No solo rompió barreras como el primer entrenador extranjero en dirigir a la selección nacional, sino que también trajo consigo una nueva forma de entender el juego.
Su carrera también estuvo marcada por su habilidad para identificar y desarrollar talento. En cada equipo que dirigió, Eriksson dejó una marca imborrable, no solo por los resultados obtenidos, sino también por el crecimiento de los jugadores bajo su tutela. En Lazio, por ejemplo, fue fundamental en el desarrollo de figuras como Alessandro Nesta y Pavel Nedved, quienes posteriormente se convertirían en leyendas del fútbol.