La depresión de resultados del Real Madrid continúa provocando en Florentino Pérez un fundado temor a que el resquemor de los aficionados contra lo que ocurre en el césped del Santiago Bernabéu siga virando también al palco. En este mismo diario ya detallamos hace una semana los esfuerzos por tachar de violentos o conspiradores a sus opositores. Pero las acciones destinadas a sofocar toda voz discordante hacia su gestión del mandatario merengue no terminan ahí.
En la propia Grada de Animación del Bernabéu, el conglomerado de aficionados y peñas que sustituyó de forma pacífica el liderato de Ultras Sur en lo que respecta a tifos y cánticos en el estadio, empiezan a trascender denuncias contra lo que se considera un trato fiscalizador hacia ellos del presidente del club. Algunas de esas quejas han podido ser recogidas por VozPópuli.
"Ponen vigilantes del club con chaleco en nuestra zona y toman nota de quién no anima, de quién critica o del que falta a los partidos -cuenta un miembro de la Grada de Animación que prefiere, por razones obvias, mantenerse en el anonimato-. Luego, le pasan informes al club con todo ello y te pueden no renovar el año que viene o incluso echar a mitad de temporada".
"El abono nos cuesta alrededor de 400 euros, en vez de los 700 que serían habituales, pero nos ponen una condición para la rebaja: animar al club y a los jugadores siempre -prosigue-. Está terminantemente prohibido criticar".
Y si silbar a los jugadores se convierte en pecado mortal, mirar al palco a la hora de protestar es inimaginable. "Algunos tiene órdenes directas del club de evitar todo en contra del palco y no silbar ni gritar ninguna consigna contra Florentino -detalla otro denunciante-. Sería un suicidio".
"En esta situación nadie puede expresarse libremente, y muchos tienen miedo a decirlo en público porque les quitan el abono", se narra desde la Grada de Animación. Un bastión que Florentino Pérez quiere amansar para distraer cualquier conato de incendio entre el resto del público del coliseo blanco.
