Tengo un amigo que gasta sus vacaciones en islas. Da igual el continente, el tipo de playa o el clima… pero siempre en una isla. Hace unos años, el retraso en un vuelo de SAS y una ‘rubia cabellera’ que conoció en la caja del Ikea mientras pagaba una una estantería Billy le llevaron a Gotland. Sólo el nombre predispone a un viaje hasta esta isla, que presume de ser el refugio de los suecos ricos en busca de hacer una escapada a la Riviera de los Dioses.