BBVA desvincula su futuro en Telefónica de su presencia en el consejo. La teleoperadora afronta una profunda remodelación tras el repentino fallecimiento de su vicepresidente Javier Echenique, en la que el grupo de La Vela puede ser la llave para dar entrada a la saudí STC y cumplir con la ley de paridad. En el seno de BBVA no existe preocupación por retener su histórico sillón en el máximo órgano de gobierno y se da más importancia a que la compañía mantenga la actual política de dividendos, según trasladan a Vozpópuli fuentes próximas al grupo de La Vela.
Fuentes oficiales de BBVA prefirieron no hacer comentarios al respecto. El banco está representando en Telefónica por José María Abril, que ejerce como vicepresidente de la compañía desde 2007 y fue reelegido por última vez en abril de 2022 por otros cuatro años.
El grupo de La Vela controla un 4,84% del capital y no tiene planes de vender este paquete en el corto plazo, según distintas fuentes financieras. Considera dicha participación como no estratégica y la contabiliza como ‘disponible para la venta’. Esta es la categoría que ha dado a esta inversión desde que hace dos décadas entró a formar parte del núcleo duro de la teleoperadora.
“Nuestra posición en Telefónica no es una participación estratégica, es financiera.”, ha dejado claro Onur Genç, consejero delegado de BBVA, en varias ocasiones, al mismo tiempo que ha descartado aumentar o vender parte de este paquete de acciones.
BBVA lleva sufriendo años un golpe en su patrimonio por la caída de la acción de Telefónica en Bolsa
En el grupo de La Vela se opta por mantener la posición en Telefónica sobre todo por los ingresos por dividendos. Por su 4,84% obtiene más de 80 millones de euros al año por esta vía, con un impacto limitado en capital, de unos dos puntos básicos por un desplome del 10% en la acción de la teleoperadora.
Aval al dividendo
BBVA considera atractiva la remuneración que ofrece a sus accionistas Telefónica y que entró en vigor en noviembre de 2023. En ese momento, la compañía anunció el compromiso de un dividendo anual de 0,30 euros por acción “mínimo” durante el periodo 2023-2026. Este pago en efectivo se suele realizar en junio y diciembre. De hecho, repartirá en total 850,52 millones de euros este jueves correspondiente al segundo tramo.
En el seno del banco se confía en que la cotización se estabilice tras la entrada de Arabia Saudí y el Estado, para evitar nuevos golpes. Desde 2018, un cambio contable permite cargar las minusvalías latentes contra patrimonio en lugar de cargarlo a resultados. Justo un año antes de esta nueva normativa, BBVA se anotó unas minusvalías de 1.123 millones contra la cuenta de resultados.
Con la actual participación, el grupo de La Vela no llega al mínimo oficioso que se exige en la teleoperadora para contar con un sillón en el consejo y que rondaría el 7% tras el desembarco de Arabia Saudí. Y mucho menos bajo la categoría de vicepresidente, como ponen de manifiesto fuentes próximas al núcleo duro de accionistas.
Javier de Paz, hombre de confianza de Moncloa, volvería a estar en el foco si finalmente se opta por no ampliar el número de miembros del consejo
El consejo de Telefónica está formado por 15 sillones, entre los que se incluye la reciente vacante producida por la muerte repentina de Echenique, que también fue un alto directivo de BBVA. Lo más probable es que se utilice este hueco para dar entrada a los saudíes, aunque en los círculos del sector se empieza a apostar por una remodelación más profunda para cumplir también con la ley de paridad, que exigirá desde el próximo año que en los consejos de administración haya una representación mínima del 40% del “sexo menos representado”. En el caso de la compañía con sede en La Tablas es el femenino.
Con una ampliación del número de miembros, BBVA tendría más posibilidades de retener su puesto en el consejo, aunque sin la categoría de vicepresidente, y abriría la puerta a que Criteria y la Sepi (que tomaron un 10% del capital para contrarrestar la llegada de los saudíes) y STC solicitaran un sillón más para cada uno para equilibrar las fuerzas en el máximo órgano de gobierno en función del capital.
Si no hay remodelación, el foco se pondría sobre Javier de Paz, consejero externo desde 2007 y hombre cercano a Moncloa, para dar entrada a una mujer.
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