Banca

El BCE mete más presión a Santander, BBVA y CaixaBank para pagar por los depósitos

La cruzada contra la inflación sin control anticipa la vuelta del producto tradicional de ahorro a los escaparates de los bancos. Lo lógico es que ya remunerasen el pasivo con alrededor del 0,5%

  • Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, y Luis de Guindos.

Tensión sobre los grandes bancos. El Banco Central Europeo (BCE) intensificará las subidas de los tipos de interés durante 2023 en su cruzada contra la inflación descontrolada y meterá más presión a Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter para pagar por los depósitos. Estas entidades se resisten a remunerar por el producto de ahorro tradicional, que desapareció de sus escaparates en la era de tipos negativos, pero el nuevo horizonte de subidas "significativas" que marca el banco central anticipará esta tendencia.

"Antes o después pagarán por los depósitos", apuntaba Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, hace unos días. Pues bien, parece que será más pronto que tarde tras la promesa del banco central de que el precio del dinero seguirá encareciéndose el próximo año, como trasladan fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.

La crisis de precios está lejos de solucionarse sobre todo por los efectos de la guerra en Ucrania y todavía de los provocados por los confinamientos contra el Covid. De hecho, desde Fráncfort se han empeorado las estimaciones de IPC, que no se acercará hasta niveles sostenibles para el BCE hasta 2025.

El Eurobanco llevará los tipos al 2,5% desde el 21 de diciembre. La facilidad de depósito, que es la tasa que fija el interés que los bancos reciben por guardar su dinero a un día en el BCE, subirá al 2%. Alcanzará así un nivel, descontado, el diferencial lógico que aplican las entidades a sus clientes, que permitiría remunerar los depósitos con alrededor el 0,5%, según fuentes financieras.

La facilidad de depósito probablemente alcanzará el 3% en marzo, lo que empujaría a las grandes entidades a pagar alrededor del 0,75%"

Pero estas estimaciones deberían ir a más. Christine Lagarde, presidenta del BCE, prometió nuevas subidas de medio punto porcentual para devolver la inflación al objetivo de 2% y elevó el techo del precio del dinero al 3,5% desde el 3% que se descontaba antes de la última reunión de política monetaria del año. Si se mantiene la hoja de ruta desde que el banco central empezó a subir con fuerza los tipos en julio, la facilidad de depósito lleva un decalaje de medio punto respecto a la tasa principal y probablemente alcanzará el 3% en marzo, mucho antes de lo previsto.

La inapetencia de los grandes bancos por captar ahorro limita, de momento, la guerra del pasivo a entidades extranjeras y online que se quieren abrir hueco en el mercado. El interés por el ahorro a plazo entre uno y dos años en España alcanza el 0,65%, lejos de casi el 2% con el que se remunera en otros países como Francia y Alemania. Y eso que ya hay entidades extranjeras, como la italiana Banca Progetto, que pagan un 3% por los depósitos a un plazo de dos años.

Resistencia por el exceso de liquidez

Los grandes bancos se resisten a pagar por los depósitos y, en algunos casos, se limitan a retribuir por las cuentas remuneradas online, que en Sabadell puede llegar hasta un 3% TAE. Los banqueros repelen la presión con el argumento de que existe "muchísima" liquidez en el sistema, en palabras de Onur Genç, consejero delegado de BBVA. Aunque lo cierto es que bancos como Santander y BBVA ya han empezado a pagar por los depósitos de los ayuntamientos y las comunidades autónomas tras casi una década.

En cualquier caso, el atractivo de los depósitos no será suficiente para compensar la escalada de precios. La tasa de inflación en España parece haber tocado techo, pero se situó en el 6,8% en noviembre, el último dato publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De hecho, esta es la principal justificación de los banqueros para trasvasar el ahorro hacia productos más rentables, como los fondos de inversión, que ofrecen mayores intereses con un nivel de riesgo asumible.

La presión puede ir a más con la nueva hoja de ruta de Lagarde. Tras el pacto hipotecario forzado por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, los bancos ahora temen que los depósitos abran un nuevo choque con el Gobierno. El sector es consciente de que la baja rentabilidad puede convertirse en un nuevo episodio que ponga a prueba su reputación.

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