La disposición mostrada en público por el Ayuntamiento de Madrid para seguir tratando el asunto de la operación Chamartín contrasta de forma notable con su actitud en privado, de la que cabe deducir que no quiere ni oír hablar del desarrollo urbanístico del norte de la capital. El Consistorio rechazó recientemente una moción interpuesta por una asociación de comerciantes y pequeños empresarios del distrito de Chamartín en la que instaba a la corporación municipal a retomar las conversaciones con los diferentes actores implicados.
En concreto, la asociación Pymes Chamartín trasladó al Ayuntamiento la propuesta de que retomara los contactos con la promotora del desarrollo, Distrito Castellana Norte (DCN, participada mayoritariamente por BBVA, con Grupo San José como socio minoritario), al tiempo que con las otras dos administraciones implicadas, la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Fomento y pequeños inversores privados. El objetivo era tratar de reactivar la operación Chamartín, enterrada antes del verano por el Ayuntamiento al rechazar de forma definitiva la modificación del plan urbanístico que permitía su puesta en marcha.
La rotunda negativa del Ayuntamiento contrasta con la disposición manifestada repetidamente por Carmena para tratar de desbloquear la operación
La respuesta del equipo liderado por Manuela Carmena no se hizo esperar. La moción quedaba rechazada al considerar que el asunto había sido ya tratado (y rechazado) en el Pleno municipal por lo que no había lugar a repetir el procedimiento.
Fuentes próximas a la asociación Pymes Chamartín señalaron que su propuesta contenía puntos diferenciales, entre los que se incluían la participación en las futuras reuniones de representantes de organizaciones comerciales y también vecinales, así como la obligación de dar cumplida información pública periódicamente sobre el desarrollo de las conversaciones.
Las reuniones en Fomento
La rotunda negativa del Ayuntamiento contrasta con la disposición manifestada repetidamente por Carmena para tratar de desbloquear la operación, en cuyo proyecto DCN tiene comprometida una inversión de 6.000 millones de euros para desarrollar más de 3 millones de metros cuadrados con viviendas, edificios de oficinas, medios de transporte y zonas verdes.
El pasado mes de junio, el Ministerio de Fomento (propietario de más del 60% del suelo a través de las empresas públicas Renfe y Adif) promovió dos reuniones en su sede con los actores implicados en la operación para tratar de avanzar hacia su desbloqueo. Al finalizar sendas reuniones, Carmena mostró su disposición a seguir negociando sobre el desarrollo del norte de Madrid, aunque durante los encuentros se mostró inamovible en su posición de rechazar la propuesta de DCN.
El Consistorio elaboró su propio plan para solventar los problemas del norte de la capital, un proyecto denominado Madrid Puerta Norte, notablemente menos ambicioso, especialmente en el apartado de infraestructuras capitales, como el nudo norte y el desarrollo de la red de metro por la zona.
Un plazo a punto de vencer
Tras los encuentros impulsados por la actual presidenta del Congreso de los Diputados y, por entonces, ministra de Fomento en funciones Ana Pastor, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid rechazó la reforma urbanística clave para la operación, que se dio entonces por enterrada. Las reuniones se interrumpieron por la llegada de las elecciones generales del 26 de junio, a la espera de que se confeccionara un nuevo Gobierno central.
Sin embargo, a día de hoy sigue sin haber un nuevo Ejecutivo y el Ayuntamiento de Madrid no está dispuesto a seguir hablando de la operación. Su rechazo ha sido llevado a los tribunales por parte de DCN y de la Comunidad de Madrid, que consideran que el Consistorio no argumentó de forma correcta los motivos de su decisión. Si los planes de DCN no cambian, el próximo 31 de diciembre renunciará a la concesión que le permite promover la operación Chamartín.
