Los capitales expatriados que regularicen su situación con Hacienda voluntariamente sólo tributarán por los últimos cuatro ejercicios. Es más: en cuanto prescriba 2007, el 30 de junio de este año, será un momento idóneo para ponerse al día, ya que a partir de ese año los mercados cayeron en picado y prácticamente no habrá plusvalías por las que pagar. La voluntad de países como Andorra o Suiza de colaborar con los Gobiernos fuerza estos movimientos. Y la crisis.
Un español que tenga dinero fuera de España y quiera ponerse al día de manera "voluntaria" (el matiz es vital) con Hacienda, abonará impuestos más recargos por los últimos cuatro años, según confirman fuentes tributarias. Las mismas aclaran que a mediados de este año prescribe 2007, ejercicio en el que las Bolsas tocaron máximos y comenzó el hundimiento de los mercados. A partir de ese ejercicio, prácticamente nadie acumula plusvalías. Es un momento óptimo para realizar una regularización voluntaria.
Hace meses que se está produciendo un goteo de actualizaciones, tutelado por las bancas privadas y los despachos de abogados más especializados. Este proceso ha cobrado importancia de sopetón, por varios motivos. En primer lugar, la salida de algunos países como Suiza o Andorra de la ‘lista negra’ de la OCDE y el G20 ha metido el miedo en el cuerpo a muchos inversores quienes, aconsejados por sus asesores, prefieren ponerse a buenas con el fisco antes de que sean descubiertos.
Estos países han comenzado a suministrar información a los estados que lo solicitan. A regañadientes, pero este proceso ha iniciado, con algún que otro susto morrocotudo, como la lista de HSBC y los 1.000 millones de la familia Botín.
Adiós al secreto bancario
Las fuentes indican que la Agencia Tributaria ha comenzado está pidiendo información a Suiza, Andorra, Malta, Chipre o Panamá y lo hará con redoblada intensidad. Los suizos están instalados en el secreto bancario transparente, mediante el cual el país de origen recibe el pago de impuestos pero no conoce la identidad del titular, mientras que Andorra sí tiene acuerdo de intercambio de información. Algo parecido puede decirse de los otros países, paraísos fiscales que han querido salir de esa lista negra para entrar en la 'lista gris'.
Aunque estas cosas nunca son fáciles ni se efectúan con la rapidez deseada por los demandantes de datos, “está claro que el secreto bancario, como lo hemos conocido históricamente, ha desaparecido”, decían desde una banca privada ayer.
Otro motivo por el que hay interés en que se puedan repatriar capitales con la mayor celeridad posible es la crisis. Mucho dinero expatriado en los últimos años corresponde a personas que han hecho fortuna con el sector inmobiliario y lo sacaron rápidamente del país, pero el hundimiento de este sector les obliga ahora a disponer de su capital.
En Hacienda no quieren hacer ningún comentario concreto a este respecto, aunque insisten en que cuanto más dinero llegue de fuera, mejor. Se remiten al plan de lucha contra el fraude para este año, cuyas líneas maestras han sido presentadas. A principios de año, Cristóbal Montoro dijo en consejo de ministros que se haría un esfuerzo para facilitar las regularizaciones voluntarias, aunque todavía no hay información concreta sobre cómo van a facilitar y simplificar ese proceso.
Amnistía fiscal, no
En cualquier caso, la posibilidad de que se lleve a cabo una amnistía fiscal para repatriar capitales de manera masiva es descartada. Así lo han dicho repetidamente en Hacienda y coinciden en general desde varios flancos. En un momento de subidas de impuestos a las clases medias, no sería de recibo que un gobierno de derechas implementara medidas de ese calado.
Tampoco parece sencilla una solución como las de principios de los 90, cuando el Tesoro emitió pagarés nominativos al 2% y 5 años de plazo. Los titulares que suscribieron esos activos solventaron sus problemas con Hacienda al vencimiento. El diferencial de tipos no percibido (el precio del dinero era del 14%) computaba a favor del estado y los pagarés, al menos, financiaron al país. Ahora, con los tipos al 1%, no se vislumbra un mecanismo similar, aparte que suena muy obsoleto entre expertos del sector.
Lo que es innegable es que tanto la banca suiza como la andorrana están muy activas en España desde hace muchos meses. No queda prácticamente ninguna entidad de Suiza que no se haya instalado y reforzado en nuestro mercado, mientras que ya hay varias firmas andorranas con fuerte presencia aquí (BPA compró Banco Madrid y Credit Andorrá el Alcalá de la familia Argüelles).
Son casi los únicos grupos bancarios que están dando señales de actividad en un segmento tan castigado ahora como el de la banca privada. Suizos y andorranos están continuamente fichando expertos para dimensionar sus equipos en España, pero no para captar nuevos clientes sino para continuar atendiendo en su país de origen a los que ya tenían.