Los créditos morosos (los que están tres meses seguidos sin pagarse) crecieron en 42.742 millones en un año. Aún hay otros 47.000 millones de euros en deudores a la vista. La morosidad de bancos y cajas supera ya a la de los establecimientos de crédito rápido, que conceden préstamos para compra de coches, electrodomésticos o viajes.