Los supervisores llevan tiempo preocupados por el impacto de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania en el sector financiero. El mensaje a los ejecutivos bancarios para que tengan prudencia se ha reforzado en los últimos meses, pese a que la tasa de morosidad está contenida en el 4,19% y se sitúa en niveles mínimos de 2009. Pero el Banco Central Europeo (BCE) tiene claro que en algún momento la morosidad real acabará aflorando en los balances de los bancos y teme que la previsible subida sea repentina, con lo que las entidades tendrían menos margen de maniobra, según fuentes financieras en contacto con Fráncfort.
El supervisor único considera que los créditos impagados del sector financiero español, que apenas supera los 50.000 millones, no refleja la situación económica actual, con un crecimiento menor del esperado y con una espiral de aumento de precios. El BCE quiere que los bancos no bajen la guardia y aprovechen la inercia positiva de la primera subida del precio del dinero en Europa, que se materializará en julio en 25 puntos básicos. "No podemos cegarnos con la subida de tipos de interés a corto plazo", advirtió la semana pasada Luis de Guindos, vicepresidente del BCE.
El supervisor asume que el nivel de provisiones es el exigido por la normativa actual. Aunque no esconde públicamente que prefiere que las entidades sean más conservadoras y refuercen las dotaciones para absorber repuntes súbitos de la morosidad. Hay temor en el sector financiero a que emerja gran parte de la morosidad tras el verano, cuando la actividad económica podría sufrir de forma más acentuada los efectos de la escalada de precios, con un retroceso del consumo y de la inversión, señala un alto directivo de una de las grandes consultoras financieras.
El 23% del crédito ICO está en riesgo de impago, según el Banco de España"
Además, el fin de la moratoria concursal y de la carencia de los créditos ICO supondrán un punto de inflexión, que podría hacer repuntar los impagos de forma notable. "En el BCE no se explican por qué no sube la morosidad y se mantiene en niveles de 2009", indican fuentes del sector financiero.
En los últimos trimestres, el Banco de España ha detectado un deterioro en la calidad crediticia de los ICO. El 22,7% del crédito garantizado a través del ICO está clasificado en vigilancia especial, según datos a marzo, lo que representa un incremento de 6,4 puntos porcentuales respecto a junio de 2021. Este tipo de préstamos está potencialmente en riesgo de impago.
En el seno de los bancos se considera que los créditos impagados están controlados y que no habrá una fuerte subida, aunque sí reconocen que la tasa de morosidad del 4% actual acabará aumentado. La banca podría absorber casi el doble de mora, con un aumento hasta casi el 7%, según estimaciones de PwC.
Retención de provisiones Covid
Las diez principales entidades españolas reforzaron su nivel de provisiones entre 2020 y 2021 en más de 8.000 millones para hacer frente a posibles deterioros por el Covid. Este colchón cubriría un alza adicional del nivel de dudosos en unos 26.000 millones. La mayoría de estas dotaciones la banca las ha retenido en balance, con alguna excepción de los grandes grupos en Estados Unidos y Reino Unido, en donde liberaron gran parte.
Pero las entidades no sólo han asumido el mensaje del supervisor y han mantenido estas provisiones, sino que algunas han realizados nuevas dotaciones para cubrirse de los efectos de la invasión rusa a Ucrania. Estos han sido los casos de CaixaBank y BBVA, que han reforzado su balance con otros 200 millones en provisiones.
El supervisor está preocupado por los efectos inflacionarios que puede provocar la guerra y su impacto en las carteras de crédito, sobre todo en la financiación al consumo, que es la que sufre primero la caída de la actividad. De hecho, el BCE, según desveló Guindos, ya contempla que la economía de la eurozona entre en recesión en 2023, aunque no es el escenario central para el organismo.