El Tesoro español tendrá que trabajar contra viento y marea para conseguir que las futuras emisiones y renovaciones no salgan más caras de lo estipulado. La elevada inflación que no cesa y el conflicto geopolítico entre Ucrania y Rusia está provocando cierto encarecimiento de los mercados de renta fija en Europa.
El bono alemán lleva cotizando en positivo todo el mes de enero y ya está en 27 puntos básicos, lo que tiene una respuesta inmediata en la prima de riesgo española, que ha vuelto a superar los cien puntos básicos por primera vez desde el verano de 2020. Esta es una tendencia que se podría seguir incrementando.
Según explica a Vozpópuli el economista Jefe en España de BBVA Research, Miguel Cardoso, si el bono alemán a diez años regresa a tasas positivas, sería casi inevitable un aumento de hasta 80 puntos básicos en el indicador nacional.
Cabe destacar que el Tesoro se ha encargado de hacer un buen trabajo en reducir la exposición de la deuda a los cambios de los tipos de interés, pero es inevitable que en el medio plazo, cuando haya que renovar parte de la deuda, ésta se encarezca, en comparación con los tipos a los que se está pagando ahora.
Traspiés de la deuda
Otro problema con el que se encontrará el Estado es que cuando se retiren los estímulos del BCE habrá un repunte del coste de financiación, que ya se ven más cerca que nunca. El organismo europeo ha dejado claro que el programa de compra de emergencia de deuda por la pandemia (PEPP) terminará en marzo de 2022.
En la última reunión, Christine Lagarde dio a entender que podría haber una primera subida de tipos antes de que finalice el año, una subida muy poca, de unos diez puntos básicos, pero que desbaratarían por completo las estimaciones del Gobierno, que no cuentan con ella, al menos para este 2022.
El endeudamiento neto del Tesoro Público en 2022 ascenderá a aproximadamente 80.000 millones de euros, a pesar de que se prevé realizar el próximo año unas emisiones brutas de 242.846 millones de euros, un 9,8% menos, tal y como se desprende del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022.
No obstante, el Tesoro respira aliviado porque es consciente de que el BCE comprará hasta un 80% del total de la deuda que se emita este año. Las necesidades de financiación neta de España para 2022 rondará los 75.000 millones de euros, en línea con el cierre de 2021.
Paralelamente, se espera que el organismo que preside Christine Lagarde compre 500.000 millones de euros de deuda a través del plan de compras (APP) y el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), que finalizará en marzo.
Esta ventana de financiación de los Estados se creó exclusivamente para paliar los problemas de la pandemia y la banquera francesa ya dejó claro que llegará a su fin en el primer trimestre de este año, reduciendo su ritmo de compras. Esto quiere decir que con este programa se pondrán en el mercado unos 210.000 millones.
Cuando termine, a través del APP, el BCE comenzará a comprar al ritmo de 40.000 millones al mes en el segundo trimestre, reduciendo a 30.000 millones en el tercer trimestre y finalizar en 20.000 millones. Esto da un total de 270.000 millones de euros en 2022.
El BCE está obligado a repartir las compras entre todos los países miembros de la Unión Europea a través de la clave de capital (a cada país le corresponde un porcentaje en función de población y PIB, que es lo que se conoce como clave de capital -capital key en inglés-). En este caso, el de España es un 11,9%.
Es decir, que siguiendo con el programa de compras anuales, el BCE podría comprar hasta 59.500 millones de euros de deuda española si finalmente adquiere los 500.000 millones iniciales. Esto supone que España tendría cubierta un 80% de la deuda que se espera que emita en 2022, según los cálculos realizados por Vozpópuli.