La Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CMNC) ha aprobado este miércoles la compra de Giga Games, la empresa especializada en 'tragaperras' (máquinas B) del empresario Juan Lao, por parte del gigante español del juego Cirsa, que pertenece en un 100% al fondo de capital riesgo Blackstone. Una operación que conlleva ciertos problema de competencia, sobre todo, en Cataluña.
Por ello, la autorización del organismo de competencia exige a la empresa de Blackstone el cumplimiento de una serie de compromisos. El primero de ellos es la situación de exclusividad que tenía Giga Games en algunos bares catalanes. En este sentido, Cirsa se ha comprometido a eliminar de las cláusulas de exclusividad en todos los contratos suscritos en Cataluña, con el fin de favorecer la competencia entre operadores de máquinas recreativas dentro de un mismo local.
La empresa de juego también se compromete a reducir la duración de los contratos que hereda con una duración tanto en hostelería como en salones de juego. La empresa de Blackstone revisará todos los contratos con duración superior a cinco años en un plazo que oscila entre los 12 y 24 meses, dependiendo del canal afectado. Comenzará la sustitución dando prioridad a los contratos de mayor duración, los de 10 años, por ser los más lesivos para la dinámica competitiva en el sector.
"Esto contribuye a aumentar la frecuencia de las opciones de cambio de empresa operadora, favoreciendo una mayor competencia por el mercado entre los titulares de los permisos de explotación en cada momento", detalla el organismo. Este pacto se ha extendido también en los contratos suscritos fuera de Cataluña. La operación afecta también a las comunidades de Valencia y Aragón.
Si bien los riesgos para la competencia están, según destaca la CNMC, en territorio catalán por la elevada cuota de mercado que tendrá Cirsa con la incorporación de la red de Giga Games. En concreto, el problema surge en su control en este territorio de las conocidas en el sector como máquinas tipo B en la hostelería.
Cierre de dos bingos
Competencia también quiere prevenir posibles problemas en la explotación de salones de juego y bingo tras esta operación. Un escenario que empuja a la empresa de juego a cerrar dos salas de bingo en Barcelona, tras esta compra. Dos licencias que pueden ser adquiridas por nuevos competidores, "lo que contribuirá a reducir la presión sobre la cuota actualmente existente", matiza el organismo presidido por José María Marín Quemada.
La CNMC destaca, tras aprobar esta operación, que revisará que Cirsa cumpla con los compromisos. El organismo obligará a la empresa a enviar de forma periódica un conjunto de información que permite contrastar el efectivo respeto de tales compromisos. Competencia ha necesitado cerca de dos meses para establecer estos requisitos, ya que el acuerdo entre Blackstone y la familia de Juan Lao, hermano de Manuel Lao (antiguo propietario de Cirsa), para la venta de Giga Games se anunció en mayo de este año.
Tras el visto bueno de la CNMC, Cirsa incorpora un grupo de juego y ocio que explota un extenso parque de máquinas recreativas situadas en bares y restaurantes, fundamentalmente en Cataluña y la Comunidad Valenciana. La compañía posee también decenas de salones de juego y varios bingos. En total, los negocios adquiridos por Cirsa alcanzaron en 2018 una facturación de 124 millones.
Un negocio que absorbe Blackstone a través de Cirsa, la primera compañía del sector en España y uno de los líderes mundiales en la actividad del juego y ocio. Su presencia en nueve países se compone de 150 casinos, más de 75.000 máquinas recreativas, 70 salas de bingo, 191 salones de juego y licencias de juego online en tanto en España como Colombia. Además, Cirsa controla el 100% de las 3.000 puntos de apuestas de Sportium, tras la reciente compra del 50% de este negocio a Sportium. Aunque esta operación también esta pendiente del visto bueno de Competencia.