El presidente estadounidense, Joe Biden, ha comparecido ante los medios por primera vez desde la derrota electoral de su candidata, Kamla Harris, frente al expresidente Donald Trump.
Biden, que se retiró de la carrera electoral a pocos meses del día de las urnas, fue sustituido por una Kamala que no ha conseguido igualar los datos del todavía presidente, por lo que Trump volverá a la Casa Blanca. Sin embargo, Biden asume esta "derrota" sin entender un fracaso definitivo: "No hemos fracasado, solo hemos perdido esta batalla", ha asegurado.
"Los golpes son inevitables, pero rendirse es imperdonable", ha advertido Biden, que ha citado a su padre para señalar que lo que realmente define a una persona es "lo rápido que se levanta" frente a las adversidades. "Una derrota no significa que estemos derrotados", ha remachado el actual inquilino de la Casa Blanca.
Durante su breve intervención, el presidente ha dicho también que "uno no puede amar a su país solo cuando gana", repitiendo una frase que ha utilizado en ocasiones anteriores para referirse a las teorías falsas de fraude que su futuro sucesor, Donald Trump, difundió tras su derrota en 2020.
"El país elige a uno o a otro. Aceptamos la elección que el país ha hecho. He dicho muchas veces que uno no puede amar a su país solo cuando gana", ha dicho.
Un sistema "justo"
Ambos ya mantuvieron el miércoles un primer contacto telefónico y Biden ha querido dejar claro en un discurso a la nación que cederá el mando sin críticas a su sucesor, porque "es lo que el pueblo estadounidense se merece". Espera incluso que los comicios sirvan para "poner fin a las dudas sobre la integridad del sistema electoral", alentadas por el propio Trump. El sistema, en palabras de Biden, "es honesto, justo y transparente".
El presidente ha alabado la figura de su vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, en un momento que ha descrito como de "derrota" pero que no cabe más que "aceptar". En este sentido, ha querido reivindicar "orgulloso" el trabajo de la Administración durante estos últimos años, una etapa "difícil" que ha descrito como "histórica".
Asimismo, ha apuntado que "quedan 74 días para terminar el mandato" y que "cada día cuenta", en un aparente último alegato político antes de que los republicanos se hagan con el control de la Casa Blanca y, previsiblemente, de las dos cámaras que conforman el Congreso --ya tienen asegurada la mayoría en el Senado--.
"Los golpes son inevitables, pero rendirse es imperdonable", ha advertido Biden, que ha citado a su padre para señalar que lo que realmente define a una persona es "lo rápido que se levanta" frente a las adversidades. "Una derrota no significa que estemos derrotados", ha remachado el actual inquilino de la Casa Blanca.