Al llegar a Parador de León, también conocido como Hostal o Convento de San Marcos, lo que más impone al visitante es su maravillosa fachada renacentista de 100 metros de altura, una de las obras maestras del Renacimiento español y una de las partes más importantes de un edificio que alberga en su interior una iglesia, el Museo Arqueológico Provincial y el Parador.
La historia del Hostal San Marcos, hoy convertido en el Parador de León, está especialmente ligada al Camino de Santiago. De hecho, el edificio nació como un pequeño convento y hospedería de peregrinos del Camino del Santiago en el siglo XII, pero no fue hasta el XVI cuando en ese espacio se creó un ambicioso proyecto arquitectónico de estilo gótico-plateresco orquestado por el rey Fernando el Católico que, además de ampliar el viejo convento medieval, mostraría la importancia de la Orden Militar de Santiago.
Un edificio cuya arquitectura cabalgaba entre lo religioso y lo militar, tal y como refleja la iconografía de su fachada plateresca y sus imágenes talladas, con firmas de Juan de Juni o Guillén Doncel quienes, entre otros, trabajaron en la fachada, el interior y la sillería coral.
Joya histórica
Tras la desamortización de Mendizábal en 1836, San Marcos fue destinado a diversos usos. Pasó a ser una escuela veterinaria, un hospital penitenciario, una casa de misiones de la Compañía de Jesús y hasta una prisión y un campo de concentración de prisioneros republicanos durante la Guerra Civil. Pero no fue hasta 1965 cuando se abrió como hotel del Estado con una clara apuesta por recuperar el Camino de Santiago.
Aunque esta es su historia en formato reducido, se puede profundizar un poco más en ella a través del podcast “Historias de San Marcos”, una ambientación sonora de cinco capítulos en los que se descubren los secretos de un edificio con más de 800 años de historia.
Un diseño equilibrado
El interior del Hostal San Marcos tampoco se queda atrás, y también tiene una historia que contar. Y es que, podría decirse que, San Marcos es una pieza de museo en sí misma, con sus salones señoriales, un claustro espectacular y una Sala Capitular con un techo artesonado mudéjar. De ahí que fuera vital encontrar un estudio de diseño que tratase de mantener la esencia de la historia del lugar al tiempo que lo hacía confortable para todo el que pasase por el mismo.
De eso se encargó Merry Desings Studio, un estudio de decoración que ha tenido como guía el respeto a la historia de San Marcos y que ha hecho que este hotel haya sido reconocido en los International Hotel & Propierty Awards concedidos por la revista británica Design et al como el Mejor Hotel de Europa en la categoría de hoteles de menos de 50 habitaciones por el equilibrio de su diseño entre tradición y vanguardia. Lo explica Alfonso Merry del Val, responsable del estudio: “el Hostal de San Marcos es tan potente que la decoración no se debe notar, como cuando se restaura un buen cuadro”.
La historia de un premio
El confort y el lujo español son los dos conceptos que ha elegido el estudio Merry para guiarse a la hora de decorar este nuevo hotel Parador y para realzar la historia, el arte y la artesanía. Un interiorismo que mantiene el espíritu innovador de Paradores con un delicado contraste entre lo histórico y lo contemporáneo.
Han apostado por el lujo de la sencillez sin estridencias y por calidad de unos materiales que hacen que se realce la historia y el arte del espacio. Además, han introducido numerosos guiños a la artesanía española como los plaids de cama, que son mantas artesanales de la localidad de Val de San Lorenzo; un mueble platero compuesto por piezas de barro de Jiménez de Jamuz, de La Bañeza; o, los arreglos florales de todo el alojamiento, encargados la florista de León María José Ijar.
Además, este diseño, que ha tratado de mantener un delicado contraste entre lo histórico y lo contemporáneo, incluye también más de 600 piezas del mobiliario recuperadas del Parador antes de la reforma. De hecho, algunas de ellas se han reutilizado con nuevos usos, como por ejemplo unas antiguas puertas que se han transformado en cabeceros de las nuevas habitaciones.