La Comisión Europea (CE) recomendó este miércoles a España que lleve a cabo una "política fiscal prudente" en 2022 debido a su elevado nivel de deuda y que utilice las ayudas del fondo de recuperación europeo para acometer nuevas inversiones e impulsar la recuperación.
"Los países con elevada deuda deberían seguir políticas prudentes, usando el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia para financiar más inversiones. Al mismo tiempo, debería mantenerse bajo control el aumento del gasto corriente financiado nacionalmente y debería ser limitado para los países con elevada deuda", explicó el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, en la presentación de sus directrices de política económica.
El Ejecutivo comunitario publicó hoy sus recomendaciones anuales para cada país de la UE, que este año se centran en la política fiscal puesto que los planes de recuperación elaborados por los Gobiernos serán la hoja de ruta para el resto de políticas económicas.
Sin embargo, Bruselas no fija objetivos cuantitativos de reducción del déficit o deuda públicos, puesto que las normas de disciplina fiscal europeas siguen suspendidas. De hecho, Bruselas confirmó hoy que quiere que sigan congeladas durante todo 2022 y se reactiven en 2023.
Por este motivo, no abrirá procedimientos correctivos a ningún país pese a que 23 superaron en 2020 el umbral del 3 % de PIB de déficit y 13 países rebasan el 60 % de deuda pública fijados por los Tratados. España, con un déficit del 11 % y un ratio de deuda del 120 %, incumplió en ambos casos.
Con este telón de fondo, Bruselas recomienda a todos los países de la UE que no retiren prematuramente las ayudas y que mantengan los estímulos este año y el próximo, pero avisa de que a partir de 2022 las políticas fiscales deberán empezar a ser "diferenciadas" y tener en cuenta la fortaleza de la recuperación y la sostenibilidad fiscal.
Aprovechar el fondo de recuperación
Así, el mensaje para España y el resto de países altamente endeudados es que financien nuevas inversiones preferentemente con el fondo de recuperación, en lugar de con recursos nacionales, puesto que sus subvenciones no elevan la deuda.
No se trata, explicaron fuentes comunitarias, de que no puedan prever inversiones financiadas nacionalmente, sino de "tener cierto cuidado con el gasto corriente financiado nacionalmente".
La Comisión recomienda a España en 2022 "usar el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia para financiar inversión adicional en apoyo al recuperación mientras lleva a cabo una política fiscal prudente" así como "preservar la inversión financiada nacionalmente".
España recibirá unos 70.000 millones de euros en subvenciones del fondo de recuperación y podría obtener otro tanto en préstamos si lo solicita.
"Cuando la situación económica lo permita", la política fiscal debería conducir a la "sostenibilidad fiscal a medio plazo", añade el informe, que no pone fecha para este giro hacia la consolidación presupuestaria.
La Comisión pide prestar especial atención a la composición de las finanzas públicas, tanto por el lado de los ingresos como por el del gasto, y a la calidad de las medidas presupuestarias, así como apostar por inversiones que impulsen el crecimiento.
Recomienda, por último, dar prioridad a reformas estructurales en materia fiscal que "contribuyen a la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas, incluyendo reforzar la cobertura, adecuación y sostenibilidad de los sistemas de salud y protección social para todos".
España, subraya Bruselas, afronta "altos riesgos para la sostenibilidad fiscal a largo plazo" dado su alto ratio de deuda.
Desequilibrios macroeconómicos
La combinación de un elevado nivel de deuda pública, privada y externa es, de hecho, el principal desequilibrio macroeconómico que afecta a España, según otro análisis publicado hoy por la Comisión, que ha evaluado los desequilibrios en 12 países comunitarios que, en general, se han visto agravados por la pandemia.
"El desapalancamiento de empresas y hogares se paró por la crisis de la covid-19", apunta el Ejecutivo comunitario, que recalca que la deuda pública bajará especialmente en 2022.
Señala además que la posición de inversión internacional neta sigue siendo negativa, pero debería mejorar en 2021, que el balance por cuenta corriente ha empeorado por la crisis aunque debería acercarse al equilibrio este año y que el desempleo solo empezará a bajar en 2022.