BBVA tiene gran parte del beneficio de México blindado ante las amenazas de Donald Trump. El grupo de La Vela dispone de coberturas de divisas que protegen hasta el 70% de los resultados a doce meses de la filial azteca, que equivaldría a más de 3.000 millones de euros según las estimaciones de ganancias del consenso de los analistas. De esta forma, limita el impacto de una devaluación sostenida del peso mexicano por las políticas agresivas que ha prometido el nuevo presidente electo de Estados Unidos.
México es la locomotora del grupo de La Vela. La filial genera el 55% de los beneficios de BBVA, con unas ganancias que en 2023, el último ejercicio completo, ascendieron a 5.340 millones. Para 2024 y 2025, el consenso del mercado prevé un beneficio de 5.422 millones en México, que se reduciría a 5.285 millones el próximo ejercicio.
Como política general, BBVA cubre entre un 40% y un 50% del resultado atribuido agregado que espera generar en los próximos 12 meses, aunque en el caso de la filial azteca aplica una rango de entre el 60% y el 70% ante el fuerte peso en la cuenta.
El impacto en México del cambio de presidente en EEUU centrará la atención de los inversores en el road show de BBVA para explicar los resultados en las principales plazas financieras
La cobertura cambiaria o de divisas es una herramienta que utilizan las empresas para protegerse de la volatilidad de una moneda fijando en el presente el precio futuro de la moneda. El importe finalmente cubierto para cada divisa depende, entre otros factores, de la expectativa de evolución futura de la misma, el coste y la relevancia de esos ingresos en relación a los resultados del conjunto de grupo.
Cael el peso tras las elecciones
El peso mexicano se ha devaluado respecto al dólar cerca de un 2% desde que Trump se proclamó vencedor de las elecciones en Estados Unidos. Las promesas del republicano amenazan a la economía mexicana, sobre todo por el endurecimiento de las políticas migraciones, que ya ha situado en primer orden de prioridad. Lo cierto es que a BBVA no le coge por sorpresa la depreciación de la moneda azteca, que se desplomó casi un 15% en los nueves primeros meses del año, como recoge en sus últimas cuentas correspondientes a septiembre.
Y la devaluación todavía puede ir a más. Antes de las elecciones, el banco de inversión RBC Capital estimaba que el peso mexicano se depreciaría entre un 3,5% y un 9% en los próximos años respecto al tercer trimestre de 2024. Una trayectoria que puede empeorar si Trump cumple sus amenazas.
México estará en el foco de los inversores en el road show de BBVA para presentar los resultados del tercer trimestre. Como suele ser habitual, el equipo directivo recorre las principales plazas financieras, como Londres, París y Nueva York, para rendir cuentas ante los inversores, que en los últimos días han activado las alertas por la política económica de Trump.
Ataques del Sabadell
De hecho, el grupo de La Vela lideró las caídas entre los bancos en la sesión posterior a las elecciones, con un desplome del 6,6% por su exposición a México, que casi duplicó la media del sector. Eso sí, el Sabadell replicó una caída similar en medio de la opa, lo que en el seno de BBVA se interpreta como una clara correlación de las cotizaciones hasta igualar la ecuación de canje propuesta para comprar la entidad catalana.
“Contamos con un banco maravilloso en México. Lo que tenemos en México es único”, ha defendido en público varias veces Onur Genç, consejero delegado de BBVA, ante la incertidumbre política en el país azteca y tras la crisis diplomática que se abrió en octubre con España. El último choque entre ambos países fue en la toma de posesión de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que no contó con representantes de las autoridades españoles por no invitar al acto a la Casa Real, un hecho sin precedentes en la historia reciente.
En los últimos días el Sabadell también ha utilizado esta inestabilidad política para redoblar su ataque contra BBVA en medio de la opa. Para González-Bueno, CEO del Sabadell, la dependencia del país azteca de su rival lo convierte en un banco “muy volátil”, que se traslada al precio de la acción e incluso a la oferta de canje, que ahora incluye un pago en efectivo correspondiente al dividendo a cuenta.