Los retoques estéticos están a la orden del día. La ciencia avanza y ¿por qué no hacer uso de ella? A los tratamientos de belleza se le han sumado otras técnicas más específicas y en los últimos años el uso de la toxina botulínica y del ácido hialurónico han ganado popularidad, sin embargo, todavía existe mucho desconocimiento acerca de ellas, sobre todo de esta última sustancia.
El ácido hialurónico es un tipo de azúcar que se encuentra de forma natural en numerosos tejidos, como la epidermis, cartílagos, tejido conectivo, líquido sinovial y ojos. En la piel, esta sustancia actúa para asegurar su estabilidad y mantenerla protegida, hidratada y renovada constantemente. Y, como potencia la producción de colágeno (proteína esencial del cuerpo), combate los síntomas de la edad al aportar flexibilidad, elasticidad y resistencia a los tejidos.
“Más del 50% del ácido hialurónico de nuestro cuerpo reside en la piel, hallándose tanto en la dermis como en la epidermis. Se trata de un polisacárido capaz de retener 1000 veces su peso en agua por lo que es un conductor directo de la hidratación y jugosidad en la piel, lo que es sinónimo de una piel más elástica, vital y rejuvenecida, de ahí la gran importancia de mantener buenos niveles de este en nuestra piel, pues es un “retenedor” del agua haciendo más lento el proceso de evaporación”, afirma Julia Chacón, fundadora de Luxmetique.
Con el paso los años desciende el poder regenerativo del ácido hialurónico, por eso es importante encontrar la forma de aportar de forma externa el ácido hialurónico necesario para equilibrar la falta de producción.
“Si se trabaja de forma natural, con microcánulas para minimizar riesgo de hematomas y en trazantes vectoriales para conseguir un efecto tensor de “lifting no quirúrgico de la cara”, no hay cambios importantes, no se cambia la fisonomía y lo que conseguimos es que se tenga buena cara y nadie sepa por qué, en definitiva, que te digan: ¡Qué bien estás! y no, ¿qué te has hecho?”, añade el Dr. Moisés Amselem, de la clínica Martín del Yerro | Amselem.
Mitos y verdades sobre el ácido hialurónico
Desde 'Vozpópuli' hemos reunido los mitos y verdades que existen en torno al ácido hialurónico que resolvemos con la ayuda de la doctora Gema Pérez Sevilla, cirujana maxilofacial y experta en medicina estética facial, para que conozcas todo sobre su uso y sus efectos.
El ácido hialurónico solo sirve para dar volumen: mito
Existen diferentes tipos de ácido hialurónico con distintas densidades y unos se utilizan para dar volumen, mientras que otros corrigen arrugas o reestructuran la piel sin aportar volumen.
Sus resultados son inmediatos: verdad
Con las infiltraciones con ácido hialurónico la corrección es visible desde el primer momento, aunque se intensifica pasados unos meses.
El ácido hialurónico tiene efectos secundarios: mito
El perfil de seguridad del ácido hialurónico es muy grande. Se trata de una sustancia biocompatible y reabsorbible que no suele causar problemas, siempre que sea administrado por un profesional médico. No hay que olvidar que el ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de manera natural en el organismo.
Sus resultados pueden durar años: verdad
La duración de algunos rellenos puede llegar a los dos años o más, porque, aunque se haya reabsorbido, el efecto de corrección perdura más tiempo, por la regeneración del colágeno y del propio ácido hialurónico de la piel.
Permite seguir con la vida habitual: verdad
La inyección es un poco molesta ya que se realiza con agujas de pequeño calibre o cánulas finas a nivel subcutáneo o en el interior de la grasa facial. Solo requiere anestesia tópica, lo que permite que el paciente se incorpore a su vida habitual de forma inmediata. Solo será necesario proteger la piel del sol en los días siguientes a la infiltración o aplicar frío cuando se pone en músculos con mucho movimiento.
Solo se puede aplicar en los labios: mito
El ácido hialurónico se puede aplicar en todo el rostro y el cuello. Además de aumentar el grosor de los labios, restaurar su hidratación o corregir arrugas peribucales, el ácido hialurónico sirve para modelar las cejas, el pómulo, el mentón o la nariz, tratar las ojeras, tensar la zona mandibular, eliminar las arrugas de la frente, el entrecejo, las patas de gallo, el surco nasogeniano, el pliegue de amargura…
Puede conseguir resultados similares a un lifting: verdad
La doctora Pérez Sevilla ha desarrollado una técnica, HIALESMAS®, que a través de la infiltración de ácido hialurónico, de distintas densidades, permite rejuvenecer la piel, tratar la flacidez y resolver problemas de pérdida de volúmenes del rostro. HIALESMAS® consigue resultados quirúrgicos aplicando tratamientos de medicina estética facial, con todas las ventajas que ello conlleva para el paciente.
Solo se puede aplicar en personas con arrugas: mito
El ácido hialurónico ayuda a retrasar el envejecimiento y guiarlo para que, a pesar de la edad, el rostro tenga un aspecto estéticamente más bello. Así que es posible usarlo de forma preventiva. Por otra parte, el ácido hialurónico ayuda a corregir algunas imperfecciones, por ejemplo, de la nariz, de forma que se puede aplicar también en personas jóvenes.
Las embarazadas y el ácido hialurónico, ¿se puede?
El uso del ácido hialurónico durante el embarazo es un tema controvertido. “Se sabe que en su degradación se va a deshacer en CO2 y agua, y esto no debería ocasionar ningún problema, pero no se recomienda aplicar tratamientos con ácido hialurónico durante el embarazo porque a veces la propia molécula del ácido hialurónico está reticulada o manipulada con determinados agentes que no se sabe si pueden provocar daños al feto”, cuenta la doctora Pérez Sevilla.
Sin embargo, hay una única molécula medio permitida. “Aunque no hay estudios, el ácido hialurónico puro monomérico (se usa solo para hidratar) está permitido durante el embarazo, pero tiene un efecto muy corto en la piel, porque desaparece muy pronto y tampoco se está usando, ya que no compensa”, apostilla la médico estético Gema Pérez Sevilla.
¿En qué se diferencia en bótox y el ácido hialurónico?
Aunque ambos se utilizan en los procedimientos de rejuvenecimiento facial, nada tienen que ver el uno con el otro, como señala a ‘Vozpópuli’ l Dr. Moisés Amselem, de la clínica Martín del Yerro | Amselem:
- El ácido hialurónico (AH) actúa mediante hidratación de la piel, estimulación a la producción del propio AH, colágeno y elastina, consiguiendo rellenar arrugas, mejorar calidad de piel, retensar estructuras y recuperar volúmenes perdidos. Su efecto dura unos 6 meses.
- El Bótox actúa paralizando músculos que tienen que ver con la gesticulación y con ello, se consigue atenuar arrugas de expresión y producir luminosidad inmediata en el rostro una vez que aparece el efecto a los tres a cuatro días de la inyección. Su duración es de cuatro a seis meses.