Llueve algo menos en Bankia, al menos para los antiguos tenedores de híbridos y participaciones preferentes, aunque todavía quede un largo trecho por recorrer. Pero el tirón del valor en los últimos meses ha mejorado sensiblemente la situación de quienes fueron a un amargo canje, cuando la cotización estaba por los suelos y amenazaba con irse a 0 euros.
Ahora, los antiguos titulares de deuda subordinada han recuperado su inversión y para los preferentistas queda menos.
Los instrumentos híbridos se canjearon a 1,352 euros por acción a principios del pasado año con quitas del 10% para la deuda la subordinada y del 37% en la principal emisión de preferentes de Caja Madrid. Estas tres emisiones sumaban 5.000 millones, de un total de alrededor de 6.000 millones que tenía ‘vivos’ el grupo cuando fue nacionalizado.
Así, en la Emisión Subordinada Caja Madrid 2010, de 800 millones de euros colocados, un inversor que comprara 10.000 euros recibió acciones por importe de 9.000 euros, equivalente a 6.654 acciones. Ha cobrado dos cupones del 5%, es decir, 1.000 euros, de manera que en el momento en que las acciones toquen los 1,353 ya recuperará su dinero. Ayer, Bankia cerró a 1,33, pero ha llegado a alcanzar los 1,40 en días recientes, al calor del rally de la banca mediana española.
Por su lado, la Emisión Subordinada Bancaja 2009, con 1.000 millones de euros colocados, todavía ha ido mejor, ya que un inversor que hubiera colocado 10.000 euros, cobró tres cupones del 6%, es decir, 1.833 euros, con lo que ya ha recuperado todo lo invertido desde que las acciones han superado los 1,227 euros.
En el caso de las Preferentes de Caja Madrid 2009, con 3.000 millones de euros canjeados, quien invirtiera 10.000 euros sufrió una quita del 37,3% y recibió 6.268 euros en acciones (4.634 títulos). Cobró dos cupones del 7%, es decir, 1.383 euros y para recuperar su dinero la acción tiene que llegar a 1,86.
En la actualidad su pérdida está en el entorno del 25%. Una minusvalía dura, sin duda, pero ni mucho menos irrecuperable. Nadie puede asegurar que los mercados continúen subiendo, pero quien no perdiera los nervios cuanto la cotización cayó hasta 0,15 euros, tiene a tiro de piedra salir airoso.
Claro que resulta muy duro explicar que conviene mantener la sangre fría cuando hay una auténtica tormenta. Quienes sí tienen realmente más difícil recuperar su inversión es los que acudieron a la salida a Bolsa.