España ostenta el dudoso honor de ser uno de los países con peores índices en los plazos de pagos de la Unión Europea, este premio a la morosidad, solo por detrás de Portugal e Italia, hace que durante este año algo menos de tres de cada cuatro empresas hayan sufrido impagos. El problema, que es crónico en el mundo empresarial español, esconde además una dura realidad: las empresas que consiguen el dinero tras una larga espera, no reclaman los intereses de demora devengados de los impagos, –solo un 12% lo hace– principalmente por el miedo a perder clientes.
Los datos, resaltados en un informe del Centro de Morosología de EAE y la Plataforma Multisectorial de Lucha Contra la Morosidad (PMCM), marcan que un 75% de las empresas españolas declara no solicitar estos intereses de demora, que varían según el año, y se sitúan en las operaciones comerciales en en un 8,15% en el segundo trimestre de 2014.
"La moralidad del mundo de los negocios no sanciona las malas prácticas de pago y hoy en día el retrasar intencionalmente los pagos se considera como equivalente a una buena gestión empresarial”
La situación que generan los impagos supone, según expresa el informe, un riesgo a tener problemas de liquidez, crisis de tesorería, problemas para financiarse e insolvencia transitoria. Pero el informe va más allá y expone que la “moralidad del mundo de los negocios no sanciona las malas prácticas de pago y hoy en día el retrasar intencionalmente los pagos a los proveedores se considera muchas veces como equivalente a una buena gestión empresarial”, y es que según el Barómetro de Prácticas de Pago de Crédito y Caución, el 29,33% de los casos de impagos se produjeron de forma intencional “por el deudor como técnica de cash management para financiarse gratuitamente a costa del proveedor”.
“En la actualidad”, continúa el informe de EAE, “se han extendido en España unos pésimos hábitos de pago, de los peores de la UE, que suponen un riesgo importante para las empresas proveedoras de bienes y servicios”. Y es que según expresa el estudio sobre Comportamiento de Pagos de Empresas en España realizado en el segundo trimestre de 2014 por Informa D&B, los retrasos durante 2014 supusieron un coste directo para el conjunto del tejido empresarial de 2.815 millones de euros, y que se tradujo, según los datos del PCMC, en que la morosidad ha propiciado el cierre de 400.000 empresas en España desde el inicio de la crisis económica en 2008.
Incumplimiento generalizado de la Ley
Según la Ley 11/2013 del 26 de julio, el plazo fijado para pagar tras recibir la mercancía en operaciones comerciales está en 30 días si no se especifica en el contrato y no puede ser ampliado por encima de los 60 días desde la entrega, pero en España el promedio de pago a las empresas según el documento de Informa D&B, el retraso medio en nuestro país en los pagos se sitúa en 16,95 días, y teniendo en cuenta que mediante acuerdos, los plazos medios de pago se situaban en 74,34 días, el plazo medio de pago real de las empresas en 2014 se sitúa en 91,29 días.
Las empresas del Ibex 35 tienen una media en sus pagos de casi 171 días de retraso, casi el triple de lo permitido por la legislación antimorosidad
Esta cifra, que aún se encuentra por debajo de la portuguesa, con 31,74 días de retraso y la italiana, con 20,84 días, se contrapone con la cifras de países como Alemania, con 6,39 días, o Países Bajos, con 9,17 días, el retraso medio en los pagos.
El informe asegura además que solo el 43% de los pagos de las empresas españolas se ha hecho respetando las condiciones pactadas y que las empresas más cumplidoras con los pagos son las pequeñas – un 49% de las microempresas y un 39% de las pequeñas – mientras que solo el 12% de las grandes empresas cumplen los plazos, situándose los retrasos en grandes empresas como las del Ibex 35 en casi 171 días de media, casi el triple de lo permitido por la legislación antimorosidad.
Riesgo de morosidad
El estudio revela además, que a pesar de haber sufrido impagos, muchas empresas no han puesto en marcha políticas o medios específicos para combatir estas prácticas. Según explica el informe, un 91% de las empresas no tiene un departamento dedicado al cobro.
Además de la falta de prevención de las empresas españolas, el documento hace referencia al índice de riesgo de impago en 2014, que según el estudio global de European Payment Index 2014 (EPI 2014) en 31 países Europeos, sitúa a España con 176 puntos sobre 200 en nivel de riesgo de impagos, en una situación de “Emergencia Risk Profile”, “Caso extremo de emergencia, implementar de inmediato medidas correctiva para disminuir el nivel de riesgo”, lo que supone que este estudio escandinavo advierte del peligro de hacer operaciones comerciales con empresas españoles, porque es muy probable que se tengan problemas a la hora de cobrar.
Respuesta
En el informe del EAE exponen que para combatir la morosidad en la práctica empresarial es necesaria la promulgación de “un Régimen Sancionador que penalice el incumplimiento de la legislación antimorosidad”. Según se expresa en el documento, si no se establecen penalizaciones administrativas, “será imposible conseguir el cumplimiento efectivo de la Ley”.
Ante esta situación las empresas siguen sobreviviendo a expensas del pago que les deben y que no llega, pasado el plazo fijado en el contrato, que cuando llega al fin es lo estipulado, si no es menos, y entra en juego la necesidad y el miedo de no tener otra factura pendiente de pago, que obliga a aceptar ser parte de un sistema generalizado, donde la morosidad ataca al eslabón débil, pendiente del cobro para seguir existiendo.