Una victoria gris ante el Hull (0-2) fue suficiente para que el Manchester City recortara distancias con el Chelsea, que perdió ante el Aston Villa (1-0) un encuentro en el que fueron expulsados dos jugadores del equipo londinense, Willian y Ramires, además de su técnico, José Mourinho.
Los blues se mantienen líderes de la Premier con una engañosa ventaja de seis puntos respecto a los citizens, que tienen tres partidos pendientes y superarían al Chelsea si suman los nueve puntos que no han disputado.
El partido quedó dinamitado con la segunda amarilla a Willian, a 25 minutos para el final. El Aston Villa vio su oportunidad de salir del letargo en el que se había mantenido durante todo el partido y despertó gracias a una jugada personal del inglés Fabian Delph que selló el 1-0.
Por detrás en el marcador y con diez hombres sobre el campo, tanto Mourinho como sus jugadores perdieron los nervios. Ramires lanzó una entrada excesiva sobre El Ahmadi con el tiempo cumplido y vio la roja, mientras que el técnico luso entró al terreno de juego para protestar por esa decisión y acabó también expulsado.
"No sé por qué fui expulsado", dijo el portugués al término del partido. "Pregunté, pero el árbitro no me quiso hablar. Un jugador hace un movimiento agresivo hacia uno de mis jugadores. Agbonlahort estaba en el banco, saltó hacia el campo y fue agresivo. Todos lo hicimos, yo y mis asistentes, mucha gente".
"Pero tengo que aceptarlo", añadió el técnico del Chelsea. "Prefiero no hacer comentarios porque seré castigado y no merece la pena. Tenemos que superarlo, la vida sigue. Puede que Mr. Foy pensara que fui agresivo, no lo sé. No hay estatuas en un partido de fútbol, así que todos deberíamos haber sido expulsados".
"Deberíamos ser muy poco afortunados si tenemos otro arbitraje como este. No me refiero a un error que pueda cometer el árbitro o a un penalti no concedido, han sido los 94 minutos de partido", sentenció Mou.
