Economía

El Banco de España exige al Gobierno un plan creíble para reducir deuda y déficit

Cree que es "urgente" que se defina una "estrategia creíble" para volver al reequilibrio fiscal una vez superada la pandemia

  • El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

El Banco de España ha pedido este martes al Gobierno que elabore un plan de reequilibrio fiscal en el que demuestre de forma creíble cuál es su estrategia para volver a la consolidación fiscal, es decir, para contener el déficit y la deuda publica cuando pase la pandemia. 

"Más allá de estas actuaciones de corto plazo, se hace necesaria la definición de manera urgente de una agenda ambiciosa de reformas estructurales, dirigida a aumentar el crecimiento potencial de la economía, que ya era reducido antes de esta crisis. Y, en paralelo, se hace necesario diseñar una estrategia creíble de reducción gradual, pero sostenida, de los desequilibrios fiscales, para su implementación una vez que se haya superado la pandemia y la recuperación económica esté sólidamente asentada", ha recalcado el gobernador Pablo Hernández de Cos en una comparecencia en el Congreso de los Diputados. 

Esta institución cree que "esta estrategia resulta particularmente relevante y adecuada para un país, como España, que ha afrontado esta crisis desde una posición de sus finanzas públicas más vulnerable que la de otras economías de nuestro entorno", por el elevado nivel de déficit público que ya tenía el país antes de la crisis (-2,8% a cierre de 2019) y también el abultado nivel de deuda (95,5% sobre PIB). 

Para 2020, el Banco de España prevé que el déficit escale hasta una horquilla de entre el 10,8% y el 12,1% del PIB, y que la deuda llegue a cotas de entre el 116,8 % y el 120,6 % del PIB.

El Gobierno no piensa hacerlo

Su recomendación se ha producido sólo un día después de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negara públicamente que el Ejecutivo tuviera en mente preparar un plan de reequilibrio fiscal, a pesar incluso de la Ley de Estabilidad Presupuestaria estipula que cuando se suspenden las reglas fiscales por una emergencia es necesario elaborar ese plan. 

"De esa referencia de la ley orgánica respecto a los planes de reequilibrio tenemos que hablar con Bruselas. Cuando pase la pandemia, algo que estamos deseando que suceda y ojalá al principio del año que viene ya le estemos diciendo adiós, ojala esto se confirme, pero la Comisión Europea no ha pedido ningún tipo de plan de reequilibrio ni yo se lo he pedido a las comunidades autónomas", señalaba el lunes Montero, que admitía también que al Gobierno "no le preocupa" ahora este asunto.

El supervisor, sin embargo, ha insistido este martes en que es necesaria una acción "muy contundente".

"Contar con unas finanzas públicas saneadas resulta crucial no solo para dar una respuesta adecuada ante episodios recesivos como el actual, sino también para evitar episodios de vulnerabilidad financiera como los registrados en el contexto de la anterior crisis financiera", ha señalado De Cos en alusión a la posibilidad de tensiones en el mercado o subidas de la prima de riesgo

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha expresado también de forma reiterada la necesidad de que el Ejecutivo prepare este plan "para lanzar un mensaje de calma al mercado".

En juego la credibilidad

De Cos ha señalado, también, que hay otras consecuencias negativas de no preparar este plan. "Existe una amplia evidencia que revela que el mantenimiento prolongado de niveles de deuda pública elevados reduce los recursos que podrían ser destinados a fines más productivos, y encarece y dificulta la financiación de la economía a escala agregada, lo que conduce a distorsiones en las decisiones de inversión
privada y, a la postre, a un menor crecimiento económico". 

El diseño y la comunicación de sus aspectos básicos deberían acometerse sin mayor dilación, porque comportaría beneficios importantes para la credibilidad de la política económica"

"Por este motivo, es importante que se acometa cuanto antes el diseño de una estrategia detallada de reducción gradual, pero sostenida, de los desequilibrios fiscales, que comience a ser aplicada una vez que se haya superado la pandemia. Esta estrategia debe, además, poner el énfasis en la mejora de la calidad de las finanzas públicas desde el punto de vista de su composición entre los distintos tipos de ingresos y gastos, de modo que esta se oriente a la dinamización del crecimiento económico a largo plazo", ha afirmado.

Aunque esta estrategia no se aplique hasta que se recupere la economía, "el diseño y la comunicación de sus aspectos básicos deberían acometerse sin mayor dilación, porque ello comportaría beneficios importantes para la credibilidad de la política económica, potenciando así los efectos expansivos de las
actuaciones fiscales actuales". 

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