El Banco Central Europeo (BCE) consideró en su reunión de principios de marzo que "ni la zona del euro, ni la economía global están en recesión y la probabilidad de una recesión sigue siendo relativamente baja".
Así se desprende de las actas de su última reunión de política monetaria, publicadas hoy, en la que decidió posponer la subida de los tipos de interés hasta 2020 e inyectar más liquidez a largo plazo, dos años.
El informe revela que algunos miembros del Consejo de Gobierno preferían posponer la subida de los tipos de interés hasta finales del primer trimestre de 2020 en vez de hasta diciembre de 2019 para proporcionar una expansión monetaria "adicional" y porque estaría más en línea con las expectativas del mercado.
Otros miembros prefirieron prolongar la orientación sobre los tipos de interés hasta finales de 2019 porque se prevé un repunte de la economía en la segunda mitad del año.
Incertidumbre elevada
Y por ello consideraron que era más apropiado actuar de forma gradual según cómo sean los datos económicos, debido a que "permanece una elevada incertidumbre".
"Después de todo, los miembros acordaron prolongar la orientación sobre los tipos de interés del Consejo de Gobierno hasta finales de 2019", añaden las actas.
El BCE presta a los bancos semanalmente al 0 % y les cobra un 0,4 % por el exceso de reservas.
La primera subida de los tipos de interés se producirá en la tasa de depósitos, que ahora es negativa y por ello el BCE cobra a los bancos por el exceso de liquidez.
El Consejo de Gobierno estuvo de acuerdo en que se debía asegurar que la liquidez de las nuevas operaciones "pasa a la economía real y se limita el uso de financiación para operaciones de 'carry trades' en bonos soberanos".
Las operaciones de "carry trade" consisten en financiarse a un bajo tipo de interés e invertir ese dinero en activos que dan más rentabilidad.
En otras operaciones de inyección de liquidez a largo plazo hace algunos años, los bancos utilizaron la financiación para comprar deuda soberana.
El BCE decidió en marzo posponer la subida de los tipos de interés hasta 2020 porque prevé un debilitamiento económico, que también evitará que repunte la inflación.
No obstante, pronostica un rebote de la economía en la segunda mitad del año si mejoran algunos factores de carácter temporal, el comercio externo y se relajan los conflictos comerciales.